Capitulo 37

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A pesar de todo lo que había vivido con James, en parte no me dolía tanto saber que me había botado a la basura como a un envoltorio de chocolate. Creo que lo estaba esperando desde hacía tiempo. 

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? 

Le respondí que en casa de Cristal. A fin de cuentas, papá no se preocupaba por mi como antes lo hacía. Tampoco lo hacía por Carola. Ni yo sé dónde está Carola. Tampoco quería interrumpir en su vida ahora mismo. 

Jamás supe lo que era tener una familia rota, hasta ahora.   

Me la pasé todo el domingo en casa de Cristal, acostada en su cama. Cada tanto me preguntaba sobre cómo me había ido con James, pero luego de un rato se rindió y dejó de preguntar, viendo que no habría respuesta desde mi parte. Luego empezó a consultar por si necesitaba comer algo, pero sólo quería tomar agua. 

No estaba cansada, estaba agotada.

Agotada de las mentiras de James. De esos besos falsos, tristes. Besos que yo siempre pensé que eran reales, y que eran besos de amor. Jamás pensé que yo era su juguete, con el cual se podía divertir la cantidad de veces que deseara, y que luego me desechara. 

En parte estaba agotada por eso. Pero me sentía una idiota.

- ¿Cómo no me di cuenta antes? - digo, levantándome de la cama. 

- ¿Qué cosa? - pregunta Cristal, quien estaba leyendo. 

- Que era la tonta de James. Él jamás me quiso realmente. Sólo estaba caliente y quería sacarse las ganas de estar con alguien, y lo hizo conmigo. Jamás se enamoraría de una adolescente de secundaria. Jamás hubiese estado conmigo realmente. Fui una idiota al pensar eso. 

Cristal se queda unos segundos mirándome, sin emitir sonido.

- Mejor me voy para mi casa - tomo la chaqueta de James - qué asco llevarme esto. 

- No quiero que la dejes aquí, mañana se la llevas a la escuela.

- ¡No! Sería terrible que toda la escuela me vea dársela.

- Dásela en una bolsa, cuando estén solos. Y listo, no más James - dice. 

Me dispongo a irme cuando una pregunta me sorprende. 

- ¿Tú quieres a James? - pregunto. Cristal me mira unos cuantos segundos, con los ojos como platos. Cuando se da cuenta, deshace la expresión y me responde.

- No, no tengo ningún vínculo afectivo con él.

- Hablo de que si te gusta para mi, que si hacemos buena pareja... Ya sabes. 

Ella baja la vista unos segundos. En parte creo que está pensando la respuesta. Por otro lado, creo que ya sabe la respuesta, pero está buscando la manera de decírmela sin herirme. 

- ¿Cris? - pregunto - te pregunté algo. 

Ella levanta la vista. Me mira sin expresiones. 

Mierda. 

Suele hacer eso cuando me quiere decir una verdad cruel, algo que sabe que tengo que escuchar por más que me duela. 

- No sé qué decirte - responde. Empieza a acomodar su cama sin emitir otro sonido. Sigue teniendo esa expresión de nada en su cara. 

- Cristal. Lo que sea me lo puedes decir.

Ella vuelve a bajar la mirada. 

- Siento que te está consumiendo - dice, y se retira de la habitación.

Me quedo perpleja. Por unos segundos no sé qué pensar. 

- Cris - digo, intentando alcanzarla.

Ella camina rápido. Baja las escaleras y me espera en la puerta. 

- ¿Qué? Te lo debía decir. James no es para ti - dice, cruzándose de brazos -. Lamento que no sean el uno para el otro, pero los veo muy diferentes. Además, James te está mirando la cara de adolescente desesperada por un hombre mayor, y te pisotea como si fueras una migaja de pan. 

Eso fue mucho. 

- ¿Qué dices? - pregunto. 

- Alexandra, deja a James. 

Ahora me cierran bastantes cosas.

Empiezo a caminar fuera de la casa. No tengo palabras para describir la tristeza que siento ahora mismo. Se supone que Cristal, siendo mi mejor amiga, debía de apoyarme en cada decisión que tome, sea desde cortar mi cabello a estar con James.

- Alexa - me llama desde la puerta de entrada de su casa.

Me volteo lentamente. Abrazo mi propio cuerpo.

- Lo siento - dice y luego cierra la puerta.

Me quedo en la calle. Anonadada. Sola. 

Estoy rota.

Mi familia está destruida. James me dejó. Mi mejor amiga no me quiere ver feliz.

No tengo a nadie con quien ir.

Extraño a mamá más que nunca. Papá no me hablará, Carola está ocupada. Mason no me manda un mensaje ni para pedirme la tarea. Cristal no me quiere ver feliz.

Dicen que la envidia es pecado. Mata a las personas, las consume. 

Cristal está siendo una persona envidiosa. Ella no quiere verme feliz con James porque no tiene a alguien como él. Ella sentía celos de mi, de poder estar con alguien tan apuesto y con dinero. 

Empiezo a caminar.

La noche estaba triste. Había nubes que tapaban a la luna. 

No camino con dirección a algún sitio, simplemente camino. No sé si dejé la bolsa con la campera de James en casa de Cristal o si la tengo en mi mano. Tampoco sé si estoy llorando o si es solo lluvia. No sé ni cómo estoy vestida. Sólo sé que tengo algo de dinero y me acerco a una tienda. 

- Un paquete de mentolados. 

Dicen que son peores que los comunes, pero me resultaba más agradable el aroma. 

- Y un encendedor.

Pagué y dejé que el hombre conservara el cambio. Me dispuse a encender un cigarrillo, pero guardé el encendedor en algún bolsillo y me dispuse a saborear la colilla un rato. Caminé hasta el banco de una plaza, en el cual me senté y me mojé un poco. 

Encendí el primer cigarrillo. 

No sé por qué lo hice, ni para qué. Jamás fumé, no sé fumar. 

Pero siempre escuchaba que las personas que fuman se desahogan con eso, por eso luego se vuelve una adicción. La manera de relajarse es esa para algunos de los fumadores, el resto supongo que lo hace por placer. O no sé. 

El gobierno es cruel. Te deja ir a comprar tu arma mortal, la que consideres más rica, y es legal. Pero los libros son más caros, el gimnasio es costosísimo. Las entradas a las discotecas y los tragos de alcohol son baratos los viernes, pero la terapia es para pocos.

Creo que el gobierno nos hace eso por dos motivos, pero el más conocido es el malo, el de ganar dinero. 

El otro motivo es no ir a terapia, es moderarse con los consumos, leer libros en línea y hacer ejercicio por youtube gratis. Si uno es disciplinado, su cerebro se desarrolla. 

Si desarrollas tu cerebro, no caes en la trampa de comprar cigarrillos para olvidar tus problemas, a pesar de que no sabes fumar.




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Hola bellezas! 

Disculpen no haber estado escribiendo. Espero que disfruten la novela!

Un beso!

- Zoe


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