Cree(r) en ti

Capítulo 09

El sonido insistente de la alarma me hiso gruñir con frustración, realmente era molesto tener que levantarme temprano para ir a entrenar.
Después de una siesta de cinco minutos que se convirtieron en quince, me levante de la cama con fastidio para prepararme e irme a entrenar. Salí de mi habitación y al girar observé a una rubia portando solamente una toalla.

—H....hola —saludo tímida mientras se aferraba a esa toalla.

—Esto no paso —dije aborrecido mientras me marchaba. No podía creerlo, si mi padre iba a traer a mujeres a la casa al menos que fuesen de su edad, podría jurar que esa rubia tendría mi edad.

Lo primero que observe al salir de casa fue a Corey en la casa de los Wang, el trotaba mientras le decía algo a la señora Mei Wang que la hizo sonreír, él siempre había sido un encanto para la gente mayor mientras que yo bueno, era un encanto también pero no precisamente de los lindos.

—Coxx, llegas tarde. Como siempre —mencionó con fastidio el entrenador, lanzo en mi dirección el balón que portaba en sus manos —. Deberías ser como tu hermano, mi esposa le imparte clases y dice que es todo lo contrario a ti.

—Es bueno saber que me menciona en sus conversaciones con su esposa entrenador.

—Coxx, no te pases de listo —amenazo mientras me apuntaba —. Ahora lárgate a entrenar.

Reí con cierta burla mientras me acercaba a mis compañeros. Lance el balón a Cameron quien lo atrapo con agilidad.

—Ayer mi hermanito se macho con Bao y tu hermano.

— ¿Y?

—Dice que Corey no es como tú, pero que aun así todo su equipo completo lo detesta.

—Somos dos personas distintas, obviamente no puede ser igual que yo.

—Lo que trato de decir —lanzo en el balón en mi dirección y yo lo tome —es que, las consecuencias de tus errores las está pagando tu hermano pequeño.

—Mi hermano apenas y lleva un mes aquí, ¿por qué te preocupa tanto?

—Porque es tu culpa.

—Aquí vamos de nuevo.

—Dallas, te dije que aquello tendría consecuencias. Lo que le hiciste a Ir...

—No digas su nombre —-interrumpí.

—Lo que le hiciste a esa chica y todo lo que empezaste a hacer a partir de ahí, está afectando a tu hermano... Tu reputación, le está metiendo una patada por el trasero.

—Es mi hermano no el tuyo, vuelvo a preguntar, ¿por qué te preocupas por él?

—Porque eres mi amigo Dallas, te conozco y yo se toda la verdad del por qué actúas así.

—Las personas cambian Cameron. Ya no somos niños, no me regañes como si fueras mi padre.

—Si tu padre te regañara por lo que haces, no serias así... Mira, Dallas, sé que es un fastidio oírlo, pero si lo que me dijiste sobre Corey y todo lo que está sucediendo, es cierto. Creo que lo mejor será darle algo de apoyo.

—Lo estoy apoyando.

—Hacerlo parte de tu mundo, créeme, no es ningún apoyo.

Lance el balón al aire y al anotar mire a Cameron con orgullo, pero él seguía observándome con severidad.

—Tranquilo Cameron la madre sobreprotectora, tengo todo bajo control.

—Lo mismo dijiste con Coleman y mírate como terminaste. Iré a entrenar con otra persona.

Solté un largo bufido de desesperación, detestaba cuando Cameron tomaba su papel como si fuese una madre. Una carcajada a mis espaldas llamo mi atención, mire al jugador número 16 quien sonría.

— ¿Diputas con tu esposa? —se mofo Alex.

—Ya sabes cómo son las mujeres, ella y sus malos días —me burle siguiéndole la corriente.

—Yo por eso soy hombre libre.

— ¿Apoco eres hombre? —el número seis se acercó rodeo el cuello del número dieciséis para después hacer una llave fingiendo ahorcarlo —. Vamos señorita, suplica.

—Déjala en paz Hansen o harás llorar a la señorita —Mike separo a ambos antes de comenzaran con su disputa diaria — y dime tú, ¿por qué te peleas con tu mujer?

—Por nuestro retoñito, Corey —me burle y todos rieron.

—Pero hablando seriamente, creo que deberías mantenerte alejado de tu hermanito —menciono Mike llamando mi atención.

—Concuerdo con este, no creo que nuestro mundo sea para tu hermano —Hansen me arrebato el balón de entre las manos y comenzó a rebotarlo.

—Cierto, tu hermano parece ser más del mundo de Itzel Coleman —menciono Alex a propósito, él al igual que Cameron, sabia la razón por la cual no me gustaba escuchar su nombre—oí que están en la misma clase.

— ¿Y? —pregunte mientras volvía a tomar el balón.

—Ayer mi hermana invito a sus amigas en casa y no dejaban de hablar sin parar sobre como Corey Coxx e Itzel Coleman trabajarían juntos en un proyecto... ¿Piensas aprovechar la oportunidad? Ya sabes, para eso —me ínsito Hansen mientras bailaba sus cejas.

—Llegue a conocer muy bien a Coleman y si de algo estoy seguro, es que es del tipo rencoroso. Odiara a Corey tanto como a mí.

—Y pareces aliviado por eso, ¿por qué? No será que acaso... —lance el balón para golpear el rostro de Alex antes que terminará la oración.

—Saben que está prohibido decir su nombre cerca de mí. Además, yo ya no necesito a la chica, ya tuve lo que quise, estoy complacido.

—Eres totalmente malvado Dallas — dijo Alex, yo lo observe no sabía si el comentario era por haberlo golpeado con el balón o por lo que había sucedido hace un año atrás con ella, o posiblemente por ambas.

Después de un largo entrenamiento, los chicos me invitaron a tomar algo, pero extrañamente hoy era uno de esos días donde lo único que quería hacer era estar en casa, me fui a casa con una excusa de que estaría con una chica.
Al llegar el silencio de mi hogar me recibió, sabía que mi padre nunca estaba los fines de semana, pero en cuanto a Corey, él era todo un hombre de hogar, sin embargo no estaba en casa, mire por la ventana el hogar de los Wang, desde niño siempre le había gustado convivir con ellos, por lo que lo deje estar.
Estuve toda la tarde solo y al parecer parte de la noche también, había pensado que Corey todo el tiempo que estaba con los Wang, pero unas luces que iluminaron el frente me alarmaron, después de todo mi padre no llegaba hasta el lunes. Me levante de un salto de mi cama, me asome por la ventana y observe a Corey bajando de un auto, baje de inmediato por las escaleras para observar a Corey entrar a casa.

—Llegas tarde, ¿dónde estabas?

—Por ahí —dijo y simplemente se dirigió a su habitación. Lo observe atento y no pude evitar suspirar del cansancio, creo que tendría que hablar seriamente con ella.