Capítulo 13

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Era un nuevo día en la universidad estatal de la ciudad de Portland, Oregón y todo parecía ir relativamente bien en la mañana, hasta que llegó la hora de las primeras clases

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Era un nuevo día en la universidad estatal de la ciudad de Portland, Oregón y todo parecía ir relativamente bien en la mañana, hasta que llegó la hora de las primeras clases.
Corey había llegado tarde, no hablaba con nadie y parecía ansioso por algo, no dejaba de golpetear su lápiz contra la paleta de su butaca y eso estaba comenzando a molestarme. En cada clase podía oír el sin cesar zapateo de su pie contra el suelo y el de su lápiz contra la butaca.

—Coxx — lo llame al ya no soportar sus ruidos —Coxx

— ¿Que? —pregunto desconcertado mientras dejaba el lápiz pero no el zapateado de su pierna.

—Podrías, dejar de hacer tanto ruido. Desde la mañana no dejas de golpear tu lápiz contra la butaca y golpear tu pie contra el suelo.

—Ah, yo, lo siento. No me di cuenta. Perdona si te moleste.

—Solo, ya no lo hagas.

La ultima clase antes del almuerzo el no dejaba de tirar de sus cabellos sin parar a este paso quedaría calvo, si no fuese porque es mi vecino de asiento y cada movimiento de él me distrae no le prestaría tanta atención, pero si sus gestos eran los mismos que los de su hermano, sabía que algo lo estaba inquietando hasta el grado de atormentarlo todo el día y aunque no quisiera pensarlo, no pude evitar preguntarme, ¿qué es lo que lo tiene tan contristado?

Durante el almuerzo el desapareció y no volví a verlo, todo parecía relativamente normal hasta que los observe a ellos. El trio dinámico o como mis tíos los llamaba el trio de idiotas. Hansen Ross, Malcome Cooper y Alex Hill, quienes merodeaban por los pasillos de segundo año sin mencionar que no estaban con su líder, Dallas Coxx y el hecho de que Cameron Davis el restringido de ese trio de idiotas no estuviese cerca, me preocupaba un poco, eso significaba una sola cosa, estaban de casería y mi mente por alguna Razo solamente llego a una sola conclusión: Corey Coxx era la víctima.

La clase del profesor Murray dio comienzo, mi vista se fijó en el asiento de al lado que se encontraba vacío, sin importar lo tarde que se le hacía por haber quedado atorado en la cafetería o lo tarde que salía de la esclavitud de mi tío, Corey Coxx siempre entraba a clases del profesor Murray, algo me decía que era su favorita ya que incluso aunque sus tripas gruñeran por hambre el no comía nada hasta que la clase terminara. No podía evitar pensar en él y en el trio de idiotas, si Corey Coxx no es como su hermano y la razón de toda su inquietud de toda la mañana era porque sería cazado por el equipo de baloncesto, tal vez valía la pena el ayudarlo.

—Profesor Murray —lo llame mientras levantaba la mano.

—Si, Coleman.

— ¿Puedo ir al baño? Es que en verdad es una emergencia.

—Toma el pase y ve Coleman.

—Gracias.

Me levante con prisa y tome el pase antes de salir en un azote del aula, saque mi teléfono del bolsillo y observe mi lista de contactos, sabía que no podría hacer esto sola, pero si iba a ayudar a Corey Coxx tendría que ser con alguien que sabría que podría guardar el secreto, necesitaba a alguien de confianza para esto.

—Parece que te preocupa Corey —dijo en un tono burlón mientras se acercaba.

—Le debo una y tú sabes que no me gusta deberle nada a nadie.

—Es un buen chico.

—Tan solo ayúdame a encontrarlo y sacarlo de esta tonta cazería.

—Eso hare.

—Y recuerda, nadie, pero nadie debe saber sobre esto.

—Tranquila, además no es como si le fuese a contar a alguien, después de todo se supone que lo debemos odiar.

—Te pagare el favor después.

—Corre por mi cuenta.

Menciono mientras se marchaba por el pasillo, yo corrí por el lado contrario mientras trataba de pensar con cuidado donde podría estar Corey Coxx. Si ese trio realmente eran unos idiotas como mi tío siempre mencionaba sabía que serían algo obvio, donde estaban ellos, Corey también tenía que estar cerca.
Llegue a la cancha de básquet tam solo para observar al trio entrenando, mi vista viajo hacia el almacén pero esta se encontraba abierta, el entrenado salió junto con él y fue en ese momento donde comencé a analizar los otros lugares cercanos donde podrías encerrar a una persona. Tenía que ser un lugar alejado de las aulas, sin ser tan recurrentes a estar horas y por supuesto no tan obvio... Bingo.

Desde lejos observe como la perilla se movía sin parar, rebusque entre mis bolsillos el juego de llaves que robe de la oficina de tío, en cuanto abrí la puerta Coxx menor salió disparo, su rostro estaba pálido y sin esperar a la otra persona volví a cerrar la puerta del almacén del conserje, aproveche la oportunidad de que Corey Coxx vomitaba su almuerzo en el cesto para esconder el juego de llaves.

— ¿Que hacías ahí encerrado?

—Conociendo mis pesadillas —me respondió una vez que termino de vomitar.

—¡Esto no es gracioso!, ¡ábrame la puerta!, ¡ya!

—¿Esa no es la voz de Gigi? —pregunte desconcertada y el tan solo asintió.

—Sé que tal vez suene proceso, algo indecente o incluso extraño, pero gracias por sacarme de ahí, eres mi heroína Itzel Coleman.

—Yo creo que soy más como una villana porque dejare a Gigi a ahí adentro. Si alguien los encerró juntos estoy seguro que vendrán por ella después.

—No pienso discutirte eso... A todo esto, ¿qué haces aquí?

—Solo estaba de pasada... Por cierto no olvides que tenemos que avanzar con el proyecto después de clases.

Le recordé antes de irme por el pasillo. La verdad es que me sentía bien conmigo misma y no solo por el hecho de que pude haber ayudado a alguien si no porque también pude dejar a Gigi Parish encerrada sola en el almacén del conserje, sin mencionar que un peso que tenía encima de mis hombros se sentía más ligero.

Cree(r) en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora