Capitulo 5 - Encuentro

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Sora caminaba desorientada por las calles de Konoha, después de cruzar la calle principal se distrajo y tomó un camino equivocado, al cabo de varios minutos caminando sin rumbo descubrió que las calles por las que avanzaba cada vez eran más oscuras y poco frecuentadas, hacía varias manzanas que no se había cruzado con nadie y por tanto no podía pedir indicaciones. Suspiró intranquila y miró al cielo, intentando poder ver a sus escoltas de ANBU, pero no había ni rastro de ellos. De pronto oyó voces y risas un poco más adelante, decidió acercarse y preguntar, quizás alguien pudiera orientarla.

Caminó en esa dirección, conforme se acercaba oía que las voces eran estridentes y muy ruidosas, parecía un grupo de gente divirtiéndose, finalmente giró la esquina y vio un grupo de hombres, eran cinco y parecían salir de un bar. Por sus gestos Sora dedujo que estaban ebrios, se podía oler el alcohol desde su posición. Optó por darse la vuelta y olvidarse de pedir ayuda a esos hombres. Cuando estaba iniciando el giro, uno de ellos la vio y dijo:

—Vaya, vaya... Mirad que tenemos aquí. —Su voz estaba marcada por un fuerte acento debido a la embriaguez—. Una gatita preciosa para alegrarnos la noche.

El grupo de hombres se giró en su dirección, Sora pudo comprobar que vestían ropas de trabajo y estaban muy desaliñados, los ignoró y siguió su camino acelerando el paso. Tomó la siguiente calle y caminó más rápido, mirando hacia atrás para ver si la seguían, girando en cada esquina que encontraba para dejar lo más lejos posible a ese desagradable grupo. De vez en cuando volvía a mirar hacia arriba buscando a los ANBUS.

De pronto recordó las palabras de la Hokage: No te preocupes, no notarás su presencia y sólo actuarán en caso de extrema necesidad.  Si éstos no habían intervenido debía significar que esos hombres la habían ignorado. Suspiró más relajada y giró en la siguiente bocacalle, se veía muy estrecha, pero al tener forma diagonal ganaría tiempo deshaciendo el camino incorrecto y quizás pudiera ver en la distancia la calle principal.

Se introdujo por el oscuro callejón y volvió a apretar el paso, cada vez había menos luz y se hacía más estrecho, Sora se sintió desolada al llegar al final de éste y darse cuenta de que no tenía salida, al fondo sólo había un muro con varios cubos de basura. Suspiró decidiendo darse la vuelta, iba a hacerlo cuando oyó unas siniestras risas a su espalda, se giró asustada y descubrió a varios de los hombres anteriores bloqueando la única salida. Un escalofrío le recorrió la espalda.

—Parece que la gatita nos ha traído a un sitio de lo más intimo —dijo el qué había hablado anteriormente sin dejar de avanzar hacia ella.

—¿Quieres pasar un buen rato, preciosa? —dijo otro de ellos riendo mientras avanzaba.

Sora estaba de lo más asustada, ni siquiera en el episodio con el lobo de esa mañana había sentido ese pánico.

Esos hombres no estaban bromeando, por su manera de moverse podía verse que iban pasados de copas. Sora decidió intentar hablarles sin mostrarse asustada, cuando éstos bajaran la guardia se escabulliría entre ellos y echaría a correr, dada la cantidad de alcohol que habían ingerido sus movimientos serían torpes y podría huir sin problemas. Si eso no funcionaba pensaba gritar ¡ANBU! con todas sus fuerzas.

—Perdonad —habló intentando que el miedo que sentía no se notara en su voz—. Creo que me he perdido y he tomado la calle equivocada. —Suspiró—. Si fuerais tan amables y me dejarais pasar llegaría enseguida a mi destino —explicó.

Los hombres rieron y siguieron avanzando amenazadoramente.

—Entonces, ¿No quieres quedarte un ratito con nosotros? —preguntó otro de ellos.

Sora dio un paso hacia atrás.

—Vamos preciosa, seguro que pasaremos un buen rato —dijo el que quedaba más rezagado.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora