Capitulo 52 - Impasse

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Kakashi siguió con sus dos normas inquebrantables durante todos esos años, sin dudar ni por un instante. Hasta que una cálida noche de Agosto conoció a una hermosa y fascinante mujer en un oscuro callejón y su mundo se tambaleó al ver su sonrisa. Esa fabulosa sonrisa que iluminó su apática existencia y le devolvió la vida, la ilusión de poder ser feliz, la esperanza de conseguir cambiar su fatídico destino de dolor y soledad.

Kakashi acabó su relato con un roto suspiro al recordar su primer encuentro con Sora. Gai lo miraba con seriedad y un leve gesto de asombro.

—Mierda, Kakashi...  —murmuró su amigo—. Esto que me has contado es... Horrible  —finalizó negando en silencio, el peliplata se encogió de hombros.

—Gracias a los chicos, estos últimos años fueron soportables —reconoció Kakashi—. Pero con la aparición de Sora... —Suspiró—... Ha sido de lo más jodido y complicado, no sabes lo que se siente al amar a una mujer con toda tu alma, saber que ella te desea y no poder volver a tomarla. —Se pausó pensativo—. Hoy mismo he vuelto a perder el control con ella y si Sora no me hubiera detenido habría acabado haciendo una tontería. —Gruñó molesto—. Y ahora, para mas inri, está Darui de por medio —finalizó irritado, Gai asintió.

—Ahora comprendo muchas cosas, mi eterno rival -dijo con seriedad, recordando su conversación la noche en que fueron a cenar dangos y las posteriores conversaciones sobre Sora—. Pero aún hay algo que no acabo de entender —dejó caer pensativo, Kakashi lo miró con interés.

—¿De qué se trata?  —preguntó el peliplata.

—Amando a Sora tal y como la amas y sabiendo que la ponías en riesgo te volviste a acostar con ella, aunque fuera imitando a otro hombre. ¿No te preocupa que también muera? —cuestionó Gai con interés.

—No  —respondió Kakashi con vehemencia, su interlocutor lo miró sorprendido ante la seguridad de sus palabras.

—¿Hay algo más sobre esto que no me has contado? —preguntó Gai al no comprender su respuesta, Kakashi volvió a negar.

—Verás... He pasado años pensando y lamentándome por esas dos mujeres y por Takeshi y he llegado a la conclusión de qué: Sea quién sea el asesino, lo único que busca con todo esto es que yo sea infeliz —gruñó molesto—. Básicamente joderme la existencia.  —Suspiró con pesar—. En el mismo instante en que Sora creyó que la entregué a Darui, la perdí para siempre y te aseguro que saber que me odia y que no podré volver a estar con ella, me está matando por dentro y mi existencia está más que jodida —relató con tristeza, Gai lo miró apesumbrado y posó su mano en el hombro del peliplata en gesto de consuelo.

—Ahora que me lo has contado mi eterno rival —le dijo con determinación—. Quizás esa cosa aparezca para acabar conmigo y te aseguro que lo derrotaré —aseguró con firmeza, poniéndose en pie con rapidez—. La fuerza de la juventud arde en mi, y no hay causa más noble que luchar por la gente que aprecias, te juro que acabaré con él —finalizó enseñándole el pulgar con énfasis.

Kakashi lo miró y sintió crecer un leve atisbo de esperanza en su interior, sabía que Gai estaba siendo sincero y era uno de los shinobis más fuertes que conocía, pero intuía que no iba a ser tan fácil. Por lo menos el haber podido confesarle la verdad a alguien, le había dado cierta paz al jonin. Por primera vez en años se había sincerado del todo con otra persona y notaba una especie de calma y tranquilidad. Suspiró de nuevo al pensar en Sora, en su rechazo. Ese dolor si que sólo podía apaciguarlo ella.

—Tengo la intuición de que esta vez el asesino no aparecerá Gai... —dejó caer pensativo— No me preguntas por qué lo sé, ya que no puedo contestarte, pero al menos dos de los asesinatos ocurrieron cuando yo estaba dispuesto a intentar ser feliz y ahora, tras los hechos sucedidos con Sora, estoy más jodido que nunca  —confesó angustiado.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora