Capitulo 54 - Palabras

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Kakashi acariciaba el muslo de Sora con suavidad a la vez que alzaba su pierna para abrirse camino buscando entrar en ella con desesperación, estaba ansioso y el olor de su amada lo embriagaba haciéndole perder la cordura y el sentido. No sabía como había llegado allí  y le daba igual, sólo sabía que volvía a tenerla entre sus brazos y que ella respondía a sus caricias con suaves gemidos de satisfacción, pero antes de perderse en su perfecto cuerpo debía aclarar algo...

— Sora... —murmuró él con ternura—. ¿Sabes que siempre fui yo, verdad? —le preguntó a la vez que besaba ese fascinante hueco en el cuello de la joven—. No podía entregarte a otro,  jamás te hubiera hecho algo así... —Se pausó mirándola anhelante.

—Lo sé... —le susurró ella con una cálida sonrisa mientras acariciaba el pelo del shinobi, el pecho del peliplata se hinchó de amor al verla sonreírle de nuevo y la besó con ternura en la punta de la nariz.

—¿Y sabes por qué no podía hacerlo? —le preguntó él separándose con suavidad de su rostro, ella negó mirándolo con cariño—. Porque te amo, Sora —le dijo Kakashi con emoción, abrumado por la felicidad de poder confesarle al fin sus sentimientos—. Te amo con cada latido de mi corazón, con cada pensamiento de mi mente, con cada estremecimiento de mi alma... Loco. Por ti, por lo que me produces, por lo que siento.  Mierda, eres la única mujer a la que he amado y amaré jamás. —La miró con determinación—. Te prometo que ahora ya no habrá más secretos entre nosotros, tenía que decírtelo, sé que no ocurrirá nada, yo te protegeré de todo, no me separaré de ti, jamás permitiré que te hagan daño. Te lo juro por mi honor shinobi y mis compañeros caídos. Te protegeré siempre —sentenció con lágrimas en los ojos, feliz y sonriente.

—Yo también te amo, Kakashi —le contestó Sora con una espléndida sonrisa, el jonin creyó morir de felicidad al oírla decir esas palabras con esa sincera sonrisa alumbrando su hermoso rostro. Ella, por fin volvía a dedicarle una de sus fabulosas sonrisas.

—Soy tan feliz ... —musitó Kakashi abrumado por la intensidad de sus emociones—. Feliz como jamás creí serlo —confesó mirándola con intensidad, en ese instante, los ojos de Sora se abrieron debido al espanto— ¿¡Qué..?! —preguntó el peliplata alarmado.

Kakashi notó como algo con una fuerza sobrehumana lo arrancaba de los brazos de Sora y lo lanzaba contra la pared con brusquedad. El sonido de varias de sus costillas al romperse resonó en sus oídos y el golpe dejó al jonin sin respiración. Kakashi no pudo evitar cerrar los ojos durante un instante, pero rápidamente se incorporó con dificultad y corrió hacia su amada, mientras se acercaba a ella pudo ver como ese extraño símbolo comenzaba a dibujarse en la pared del dormitorio de Sora, entonces miró a la viajera.

Un fuerte bramido de dolor surgió de la boca de Kakashi al ver el largo y profundo corte que presentaba la garganta de la joven, ella intentaba taponar la herida, pero la sangre se escapaba a través de la mortal herida a la vez que lo hacia la vida de Sora...

—¡¡Sora!! —aulló Kakashi incorporándose en su cama, su corazón latía a mil por hora y una fina capa de sudor bañaba su cuerpo.

Las sensación de pérdida y dolor le atenazaba la boca del estómago. Respiró y se obligó a serenarse, sólo había sido una pesadilla... debía calmarse. Sora estaba bien. Él no le había confesado nada, él estaba sufriendo, él no era feliz y con su infelicidad estaba protegiéndola.

Esa cosa que le jodía la vida, debía estar de lo más satisfecha: Jamás en su vida Kakashi se había sentido tan infeliz como durante esas últimas dos semanas. Se puso en pie con rapidez y comenzó a caminar con nerviosismo por su dormitorio. Ese sueño lo había dejado de lo más intranquilo y preocupado por Sora.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora