Capitulo 12 - Noche de chicas

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Kakashi quedó solo en el apartamento  y dejó el vaso de agua intacto en la encimera, sólo había sido la excusa para alejarse de ella. Ella y su jodida sonrisa, bufó indignado.

Creía que había aprendido a manejar la situación cuando Sora le sonreía. Pero no era lo mismo poder controlarse en un campo de entrenamiento o en un hospital a hacerlo en su casa, después de haberla tenido en brazos con esa finísima toalla rodeando sus curvas imposibles. Suspiró con resignación. Esto tenía que acabar. No podía volver a permitirse otra situación como la de unos minutos atrás. Si no hubieran llamado al timbre la cosa podría haber escapado de su control. Meditó durante unos instantes, era bueno en la estrategia y tenía que plantear una para no volver a encontrarse de nuevo dominado por su deseo. Deseo. Ahí estaba el gran problema, Kakashi ya había notado la conocida picazón horas antes de conocer a Sora en ese oscuro callejón. Finalmente, no había satisfecho esa ansía y ésta había continuado ahí, latente. Por tanto, el causante principal de su dificultad por controlarse era ése.

Necesitaba una mujer, un cuerpo femenino dónde calmar su deseo, una vez satisfecho éste, por muchas sonrisas, vestidos sexys y piernas de infarto que Sora pudiera mostrar, Kakashi podría dirigir la situación.

Tan simple como eso. Con el deseo satisfecho le sería mucho más sencillo controlarse con ella cerca. Su situación actual era de lo más lógica, Sora le resultaba atractiva y su cuerpo, así como sus deseos más profundos, lo único que hacían era reaccionar a esa atracción sexual. Sonrió tras la máscara, ya sabía lo que debía hacer. Tendría un cambio de planes, cocinaría y se ducharía tal y como había ideado, pero después de cenar no se quedaría en casa leyendo, volvería al bar de copas de las afueras y buscaría una mujer. Necesitaba con urgencia calmar esa ansia, no le apetecía mucho mantener las conversaciones previas y la habitual charla de antes de, pero tendría que pasar por ahí. Recordó de nuevo la última frase que Sora le había dedicado antes de marcharse, le había asegurado que no se hubiera acostado con él...

Sin darse cuenta Kakashi sonrió tras la máscara, tal y como percibió en el callejón, Sora no estaba acostumbrada a intimar con desconocidos. Volvió a sorprenderse al pensarlo. Las mujeres en la Hoja eran desinhibidas y muy naturales con ese tema, era la actitud perfecta. Pero Sora no era así. "Quizás en su mundo no existe el sexo esporádico", pensó el peliplata. De pronto recordó a la mujer del vestido rojo de la noche anterior, ella le había dado su número de teléfono, si Kakashi estaba de suerte podría evitarse el cortejo previo.

Se dirigió a su habitación y buscó en la ropa del día anterior, encontró los pantalones y hurgó en los bolsillos, una sonrisa de satisfacción se adivinó tras la máscara al encontrar un papel doblado en uno de los bolsillos traseros. Parecía que después de todo iba a tener un poco de suerte en ese día lleno de frustraciones.

 Parecía que después de todo iba a tener un poco de suerte en ese día lleno de frustraciones

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—¡Vamos Sora! —le dijo Ino de píe tendiéndole la mano—. Ven a bailar con nosotras —pidió riendo.

Ella negó también sonriendo, ya habían cenado y se encontraban en un local de lo más animado. Sora ya había conocido a las tres amigas de Sakura. Ino, una chica rubia y sin ningún tipo de pudor para casi nada, Tenten, una muchacha morena de lo más sencilla y simpática e Hinata, la joven tímida de ojos color perla que vivía para y por Naruto. Sonrió al verlas dirigirse a la pista de baile. A Sora le gustaba la relación de fraternidad que existía entre las Kunoichis de la villa, aunque la diferencia de edad era notoria entre ellas, éstas no parecían tenerlo en cuenta, había una relación franca y sincera. La edad no importaba, eran mujeres valientes y enérgicas que compartían una determinación y ésta parecía unirlas dejando de lado sus diferencias.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora