Capitulo 15 - Problemas

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Sora caminaba al lado de Iruka de regreso a la Villa, después de acabar de comer se habían puesto en marcha con rapidez. El camino era largo e Iruka quería llegar a la Villa antes de que anocheciera. Caminaban a paso rápido mientras él continuaba explicándole diferentes datos de los primeros años de la Villa tras la muerte de Madara.

Hablaron de la existencia de los bijuus, de los jinchurikis y del Kyubi. Iruka aprovechó para explicarle la situación de Naruto y sus orígenes. Siguió las instrucciones de la Hokage y no omitió ningún detalle. Le explicó que Naruto era hijo del cuarto Hokage, y qué Minato murió protegiendo a la Villa el día del nacimiento del chico. Naruto quedó huérfano la misma noche de su nacimiento y Sora aún sintió más aprecio por su joven amigo. Gracias a su explicación Sora también pudo averiguar qué el Cuarto era uno de los seres queridos a los que Kurenai se refirió cuando habló de las pérdidas que había sufrido Kakashi. Minato era el sensei del peliplata y éste al haber perdido a su padre a una edad temprana había creado un fuerte vinculo con el Cuarto. Sora sintió pesar por Kakashi y por Naruto, también le entristeció el triste desenlace de los padres de chico. Suspiró con tristeza, ese mundo en el que había aparecido era de lo más cruel, miró a Iruka por el rabillo del ojo, él también mostraba el rostro compungido.

—¿Murió mucha genta la noche en que se liberó el Kyubi? —preguntó con cautela.

—La bestia causó una gran destrucción  —contestó con aire distraído—. Fue una gran tragedia para la Villa —relató—. Debido a eso mucha gente rechazó a Naruto por tener al Kyubi sellado en su interior.

Sora sintió una ira sorda crecer en su pecho al oír la respuesta de Iruka, ¿Acusaban al chico por la destrucción qué causó el zorro?

—¿Cómo alguien pudo culpar a Naruto por eso? —preguntó enfadada—. ¿ Acaso no se daban cuenta que él no era el zorro?

Iruka miró al suelo con aire avergonzado.

—Durante mucho tiempo yo fui una de esas personas, Sora —confesó apenado, ella lo miró sin comprender.

—¿Tú? —preguntó confusa—. No puede ser, se nota que le tienes un gran aprecio. Hablas de él con un cariño y una admiración que nada tiene que ver con el odio.

—Mis padres murieron la noche que se liberó el Kyubi —dijo con rapidez, interrumpiendo a la chica.

Sora no necesitó más datos. Recordó las palabras de Kurenai todo shinobi de la villa ha perdido a alguien,  Iruka también. A sus padres. Calculó con rapidez la edad de Iruka la noche en qué nació Naruto. Éste no tendría ni diez años, suspiró con tristeza y miró al jonin con gesto serio, el joven parecía avergonzado por su confesión pero no apartó la vista ni un momento de ella.

—Al tenerle como alumno, ¿Te diste cuenta de tu error? —le preguntó, Iruka asintió.

—Cuando supe que Naruto iba a ser uno de mis alumnos, acudí al Tercer Hokage y le confesé que no creía poder realizar mi trabajo de sensei con objetividad. Él no me reprochó nada, solamente me dijo que le diera una oportunidad. Al principio me mostré reacio y confieso que los primeros meses fueron algo complicados. Naruto tenía una actitud de rebeldía de los más exasperante, siempre estaba haciendo gamberradas y payasadas, y gracias a esa manera de actuar lo comprendí todo. Lo único que Naruto quería era llamar la atención, era su manera de de conseguir qué le hicieran caso, todo lo hacia porque se sentía rechazado y solo. Justamente igual que yo tras la perdida de mis padres. Éramos más parecidos de lo qué yo imaginaba, con la diferencia de que a mi, nadie me culpó jamás por la destrucción de esa fatídica noche. Para la gente de la Villa yo fui una víctima más, en cambio para esa misma gente Naruto era un verdugo. Cada vez que pienso en la infancia que tuvo, más me sorprende y me admira la persona en la que se ha convertido. Es un gran chico, Sora. Y estoy seguro que conseguirá todos y cada uno de los sueños que se ha propuesto. Cuando le conozcas, sabrás de qué hablo. Él me ha enseñado más cosas de las que yo cómo su sensei le pude enseñar  jamás  —finalizó Iruka mirándola con ojos brillantes por la emoción.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora