Kakashi mi protector

Capitulo 18 - Gai intuye

—¡Levanta más las rodillas al atacar! —gritaba Gai desde su posición—. ¡Más alto! —repitió, Sora obedeció con rapidez—. ¡Eso es! —gritó de nuevo—. ¡La fuerza de la juventud te guía Sora! —aplaudió el jonin.

Sora se encontraba en el campo de entrenamiento, intentando golpear a Lee, Gai desde su posición, corregía y guiaba sus movimientos mientras Kakashi, con su habitual actitud perezosa en los entrenamientos, leía su libro desde el tronco de un árbol. Era casi mediodía y Sora no había rozado al chico ni una sola vez, pero no se encontraba desanimada, al contrario. Conforme pasaban las horas, estaba más motivada, sus golpes cada vez eran más precisos y sabía que no tardaría mucho en conseguir golpear a Lee.

Estaba realmente sorprendida de la agilidad de sus ataques y de su capacidad de asimilar los movimientos de combate. Su cuerpo se movía con una gracilidad sorprendente, su mente estaba despejada y ella realizaba los movimientos adecuados en el momento preciso. Era como si su cuerpo en esta realidad, estuviera hecho para luchar y realizar ataques físicos.

Sora intentó golpear a Lee con su puño derecho, éste esquivó el golpe desviando su cabeza hacía la izquierda, ella ya había previsto ese movimiento y su pierna ya se había alzado en la misma dirección, acercándose peligrosamente a la cabeza del chunin, él pudo evitar el golpe agachándose y tirando su cuerpo hacia atrás, Sora pensó en la maniobra de Kakashi cuando luchó contra el ninja renegado, en cómo saltó en el aire para aparecer en la espalda de su enemigo y así poder pillarlo desprevenido, si ella pudiera realizar un movimiento similar conseguiría sin duda, golpear a Lee. Se posicionó para intentarlo pero continuaba pensando si se iba a atrever a hacerlo cuando Lee equilibró su cuerpo y volvió a su postura defensiva inicial. Sora había perdido la oportunidad de conseguir golpearle, debido a sus dudas. Gruñó levemente molesta, debía ser más decidida.

Intentó golpear de nuevo a su sparring, está vez dirigió una patada a media altura, Lee bajó levemente el brazo y paró el golpe con su codo, posicionándolo debajo de la pierna de la joven. Ella percibió cómo él sonreía levemente y decidió estar atenta, la sonrisa de Lee le resultó sospechosa, el chico tenía pensado algún ataque inesperado y ella iba a estar preparada. Cumpliendo con las sospechas de Sora, Lee alzó con rapidez el brazo que se encontraba debajo de la pierna en alto de la viajera, intentando desestabilizarla y hacerla caer al suelo, pero Sora ya estaba preparada para el ataque del joven y decidió poner en práctica su recién descubierta sobrehumana agilidad; arqueó su espalda con rapidez hasta situar las manos en el suelo y dio una voltereta hacia atrás a una velocidad pasmosa, aprovechó el movimiento para intentar golpear a Lee con sus piernas, pero éste de nuevo demostró sus reflejos saltando en dirección contraría con rapidez y evitando el golpe de Sora. Lee suspiró con alivio, la pierna de la viajera había estado a punto de alcanzarle.

—¿Te está jugando una mala pasada el ímpetu de la juventud, Lee? —le preguntó con seriedad Gai—. ¿Crees que ha sido buena idea sonreírle a Sora antes de realizar ese movimiento? —continuó—. Sé que es una mujer muy hermosa y qué tu sangre joven, te confunde. —Se pausó—. Pero no estamos aquí para eso —Le regañó el jonin, Lee enrojeció con rapidez y miró al suelo apesumbrado—. Sora necesita de nuestra ayuda —continuó Gai—. Debemos conseguir hacer de ella una gran kunoichi  ¡Debe brillar con toda la fuerza de la juventud! —Suspiró con fuerza  y miró al joven con una espléndida sonrisa—. ¡¡Hagámoslo, Lee!! —gritó alzando el puño —.¡Consigamos hacer de Sora una adversaría digna de temer! ¡Confío en ti, mi alumno favorito! —finalizó con energía.

—Gai-sensei —respondió el joven con emoción, cascadas de lágrimas le caían por las mejillas —... Lamento mi descuido —continuó con tristeza—. ¡Le prometo que no volverá a ocurrir! ¡He cometido un fallo inaceptable! —gritó con pesar—. ¡Haré mil flexiones para enmendar mi error! —finalizó con decisión alzando su puño al igual que su sensei, Gai gruñó.