Capitulo 32 - Festival

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El apartamento de Sora parecía un campo de batalla, las chicas habían decidido arreglarse para el festival en casa de la viajera y la situación en ese momento era de caos total. Kurenai también había aparecido para acabar de arreglarse allí y la pobre Mirai corría de lado a lado atendiendo las demandas de las jóvenes kunoichis.

—¡¡Mirai!! —gritó Ino desde el baño principal—. ¿Has visto mi pintalabios? ¡¡No puedo conjuntar mi vestido con un carmín que no sea morado!! —se quejó apesumbrada.

—¡¡Mirai!! —continuó Tenten desde la habitación de Sora—. ¿Has visto mis zapatos? —preguntó asomando la cabeza por la puerta.

Sora negó divertida y siguió peinando a Hinata, la chica estaba de lo más nerviosa debido a que Naruto, finalmente había decidido pedirle que fuera su pareja. Sora percibió el nerviosismo de la ojiperla desde la posición en la que estaba.

—¿Qué te preocupa, Hinata? —le preguntó a su amiga con cautela, la chica suspiró con pesar.

—Creo que voy a estropearlo todo con Naruto, Sora-san —confesó apenada—. No sé si seré capaz incluso de hablarle.

—Hinata, por favor. Deja de la lado ese nerviosismo, Naruto es un chico de lo más sencillo y cuando vea lo hermosa que estás esta noche, estoy segura de que aún le interesarás más... No debes permitir que esa timidez tuya le impida ver la gran mujer que eres —aconsejó Sora con suavidad, Hinata se revolvió en su asiento.

—Voy a estropearlo todo por culpa de mi actitud —repitió con pesar, Sora comprendió que si la Hyuga no cambiaba su actitud, Naruto tendría una acompañante muda durante toda la velada.

—Naruto se tira pedos cuando está nervioso —le explicó Sora con diversión, la viajera no necesitó ver el rostro de la joven para saber que sus ojos se habían agrandado como platos debido a su comentario.

—Eso no es... Cierto... Él no haría eso —contestó cohibida.

—Claro que es cierto, Hinata —rebatió Sora divertida— Él también tiene sus inseguridades y defectos como todos. —Se pausó un instante—. Además sorbe los fideos de una manera ruidosa y muy molesta —continuó con mofa.

—Yo... Eso... Sí que es cierto —dijo sincera—. Pero a mi no me molesta —aclaró con seguridad.

—No sabe mantener la boca cerrada cuando traga —continuó la morena—. Además es un bocazas sin remedio —apuntó sincera.

—¿Por qué me cuentas esas cosas? —preguntó Hinata molesta.

—Porque tienes que darte cuenta de una vez que Naruto es una persona con defectos, al igual que tú y que yo —le explicó su amiga—. Lo has encumbrado de tal manera que tienes un concepto de él de lo más abstracto. —Suspiró—. ¡Lo has elevado a la altura de un Dios! ¿No te das cuenta que esa actitud tuya sólo ha conseguido que lo veas de una manera inalcanzable? Tienes que bajarlo de ese pedestal en el que lo has puesto. Naruto es un gran chico pero créeme, no es para nada el hombre perfecto que tú te imaginas. Puedes tener una conversación de lo más normal con él, Hinata. Sólo deja de verlo como ese ejemplo viviente de perfección —finalizó posando su mano con suavidad en el hombro de la joven.

—¿En verdad se tira pedos? —preguntó Hinata divertida, Sora rió con ganas.

—¡Por supuesto! —mintió Sora para ayudarla con su inseguridad—. El otro día en el hospital me llamó vieja y cuando vio la mirada furiosa que le dirigí, comenzó a tirarse pedos sin pausa —Sora rió divertida—. ¡Kakashi y yo no sabíamos dónde escondernos! ¡¡¡Parecía una metralleta!! —acabó con una carcajada.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora