Capitulo 59 - Caminos

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Naruto, Sakura y Sora, salieron a escondidas de la Aldea de Kumo, era de madrugada y ya hacía tres meses que se encontraban en la Aldea del los del Rayo. El plan era sencillo: Debían avanzar un par de kilómetros más y llegar a un gran lago de aguas termales que se encontraba en la montaña. Una vez allí, Sora debía realizar un Kage bunshin non jutsu y dejar a los chicos con su clon para ella poder avanzar unos cuantos kilómetros más hasta encontrarse con su hermano Sasuke.

Hacia semanas que los de la Hoja bromeaban con sus amigos de la Aldea del Rayo ante la posibilidad de huir de la Villa para ver el famoso lago que se había formado en la rocosa montaña. Darui y los demás siempre les decían que los acompañarían a visitarlo en breve pero debido al incremento de misiones y responsabilidades ante la inminente guerra, aún seguían sin haber acudido.

Tras recibir la misiva de Sasuke, Sora decidió confiar en los antiguos compañeros de su hermano. Sabía que ellos aún le apreciaban  y estaba segura de su lealtad incluso después de los graves errores que había cometido Sasuke. Los planes de ese día incluían a Neji y Lee, ellos se quedarían en Kumo y si alguien preguntaba por sus compañeros les dirían la verdad a regañadientes tras intentar despistarles durante el máximo tiempo posible. En la carta, su hermano le explicaba el lugar dónde reunirse... La manera de llegar hasta allí la dejaba en manos de Sora y ésta pensó que cuando los ninjas de la Aldea del Rayo notarán la ausencia de ella y de los chicos, seguirían su rastro o conseguirían que Lee y Neji se lo dijeran y los encontrarían en el lago. Al verles a los tres juntos no pensarían en ningún momento que uno de los de la Hoja era un clon. Eso le daría tiempo de poder ver a su hermano y conversar con él incluso si los del Rayo se percataban de su ausencia antes de tiempo. Su plan era aceptable sino lo descubría Darui, si él se daba cuenta de su ausencia sabía que sospecharía la verdadera razón de haberse marchado sin avisarle. La conocía demasiado. No le gustaba la idea de ocultarle nada, la confianza y el cariño que le tenía al de Kumo, cada día iba en aumento. Tal y como él le dijo todo había continuado igual entre ellos después de acostarse juntos... Sora temía que su relación de amistad se viera afectada pero por suerte no había sido así. Darui aún seguía con sus pícaras bromas pero esa había sido su actitud desde que se conocieron y a Sora no le importaba.

El del Rayo se había convertido en una persona muy querida para ella y por eso mismo habían hablado brevemente sobre Samui, la ex del jonin. Después de la fiesta celebrada el día que llegaron, Sora le habló sobre ella (omitió decirle que la había visto llorando, pues intuía que la rubia no quería que Darui lo supiera) su amigo, como siempre, había sido sincero  y le había explicado sobre el remolino de emociones que le sacudieron nada más ver a la mujer con la que había convivido por más de cuatro años. Sora notó como él estaba intentando evitar que ella se deprimiera dada su situación con Kakashi. Pero la realidad era qué aunque Darui no hubiera visto a su antigua compañera de vida, Sora ya sabía que no podría olvidar a Kakashi nunca; lo que él había significado en su vida, las sensaciones que le producía... Sabía que el peliplata había dejado una huella profunda en su ser y siempre sentiría ese cosquilleo al verle. Pero Sora no era estúpida y era consciente de que aunque jamás pudiera olvidarle del todo, sí que podía avanzar y seguir con su vida sin sentir ese constante dolor sordo en el pecho. Porque habían pasado cuatro meses y el recuerdo de Kakashi ya no quemaba, sólo escocía.

Recordó las palabras de Darui la fatídica noche en que la encontró rota de dolor en el suelo de la ducha: Te levantarás una mañana y te darás cuenta que la congoja ya no te quita el aire, que puedes volver a respirar y sonreír sin sentirte vacía. Esa mañana había llegado y justamente había sido la de ese día, el día en que volvería a ver a su hermano.

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Darui caminaba con el ceño fruncido en dirección a los apartamentos asignados a los de la Hoja, eran las diez de la mañana y Sora y los chicos no habían acudido a desayunar al local donde acostumbraban a hacerlo. Algo le daba mala espina en todo ese asunto. Darui no acudía cada día a desayunar con ellos pero siempre que lo hacía, los encontraba allí. Era parte de su habitual rutina. La viajera  siempre informaba a Darui de todos sus movimientos, había que tener presente que la Hokage había accedido a dejar partir a Sora con la condición de que el de Kumo se hiciera cargo de su seguridad... Estaba seguro de que algo había sucedido. Entró en el edificio y cerró los ojos para intentar detectar el chakra de alguno de los chicos o de Sora.  Sólo fue capaz de localizar el de Lee y el de Neji , avanzó hasta el apartamento que compartían con Naruto y llamó a la puerta. No habían pasado ni un par de segundos cuando el Hyuga abrió la puerta, el rostro del joven ni se inmutó al ver a Darui de brazos cruzados frente a su puerta.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora