Capitulo 34 - Noche de pasión 2

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Aviso! Este capitulo contiene lemon

                                 🍋🍋🍋

Sora era fuego. Ardía literalmente por ese hombre, por sus caricias, por esos suaves gruñidos que salían de su garganta cada vez que entraba en ella. Por su musculoso cuerpo que la embestía una y otra vez provocándole un placer arrollador. Cada leve gesto, cada caricia, cada beso estaban pensados y estudiados para hacerla disfrutar. Se quemaba en sus brazos mientras él la penetraba con una pericia implacable.

Kakashi era un amante experto y hábil, parecía comprender su cuerpo incluso mejor que ella misma. En el juego previo Sora ya había comprobado como el peliplata contaba con una gran destreza sexual, pero esto... esto era algo más que destreza. Era maestría, era un talento innato. Después de todo el haber estado con tantas mujeres no había caído en saco roto. Un leve temor inundó sus pensamientos, no quería ser otra amante más, otra mujer de una sola noche como tantas, no para él.

Pero por el momento sólo podía aspirar a eso, a esa única noche que por fin había llegado, le había prometido que no le pediría más, y no lo haría. Pero estaba perdidamente enamorada de él y saber que sólo tendrían esa noche le provocaba un dolor sordo en el pecho.

Él pareció percibir su preocupación y bajó la intensidad de sus embistes.

—¿Estás bien, Sora? —preguntó con preocupación—. ¿Es por el sello? —La miró preocupado, Sora se perdió en la dulzura de su mirada bicolor—. ¿Te he hecho daño? —preguntó con suavidad.

Ella lo miraba con ternura, aún en la situación en la que se encontraban, él prorizaba el bienestar de Sora al suyo propio. Le sonrió con sinceridad.

—Todo está bien, Kakashi —le dijo moviéndose con suavidad al ritmo que él marcaba—. Esto es...perfecto  —respondió con un gemido mientras juntaba sus labios con los de él.

Kakashi gruñó con placer y respondió a su beso con pasión, tras un par de segundos separó sus labios de los de ella, aún seguía penetrándola pero tras su respuesta, había incrementado levemente el ritmo, Sora creyó enloquecer de placer de nuevo. Kakashi la miró con intensidad.

—Yo creo que estoy rozando el cielo —explicó él mirándola a los ojos mientras entraba de nuevo en ella—... Estás tan jodidamente estrecha —murmuró con voz suave—... Tú me haces temblar, Sora  —le confesó con voz ronca en su oido—. Eres perfecta para mí, cada suave curva de tu cuerpo, cada centímetro de tu piel está hecho para hacerme disfrutar como jamás lo he hecho. —gruñó a la vez que la penetraba aún más profundo, Sora gimió extasiada—. Nunca había sentido esto con nadie, es como si estuvieras hecha a mi medida —dijo volviendo a entrar en ella con profundidad, La chica alzó las caderas para acogerlo más hondo—. ¡Dios, Sora!  —gruñó él al notarse tan dentro de ella—. Me vuelves realmente loco. —otro ronco gruñido salió de su garganta—. Has trastocado mi vida de un modo que no puedes ni imaginarte, me desarmas con cada uno de tus gestos.  —Volvió a entrar en ella con otro bombeo profundo, Sora se acoplaba a sus movimientos, al encuentro del vaivén de sus caderas.

Se aferró a los hombros del peliplata y gimió extasiada. ¿Cómo podía provocarle esas sensaciones? Sólo con su profunda voz ya la hacía estremecerse, con su olor la desarmaba, con su mirada la deshacía y ahora con su fuerte cuerpo embistiéndola, la volvía fuego. Y todas esas sensaciones juntas culminaban en ese momento, en ese placer arrollador, con Kakashi poseyéndola, en cuerpo y alma, porqué él ya era dueño de su corazón y de su cuerpo, desde el instante en que el peliplata había roto el sello, Sora supo que no habría nunca nadie más que él, creía haber amado con anterioridad, creía haber hecho el amor cientos de veces, pero al entregarse al shinobi descubrió lo que era realmente unirse a alguien a quién amas de verdad.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora