Sora notó un rastro viscoso en su rostro y abrió los ojos con un gemido de dolor, sentía como si su vientre palpitara con fuertes desgarros de fuego. Vio a Buru lamiendo su cara y se incorporó con dificultad. Miró su vientre y comprobó que había una sustancia blanca y gomosa moviéndose en la herida provocada por la katana. Las celulas de Hashirama. Ella tenía razón. Esa voz en su cabeza no le había mentido y Sora recordó los acontecimientos sucedidos justo antes de clavarse su espada...
En medio de la desesperación de ver a Kakashi a punto de caer derrotado por Titas, vió su Masamune manchada con la sangre del enemigo y pensó en el jutsu prohibido de Hidan. Repasó mentalmente la información que había leído en el archivo de misiones y supo que aunque pudiera realizar la primera parte del jutsu prohibido, quizás éste no funcionara correctamente ya que no había hecho ningún pacto con la deidad del culto de Jashin. Aún y con eso, sopesó la idea de hacerlo, podían pasar tres cosas: que el jutsu no funcionara y ella muriera por nada, que el jutsu se realizara y Titas muriera saliendo ella ilesa o que el jutsu se ejecutara parcialmente y tanto ella como el peliazul murieran. Una probabilidad válida sobre tres. Gimió con desesperación y miró a Kakashi. El jonin estaba en el suelo y Titas seguía golpeando su rostro mientras gritaba como un perturbado. Sora gimió apesadumbrada mientras las lagrimas seguían resbalando por su rostro, se sentía impotente. Kakashi estaba en serios problemas y ella tenía la oportunidad de salvarlo. No tenía nada más que pensar. Se puso en pie y alcanzó su Katana, apretó sus dientes mientras se hacia un profundo y doloroso corte en su antebrazo y comenzó a dibujar el símbolo que vio en el informe sobre la muerte de Asuma. En el momento en que estaba por acabar oyó la voz de Kakashi gritándole que el jutsu estaba incompleto, pero ella no podía detenerse y dejarle morir. Ya sabía la razón de qué Kakashi le hubiera hecho jurar a Titas que le besaría antes de matarle. Ese era el plan B de Kakashi, incluso cuando el combate se estaba decantado a su favor, había buscado una solución por si las cosas no salían bien... Kakashi, haciendo honor a su apodo de Ninja Genio tenía planeado usar su Kamui contra el Akatsuki. Si Titas lograba tocarle con sus guantes, para que el Kamui fuera efectivo con las pocas reservas de chakra que le quedarían, el Akatsuki tenía que estar lo más cerca posible de él... ¿Qué mayor cercanía había que besándole? En verdad Kakashi era todo un estratega... Pero su plan B no era válido para Sora, éste suponía la muerte del peliplata y ella no podía permitirlo. Las posibilidades de morir del jonin eran del 100%, en cambio Sora tenía aproximadamente un 33 % de probabilidades de sobrevivir. No había nada más que pensar, sólo podía actuar. Bufó disgustada, nunca le había gustado el numero 3.
Lamió los restos de sangre de Titas de su Katana y entonces oyó de nuevo a Kakashi:
—No lo hagas, por favor —rogaba arrodillado en el suelo—... No me hagas esto —gimió con pesar —.No puedo verte morir, Sora —se lamentaba a punto de desmayarse debido a los ataques de Titas—. Tú... También no ... No puedes morir. —Kakashi volvió a caer al suelo agotado por falta de chakra—. No lo hagas, puedo salvarte ... —dijo alzando su cabeza para mirarla.
Y Sora supo que no podía hacerle eso a Kakashi. Él le había asegurado desde el primer momento en que los presentaron que la protegería y se lo había repetido infinidad de veces... Recordó las palabras que el peliplata le dijo después de contarle lo sucedido con Obito, Rin, Minato y Kushina. Voy a protegerte de todo, Sora. Te prometo que a ti, no voy a fallarte. Sus palabras resonaron en la cabeza de la joven y supo que si ella moría y él sobrevivía, Kakashi volvería a pasar por un infierno por su culpa. Pero la otra opción era dejarle morir... Al hombre que amaba, al ser humano más fascinante y maravilloso que había conocido jamás. Ella seguía dudando en su decisión cuando vio que Titas alzaba su espada y Kakashi activaba su Mangekyou. No tenía tiempo para pensar más. Ese segundo fue para Sora el más duro de toda su vida, creyó que su cabeza iba a explotar al no encontrar ninguna otra solución. ¿Dejar morir a Kakashi o permitirle vivir con la culpa de no poder salvarla? Sabía que Kakashi no la amaba, pero tampoco amaba a Rin y su muerte aún le causaba pesadillas. Gimió rota de dolor y de angustia. Nunca jamás había tenido que tomar una decisión tan difícil, estaba desesperada y quebrada, no sabía que hacer... Y de pronto sintió una voz femenina resonando en su cabeza:
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Kakashi mi protector
FanfictionSora despierta en un mundo desconocido, un mundo Ninja al borde de la guerra. Ella sabe que su presencia allí no es casual, ha visto ese mundo en sus sueños y, misteriosamente a lo largo del pasado varios miembros de su familia han viajado allí. Kak...