Capitulo 38 - Darui

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Sora entró deprisa y corriendo en la recepción en honor a la expedición del  Rayo. Eran las ocho y media de la tarde y le había prometido a Tsunade no llegar más tarde de las ocho.

Su trabajo en el archivo la había tenido de lo más entretenida, a tal punto que olvidó mirar la hora y salió de allí casi a las ocho y diez. El motivo de su descuido fue encontrar la carpeta correspondiente a la misión en la que falleció Asuma. En ésta se explicaba al detalle lo sucedido durante el día de la muerte del marido de Kurenai. Sora leyó con atención todos los detalles de la misión, le sobrecogió el jutsu de Hidan en honor del dios pagano Jashin. Mediante ese ritual consiguió vencer a Asuma y provocar su muerte. El expediente también explicaba la posterior eliminación de los dos Akatsukis inmortales en manos del Equipo 10, esta vez liderados por Kakashi y con la ayuda final de Naruto y su nuevo jutsu devastador.

Al final del expediente se incluía un dibujo del símbolo que trazaba Hidan en el suelo con la sangre de sus enemigos y el informe escrito a mano de Kakashi. Sora se fijó con atención en la escritura del peliplata; ésta era cuidada y su redacción era impecable, sonrió al percatarse de todo lo que se podía llegar a descubrir sobre una persona, sólo con ver su letra. Fue entonces cuando miró su reloj y comprobó la hora que era, salió apresurada del archivo y se dirigió a su apartamento, se duchó y se puso un bonito vestido negro. Se secó el pelo y se maquilló levemente, sabía que Kakashi estaría en la recepción y quería hacer una entrada triunfal. Finalmente, se calzó los tacones, se perfumó levemente y salió corriendo del apartamento seguida de su leal Buru.

Una vez dentro del salón, Sora miró a su alrededor buscando a Kakashi, lo encontró charlando tranquilamente con unas personas que no conocía. Sora evitó interrumpirle y decidió acercarse a la mesa dónde estaban colocadas las bebidas y coger un refresco. Después de su carrera hasta allí, estaba realmente sedienta. Se acercó a la mesa y cogió una botella, el cristal se sentía frío bajo sus dedos y Sora notó como se le hacia la boca agua al imaginarse el refrescante liquido bajando por su garganta. Intentó abrir el tapón, pero el cierre era de lo más extraño, jamás había visto un tapón así. Tiró de él, giró e incluso probó de abrirlo con los dientes, pero no hubo manera de abrir la botella. Suspiró, a veces, olvidaba que se encontraba en un mundo totalmente distinto al suyo. Sora dejó escapar un gruñido de impotencia, en verdad estaba muerta de sed, iba a intentarlo de nuevo cuando oyó una simpática y lánguida voz a su espalda:

—¿Necesitas ayuda con eso?

Sora se volteó para ver quién era la persona que se ofrecía a salvarla de morir deshidratada y se sorprendió al encontrarse frente a un hombre de fuerte musculatura y rostro de rasgos exóticos. Era rubio y su piel morena se veía tersa y contrastaba con su cabello de manera sorprendentemente grata, vestía una especie de chaleco sin nada debajo y sus fuertes brazos dejaban ver una musculatura digna de Aquiles. Ese hombre destilaba sensualidad por cada poro de su piel.

Sora le sonrió y le pasó la botella. El joven la cogió y pulsó con su pulgar el tapón como si fuera un botón, logrando que el plástico saliera sin problemas.

—¡Oh! Vaya... —dijo Sora con un mohín de lo más gracioso.

El hombre le sonrió y le pasó la botella.

—Gracias  —le dijo Sora cogiéndola y dando tal trago que casi deja la botella vacía, el desconocido la miraba divertido.

—Parece que necesitabas con urgencia esa bebida —dijo él con una sonrisa que dejaba entrever su perfecta y blanca dentadura, ella río levemente avergonzada.

—Lo siento  —respondió Sora también riendo—. He venido desde casa corriendo varias manzanas y he llegado aquí prácticamente deshidratada  —explicó, el desconocido la miraba divertido mientras Sora daba otro trago y acababa su bebida.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora