Capitulo 27 - Confesión

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—Creo que he sido una mujer de lo más risueña durante el día de hoy, Kakashi —dijo Sora recordándole su promesa.

Habían entrado a la mansión ya que Kakashi le había dicho a Sora que olía a lluvia. La joven alzó la vista contemplando el despejado cielo y miró al peliplata con incomprensión. No obstante, entró en la casa. Media hora después había comenzado a llover con fuerza en una tormenta de verano de lo más espectacular. Una vez dentro el peliplata le había explicado su plan B, pretendía que Sora hiciera uso de su Mangekyo para conseguir un control más matizado del chakra, si había conseguido teletransportarse usando el Kamui, estaba seguro de que conseguiría controlarlo una vez activado éste. El deteriodo debido al uso del dotjutsu de Sora era más que improbable, ya que debido a las células de Hashirama, sus ojos se regenerarían si se producía algún desgaste.

Tras la breve explicación, Kakashi sacó dos raciones del Ichiraku de su mochila y las puso a calentar mientras Sora ponía la mesa. Después de haber cenado y recogido se encontraban en el gran salón presidido por una enorme chimenea, debido a la tormenta la temperatura estaba bajando notoriamente, después de todo estaban a finales de Agosto y el verano estaba llegando a su fin. Sora sintió un leve escalofrío, parecía mentira que después del caluroso día que habían pasado sintiera frío estando dentro de la mansión Hatake.

—¿Tienes frío? —preguntó el peliplata al notar el gesto de Sora.

Ella asintió sorprendida.

—Es por la casa, siempre ha sido muy fría —dijo él levantándose y alzando una pieza inferior del sofá—. Recuerdo que cuando era pequeño, mi padre había tenido que encender el fuego más de una vez antes de que el mes de septiembre finalizara —explicó sacando una manta del compartimiento mientras se sentaba al lado de Sora y se la pasaba por encima de los hombros.

La joven la cogió y se arrulló con ella, sintiendo enseguida una confortable calidez debido a la prenda y al gesto del peliplata.

—Gracias, Kakashi —le dijo con una gran sonrisa.

Él la miró de nuevo de esa manera tan íntima, dejando su habitual gesto relajado y perdiéndose en el rostro de la joven. Ya no quería esconder las sensaciones que le producía verla sonreír, después de pasar el día juntos y tras el beso que habían compartido todo se había aclarado para él.

Mientras Sora dormitaba en la tumbona el peliplata se había prometido hacer todo lo posible por conseguir que en algún momento ella decidiera aceptar pasar la noche con él, quería conquistarla, ya que jamás había sentido esa necesidad tan grande de poseer a una mujer.

—Tienes una sonrisa maravillosa, Sora —confesó sincero mirándola con asombro—. Es sorprendente como se ilumina tu rostro —continuó sin dejar de mirarla—. Me encanta verte sonreír, ya has debido darte cuenta de la cara de idiota que pongo cada vez que me pierdo en tu sonrisa —finalizó negando en silencio y sonriéndole.

Sora lo miró sorprendida, ¿Cara de idiota? ¿Creía que esa mirada penetrante que la hacía estremecerse era poner cara de idiota? Sora no quería ni imaginarse como se sentiría si Kakashi la mirara de manera sensual, estaba segura que él podría conseguir que mojara su ropa interior con tan solo una mirada de deseo. Sintió de nuevo ese calor en su vientre y se removió inquieta.

—Kakashi... —le dijo con cautela, si el peliplata no cambiaba de tema, la situación se volvería de nuevo incómoda, notó de nuevo ese calor en su vientre y se quitó la manta, tras la mirada de su guardaespaldas, ya no quedaba ni rastro del leve frío que sentía unos segundos atrás.

—La única manera de lograr una mejor convivencia entre los dos, es poner las cartas sobre la mesa, Sora —contestó él sincero, posando su mano en la cintura de la joven—. Siento una gran atracción hacia ti, no voy a esconderlo más y aunque esta mañana te he dicho que no sabría como actuar si acabáramos acostándonos, eso ha cambiado. —Ella lo miró extrañada—. Después de pasar el día contigo y meditar sobre cómo me haces sentir, he decidido qué si finalmente aceptas pasar esa única noche conmigo, voy a encontrar la manera de que sigamos teniendo la misma relación que a partir de hoy vamos a tener. Después del beso de esta mañana, voy a mostrarme contigo como soy realmente. —La miró y suspiró—. Sé que aún no estás preparada y no voy a presionarte, pero no puedo ignorar las sensaciones que me produces con tu presencia —confesó con voz profunda mientras cogía la mano de Sora con suavidad—. Voy a esperar a qué estes preparada y dejes de lado esa inseguridad, no voy a presionarte pero tampoco voy a comportarme de manera indiferente, eso ya ha terminado, Sora —finalizó mirándola fijamente.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora