Capitulo 4 - Comienzo

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Kakashi se encontraba en el monumento de piedra de los Hokages, subido en la cabeza del cuarto podía contemplar la extensión de la Villa, le gustaba estar allí sumido en sus pensamientos, viendo las nubes pasar por encima de su cabeza. Normalmente acudía allí cuando algo le preocupaba. Y ese día se encontraba francamente preocupado, suspiró mirando las nubes. La aparición de ese viajero le iba a complicar la vida de una manera que los demás no podían ni imaginarse. Kakashi realizó unos movimientos rápidos con las manos y al acabar, colocó una de ellas con la palma hacía abajo sobre el suelo. El sello de invocación . Una nube de polvo apareció delante suyo, al disiparse apareció un pequeño perro con uniforme ninja.

Como muchos otros, Kakashi tenía la posibilidad de invocar animales con habilidades superiores al resto, éstos ayudaban a los shinobis en batalla o en situaciones que lo requirieran. La técnica de invocación de Kakashi consistía en una jauría de perros ninja, los Ninken, todos ellos con capacidades extraordinarias en rastreo y localización.  El peliplata conocía a ese perro desde que era un cachorro y a pesar de la actitud chulesca que el can demostraba, él lo consideraba su amigo.

—¿Qué pasa Kakashi? —preguntó el animal al verle.

—Mmm... He pensado que quizás te gustaría mirar las nubes conmigo, Pakkun —contestó Kakashi con voz apática tocándole la cabeza.

El animal miró a su alrededor y al darse cuenta dónde se encontraba suspiró.

—¿Qué ha pasado? Siempre que estás en este lugar es porqué algo te preocupa.

Kakashi se encogió de hombros, ese animal lo conocía mejor que bien.

—Me han asignado una nueva misión, debo proteger a alguien —dijo el peliplata con expresión distraída.

—¿Y qué? No es la primera vez que tienes que hacer de escolta de alguien importante, lo llevas a su destino y punto.

—Esta vez no debo acompañar a nadie, Pakkun —respondió Kakashi, el perro lo miró con expresión interrogativa.

—Debo quedarme con él —continuó— Protegiéndolo durante un periodo de tiempo indeterminado. La Hokage me ha asignado un apartamento para que lo compartamos. Debo convivir con un tipo del que no sé nada, me resulta realmente incómodo. Ya sabes que no me gusta intimar con la gente.

Pakkun lo miró sorprendido.

—Si no te respetara tanto, me reiría en tu cara, Kakashi —dijo el Ninken moviendo la cabeza en gesto negativo—. Te conozco perfectamente y sé que siempre que puedes estás sólo, pero no lo veo tan terrible, en el apartamento habrá puertas, ¿No? Cuando acabe la jornada te metes en tu habitación y la cierras. Desde allí puedes detectar el chakra de ese tío y protegerlo sin estar a su lado. Fin del asunto. No vas a perder esa independencia que tanto te gusta, ya lo verás. Además, quizás él es tan raro como tú y tampoco le gusta tener compañía. No te estreses, hombre —finalizó moviendo la cola, Kakashi lo miró con expresión divertida, las simpleza de la mente del can siempre le resultaba de ayuda.

—Quizás tengas razón —respondió volviendo a acariciarle la cabeza.

—Claro que la tengo, ahora si me lo permites debo marcharme, cuando me has convocado estaba con una hembra caniche realmente atractiva y voy a ver si puedo rematar la faena —dijo moviendo de nuevo la cola.

Kakashi asintió, dándole permiso. Pakkun desapareció en una nube de humo. El shinobi volvió a quedarse sólo y miró de nuevo a las nubes.

Recordó sonriendo la última frase de su canino amigo, ese perro era un pervertido sin remedio, ya cuando era un cachorro tuvo serios problemas en quitarle la manía de engancharse en las piernas de la gente para restregarse. La actitud del Nikken le hizo pensar en su situación, ya llevaba un tiempo sin estar con una mujer y si a partir del día siguiente tenía que proteger al viajero, no habría tiempo para atender sus necesidades.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora