Capítulo 65 - Propósitos

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— Sabes que no puedo negarte nada... — Susurró casi en un lamento.

Y los ojos de Sora se abrieron debido a la sorpresa al recordar esa frase. ¿Se la dijo Darui cuando deshizo el jutsu? Darui... Su mente ya no pudo pensar en otra cosa que en lo que tuvo que hacer el de Kumo... Él se había acostado con ella porqué Kakashi había sido incapaz de hacerlo. Su peliplata había dejado que otro la tomara porque era un cobarde. El gran y famoso Kakashi del Sharingan era en realidad un pusilánime que había preferido dañarla que hacerse daño a él mismo. ¡Y ella estaba a punto de besarle! ¿Se podía ser tan estúpida? ¿Tan irremediablemente débil? ¿Y él? ¿Podía haber un hombre más cínico y sinvergüencia? La rabia, la ira y la impotencia dominaron a Sora por completo y actuó sin darse cuenta, guiada por lo único que había hecho sin pausa desde que apareció en Konoha: Fomentar su espíritu de lucha. Alzó su puño con una velocidad vertiginosa y golpeó a Kakashi con todo lo que tenía, con la desazón, el dolor y la furia hacia sí misma y su debilidad por ese hombre.

Kakashi estaba perdido en esos ojos almendrados y hermosos, en ese brillo que la sorpresa había causado en ellos. Ilusionado en que ésta fuera debido al descubrimiento de la verdad. No había nada más que esa oscura mirada y el anhelo de que recordara. Lo demás no importaba, el mundo no importaba, la guerra no importaba... Tenía todos sus sentidos puestos en ver el reconocimiento en esos bellos ojos y debido a ello no le dio tiempo a reaccionar ante el puñetazo de Sora. El golpe fue devastador. El jonin voló varios metros de su posición y acabó empotrado contra la puerta de la consulta. Su pecho ardió al sentir como una de sus costillas se fisuraba debido al impacto contra la madera. Su labio y su mandíbula palpitaban de dolor allí donde Sora le había golpeado. Notó el sabor metálico de la sangre resbalando por su labio inferior y gruñó con enfado mientras se lo limpiaba con el dorso de su mano.

—Mierda, Sora —masculló aún desde el suelo—. Golpeas incluso más fuerte de lo que recordaba —reconoció poniéndose en pie dispuesto a enfrentarse a esa mirada iracunda que ella le dedicaba desde su posición.

—Lárgate... —le espetó la joven con fría calma—. Lárgate y no vuelvas a intentar de nuevo besarme o te juro que no podré parar de golpearte —le avisó la joven mirándolo con enfado.

Kakashi suspiró con desgana, sabía que Sora había activado su "modo cabezota" y por el momento no tenía nada que hacer. Una retirada a tiempo es una victoria, le murmuró su mente de estratega. Y Kakashi supo que era cierto. Abandonaría la consulta, pero no se daría por vencido, jamás cesaría en su empeño, ella recordaría, su quejica lo haría y él iba a encargarse de ello.

—No sabes cuánto lamento haberte fallado, Sora —le dijo volteándose en dirección a la puerta—. Al menos, sopesa la opción de que seamos amigos, creo que debido a la inminente guerra será imperativo para nosotros si debemos combatir juntos. —Se pausó a la vez que dejaba salir un cansado suspiro—. Quiero que sepas que la misión que me ha tenido lejos por tanto tiempo ha sido como un viaje de redención. Sé que te fallé y te herí y no hay un día en que no lo lamente —finalizó abandonando la consulta sin darle tiempo a una réplica adecuada.

Sora observó con el alma encogida como Kakashi abandonaba la habitación. Cerró los ojos y sin darse cuenta se los llevó a los labios, conmocionada por lo que acababa de suceder, por lo que había estado a punto de suceder. Él había vuelto, él estaba de nuevo en Konoha y ella al verle de nuevo había perdido cualquier atisbo de su determinación en cuanto todo lo que rodeaba al Copy ninja. Sí, había podido volver a sonreír. Sí, por la mañana al levantarse ya no sentía ese dolor sordo en su pecho. Pero... Aún amaba a Kakashi, él aún la desarmaba, él aún lograba transmitirle esa sensación de seguridad y él, muy a su pesar, aún la volvía loca. Y eso la asustaba. ¿Por qué? Porque ella no podía olvidar lo que el jonin le había hecho... ¿Cómo iba a perdonarle? A pesar de las palabras que él le había dedicado, Sora no podía ignorar la realidad de lo que Hatake Kakashi le había hecho.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora