Kakashi paró su avance en el cruce de caminos en el que exactamente 9 meses y 26 días atrás se había detenido al poco de iniciar su largo viaje. Si todo continuaba como lo planeado, en cinco jornadas cruzarían las puertas de Konoha. Prácticamente un año fuera. Suspiró y miró con interés la interesección de caminos, uno llevaba a Konoha; el otro a las cumbres de las Montañas Nevadas, la morada de su Clan. Lo único que quería hacer era dirigirse sin tregua hacía la Villa Oculta de la Hoja, hacía la mujer que amaba, hacia el perdón que anhelaba... Pero antes debía averiguar algo sobre su herencia Hatake y tratar varios temas con el administrador de la aldea Hatake dónde vivían varias decenas de miembros del Clan. Tetsuya.
El peliplata se reunía con él una vez por año, aunque Tetsuya hiciera el papel de líder en la pequeña aldea, el verdadero cabeza de Clan y líder de los Hatake, era Kakashi. Éste, desde Konoha se ocupaba de los temas burocráticos aunque también estaba al tanto de los acontecimientos que acontecían en la pequeña aldea oculta entre las montañas. Tetsuya era un hombre de mediana edad, afable y regordete. Enviudó joven y tenía a su cargo a dos hijas. Kakashi sabía que era respetado por el resto de miembros del Clan y más de una vez le había sugerido que tomara el cargo como líder de los Hatake, pero Tetsuya siempre declinaba su ofrecimiento. Su argumento era que tener un líder con la reputación de Kakashi hacía a los Hatake ganar fama y reconocimiento.
—¿Aún sigues con la misma idea de visitar a los de tu clan, mi eterno rival? —preguntó Gai desde su posición al lado del peliplata, el portador del Sharingan asintió.
—Sí, las normas de la cortesía Hatake prácticamente nos obligan a quedarnos como mínimo tres días, Gai —explicó el peliplata con su habitual voz calmada—. Lamento que aún se retrase un poco nuestro regreso, pero sabes que necesito averiguar algo —finalizó, su amigo asintió desde su posición.
—No te preocupes, no sé porqué, pero tengo curiosidad por ver esa pequeña Aldea repleta de gente con cabellos plateados como tú —dejó caer su amigo, luego una sonrisa traviesa de dibujó en el rostro del moreno—. Y dime, Kakashi ¿Son hermosas las mujeres de tu Clan? —preguntó con interés, Kakashi se encogió de hombros.
—Podría decirse que sí... —respondió pensativo—. Además, las mujeres Hatake tienen los instintos propios de nuestro linaje y están consideradas como unas amantes muy apasionadas —explicó el peliplata.
—Ese viaje a tu aldea que hacías una vez al año debía de ser de lo más productivo... —insinuó Gai divertido, Kakashi negó volteando los ojos.
—Nunca me he acostado con una mujer del clan Hatake —respondió con sinceridad, Gai lo miró con interés.
— ¿Y por qué no? —preguntó con asombro
—No lo veía correcto. No era nada apropiado que para una vez al año que venía de visita me dedicara a acostarme con las mujeres de la aldea de la que soy líder, no lo veía ético. Dada mi juventud al convertirme en líder tuve algún que otro problema en cuanto a la legitimidad en el puesto y no creo que me hubiera beneficiado en nada que aquí también se supiera sobre mi antigua segunda norma inamovible —finalizó Kakashi, Gai asintió.
Los dos jonin iniciaron la marcha ascendiendo por el angosto sendero que se perdía en las faldas de la montaña. Lo hicieron por horas, pero a ninguno de los dos les pareció un camino largo ni difícil. Después de todo, prácticamente se habían pasado un año viajando sin pausa por los confines del mundo ninja conocido. Tras unas cuatro horas de marcha llegaron a la llamada aldea de los Hatake. Enormes casas de piedra se erguían en la falda de la montaña, el estilo de todas ellas era muy similar a la de la mansión Hatake con la única diferencia de que eran más pequeñas. Anduvieron por varios minutos sin cruzarse con nadie, ya que Kakashi decidió pasar por calles secundarias menos transitadas. Finalmente, llegaron a un edifico algo más grande que el resto, una enorme chimenea de piedra sobresalía del tejado de pizarra.
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Kakashi mi protector
FanficSora despierta en un mundo desconocido, un mundo Ninja al borde de la guerra. Ella sabe que su presencia allí no es casual, ha visto ese mundo en sus sueños y, misteriosamente a lo largo del pasado varios miembros de su familia han viajado allí. Kak...