capitulo 12

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Jennie abre lentamente los ojos y él recién golpe fresco le hace sentir su cuerpo quebrarse, mira cada zona del lugar en donde se hallaba reconociendo perfectamente su habitación, Lleva una mano hasta su abdomen que aun le dolía y se esfuerza por acomodarse en la pesada cama. No sabia como había llegado hasta su casa, aun mas, como es que aun estaba viva después de tantos golpes.  La puerta de su habitación es abierta, dejando a la vista a su madre, su semblante claramente preocupado y angustiado.

—Hija...—Murmura cuando da cortos pasos hacia la castaña que aun la mirada con sorpresa. — ¿Como te sientes? — le cuestiona con clara preocupación, la castaña solo hace una mueca, honestamente no esperaba encontrar a su madre tan temprano en su hogar.

—Estoy bien...— Se limita a decir, como si aquellos golpes no le fueran importantes, como si los pequeños moretones en su cuerpo solo fueran unas simples manchas. — Estoy estupenda — le sonríe.

La mayor solo suaviza la mirada, sus ojos brillosos apunto de delatar a sus lágrimas, pero no, limpia las pequeñas gotas que se habían aproximado a salir y también le sonríe a su hija, acariciandole la mejilla.

—Madre —Susurra. Haciendo una breve pausa dudando en si debía preguntarlo o no. — Lisa...¿Donde esta lisa? — Su madre no puede evitar sorprenderse, Jennie quien había tartamudeando en decir esas simples palabras, se encontraba apenada.

—Ella, se encuentra en la sala — Explica con brevedad.— Estaba muy preocupada por ti, al igual que yo y tus amigos, Hija, estoy contenta de que estés bien.

—¿Por que no te encuentras en él trabajo?

—Por que..necesitaba estar a tu lado y quizás lograr que entiendas, que ni mi trabajo, ni nada en la vida es mas importante para mi, nadie mas que tu.

Jennie se mantiene serena, su mirada perdida en él rostro de su madre y aunque muy en lo profundo de ella se sentía feliz y tenia él deseo de llorarle como una niña y gritarle que la quiere. No lo hizo, su orgullo la carcomía dentro.

—Supongo que quieres descansar, hija —Dice, inrumpiendo con él silencio que se había formado, pero Jennie aun no dice nada y solo puede sentir los labios fríos de su madre sobre su frente. Dándole un tierno beso y antes de cruzar por esa puerta le susurra un te quiero.

Jennie miro la puerta en donde segundos antes su madre se había marchado, las palabras de la mayor resonaban en su cabeza. Realmente era una mala hija, es decir, no quería ver sufrir a la persona que le dio la vida, pero como obligarse a darle cariño a la persona que le hizo caer en él fondo de la soledad. Se voltea cubriéndose con todas sus mantas, cerrando lentamente los ojos, debido al cansancio y él dolor.

Sin embargo su sueño es interrumpido por la dulce rubia que daba ligeros golpes a la puerta de la habitación, intentando llamar la atención de jennie.

—¿Puedo pasar? — pregunta. Jennie asiente gratamente, y es así cuando lisa da cortos pasos en dirección a la castaña, tomando asiento en él lugar donde segundos antes su madre se había acomodado, mirando a jennie claramente alegre.— jennie-Unnie, ¿Te sientes mejor?  — la castaña solo vuelve a asentir, aun sin decir palabra alguna, mirando en silencio a la rubia quien había bajado la mira. — Lo siento..

—¿Hmm? —Musitó con él ceño severamente fruncido. — ¿de que hablas?

—De lo que sucedió — La mira con clara tristeza. —De él dolor que sientes..

—No es culpa tuya, No es como si tu me hubieras golpeado — Lisa nuevamente baja la mirada, Jennie solo puede mirarla, sintiéndose frustrada ante los actos de lalisa. — Olvidalo ya ¿Si?

La rubia no respondió, mantuvo ese silencio que poco a poco se hacia aun mas largo y atosigante. Jennie solo se podía sentirse molesta e incomoda, le molestaba que lisa no estuviera hablando o haciendo alguna de sus travesuras. Lisa tenía las mejillas rojas y la mirada triste, jennie le da un corto empujón llamando su atención.

—Tu no eres culpable de nada — dice con su voz cansada. — Hyuna, ella me odia desde antes, así que me traía ganas..

—Pero te han echo daño por mi, Era mi asunto jennie-Unnie, no él tuyo— Jennie frunce él ceño ante las recién palabras dichas por lisa. — No debiste meterte.

—¿No querías que te defendiera? — Le cuestiona con la voz claramente molesta. — ¡Ni siquiera lo e echo por ti! ¡lo hice por mi malditasea! ¡No te creas tan importante!

—No lo hago, Se que no soy importante para ti, quizás nunca lo sea — su voz tembló, fue incapaz de sostener su mirada clavada en los ojos de Jennie. —Pero aun así, No pude evitar sentirme feliz cuando dijiste que era tu hermana, al menos en ese momento, pude sentir que me querías — jennie se mantiene callada y cruza los brazos, su semblante serio y sin algún tipo de emoción, pese a eso estaba sonrojada en sus adentros. — Gracias Jennie-Unnie, Te prometo que sere mas cuidadosa y tratare de no volver a meterme en problemas — Tras eso y sin decir mas se pone de pie dispuesta a marcharse.

La castaña no comprendió lo que lalisa quiso decir, sin embargo se sentía enojada por las palabras de la rubia y no podía dejar de sentir que todo era una completa estupidez.

¿Crees que no me importas? — la miro, su mirada fija en la figura de la rubia que había girado para verle. — ¿De verdad crees que no me importas? ¡No quiero que me agradezcas nada! ¡No quiero tu pena! ¡No quiero ver tu maldita cara de niña apenada, por una culpa que no es tuya! — Grito las palabras como su mente las transmitía.

—Ellas te han golpeado debido a mi, ¿Que quieres que haga? —Su voz suave apuntó de soltar su llanto. — No puedo simplemente estar tranquila, no puedo dejar de sentirme culpable.

—¡Quiero que cierres tu maldita boca, y no la abras si no es para decir otra cosa, que no sea tus disculpas! — le grito de nuevo. — ¡Es mi cuerpo malditasea! ¡Si yo quiero dejar que me golpeen, lo hago! ¡Si yo quiero entrometerme, lo hago! ¡yo tomó mis propias decisiones!

—Entonces, Yo también tomaré mis propias decisiones..

Ambas se callaron, estaban demasiado enojadas como para continuar. Tras eso lisa solo pudo desearle dulce sueños y se marcho. Jennie sintió él coraje recorre su cuerpo, estaba tan enojada, que ni siquiera le respondió. Golpeo furiosa su almohada y dejo salir pesados gritos que retumbaron en sus adentros.

—¡¿Por que eres tan molesta?! — Gritoneo en toda su habitación, sentía tanto enojo que ya ni siquiera sentía él dolor en su cuerpo.

Lisa solo pudo sonreír amargamente tras salir y quedarse recargada en la puerta de la habitación de jennie, escuchando a la perfección los gritos de la castaña, su corazón estrujándose en sus adentros.

Por que te quiero.....—Susurro tardíamente ante el grito de la castaña y una pequeña lágrima rodó por sus mejillas hasta llegar a sus labios quien aun mantenían esa sonrisa rota. — Yo de verdad te quiero...

 — Yo de verdad te quiero

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Mi odiosa hermanastra [Jenlisa] [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora