Mi odiosa hermanastra [Jenlisa] [Finalizado]

capítulo 74 [Amala]

Él día trascurrió normal como cualquier otro, él vacío que yacía en él corazón de la menor tan solo le obligaba a sobrellevar cada uno de sus días y pensaba quizás, Que él dolor desaparecería con él paso de los días, con él paso de los meses o con él paso de los años, pero que algún día simplemente su amor por jennie ya no dolería mas, su dolor sanaría y aquella pequeña frágil pieza en la que se estaba convirtiendo se volvería aun mas fuerte.

Así que confió.

En que su amor seria pasajero, en que él dolor se borraría y pronto podría volver a seguir, sin embargo muy en fondo su corazón gritaba aquel no poder, aquel decir que le amaría hasta la muerte, aquel amor que seguro permanecería en su corazón. Suspiro apaciblemente llevando una mano hasta su corazón, sintiendo él pesar de este, queriendo dormir profundo tan profundo y nunca mas volver a despertar.

Queriendo olvidar, queriendo desaparecer. Pero no todo era tan fácil.

Decidió dejar de pensar en ello y se dispuso a caminar, sin embargo aquella mirada serena de la chica que se interpuso en su camino con aquella melena negra que le miraba como si le analizara severamente tratando de comprender cada uno de sus gestos, Cruzándose de brazos antes de disponerse a hablar.

—Lalisa manoban..—Pronuncio Irene su nombre, como si le conociera de años con aquella confianza profunda.—De verdad que intento comprenderlo, pero no puedo..—Admite un tanto frustrada rasgando su cabello. —No tienes algún parecido a Jennie..

—¿De que estas hablando?

—¡Cierto! No te dije ¿no?—Rie burlesca mientras le mira.—Lo se todo lisa, se que jennie es hermana tuya —Le confiesa y cuando aquellos ojos le miran con duda se aproxima a explicar.—Su madre, bueno, tu madre me lo dijo...

—¿Jennie sabe..?

—No —Niega rápidamente suspirando mientras le mira.—No me corresponde a mi decirle —Admite jugando de manera inocente su cabello.

Aquel espacio se queda en silencio y él corazón de la menor vuelve a su calma, lo que menos quería ahora es que jennie se enterara de que son hermanas, de que la chica que ama y la chica que rompió su corazón también llevaba su sangre. Por otro lado, centra su mirada en la pelinegra quien aun yace de pie y mirándole serena, y así mismo es capaz de entender como aquellos ojos le miran como si esperaran algo de ella.

—¿Puedo ayudarte en algo?—Inquiere mostrandose amable a aquella chica que le mira suavemente y sonríe.

—Siendo honesta, si — Admite mirándole curiosa.—¿Podrias decirme que tipo de cosas hiciste para que jennie te amara?—Cuestiona y la mirada de la menor tan solo oscureció, sin saber que decir.—Ahora que sabes que es tu hermana, ¿Podrias darle consejos a tu futura cuñada?—le sonrió, con inocensia.

Y él corazón de lalisa jamas se había sentido tan abrumado, allí ante aquella chica que le pedía algo como eso, pisoteando él corazón de la menor tras recordarle ese detalle que para Irene parecía tan insignificante pero para ella era Él dolor mas grande de su vida. Guardo silencio, mirandole con aquella tristeza profunda de la cual la pelinegra fue capaz de ver, sintiendose un poco mal por a ver dicho aquellas palabras.

La menor por otro lado solo se concentró en sus pensamientos, creyendo así mismo que si ella no podía darle la felicidad a Jennie, Irene si y aunque eso fuera de lo mas desgarrador creía filmemente que si alguien en este mundo merecía ser feliz, esa persona sin duda es Jennie, así que aunque su corazón se rompiera por la sola idea de imaginar a la castaña sujetar y besar a alguien mas, lo entendió.

—Jennie no es él tipo de chica que vas Encontrar en todas partes a lo largo de tu vida—Explicó con aquellos ojos oscuros.—Jennie es especial, Es única, Ella es de las que solo suceden una vez en la vida y eso si tienes mucha suerte—Suspiro levemente sonriendo con aquella tristeza que le desgarraba.—Así que mi consejo para ti es....—Bajo la mirada tragando en seco antes de atraverse a mirarle.— Amala.