4.Marcas.

17.5K 1.2K 106
                                    

Escuchaba Jumpsuit de Twenty one pilots, una gran canción que me ayudaba a distraerme mientras Luce conducía rumbo a la escuela. 

-Hey -Luce me arrancó el audífono.
-¿Qué? -dije cansada de su mala actitud.
-En la tarde nuestros padres saldrán a cenar, así que yo llevaré unos amigos a la casa.
-Bien por ti -dije sin mucho interés.
-Quiero que no te aparezcas.
La miré mal.
-Es mi casa Luce.
-No me importa, vete con tu amiguito Nico o lo que quieras.
Suspiré pesadamente.
-Lo haré pero solo para evitar problemas no porque lo digas tú y tú se lo explicarás a mi papá.
-Como quieras -sonrió victoriosa pero no le dije más.
Volví a colocarme los audífonos y esperé a que llegáramos.

...
Como siempre al entrar a la escuela nos separamos, cada quien con sus amigos como si no nos conociéramos, hasta que llegamos al salón.

-Hey Nico -me senté junto a él.
-Hola -no me miraba, solo leía un libro titulado Carne de ataúd.
-¿Es un buen libro? -lo observé.
Apartó un momento la vista del ejemplar.
-Es muy bueno, deberías leerlo.
-Tengo una mejor idea -comencé a decir -podrías contarme más detalles... hoy en tu casa -sonreí.
Nico me miró sin comprender.
-¿Por qué hoy? ¿y por qué en mi casa?
-Porque Luce no quiere que esté en mi casa -suspiré -¿puedo quedarme a dormir en la tuya?
-Claro -volvió a su lectura -solo si tu estricto papá te deja.
-A él nunca le ha importado eso, sabe que solo somos buenos amigos.
-Entonces estás invitada.
-Genial, en verdad me salvas de aguantar a Luce y sus amigos.

El profesor entró al salón y ambos dejamos nuestra charla para prestarle atención.
Y el resto del día pasó de una forma cotidiana.

...
Caminábamos por el vecindario tan tranquilo donde vivía Nico, excepto por la casa abandonada que se encontraba muy cerca...
-Oye ¿has sabido algo más de la casa? -le pregunté a Nico.
-No, la verdad que no he investigado.
-Eso podríamos hacerlo hoy.
-Si quieres -se acomodó los lentes con un poco de "desinterés" pero yo sabía que en el fondo se moría por conocer todo de ese asunto.
-¿Y tus padres estarán en casa? -le seguí preguntando.
-No lo sé, probablemente mi mamá porque en lo que respecta a mi papá está trabajando como siempre.
-Está bien entonces podríamos...
-Hey -Nico me susurró -ahí viene la señora Marie.
Dirigí mi vista al frente, en ese momento la vecina que había llamado a la policía la noche del incidente, caminó a mi lado.
Por un segundo me miró y creí que seguiría su camino pero en cuanto me descuidé me tomó fuertemente de la muñeca.

-Señora Marie ¿por favor podría soltarme? -intenté decirle con cortesía mientras Nico solo me observaba.
-¿Qué te pasó pequeño ángel? -me observaba con lástima y eso me disgustaba.
-Nada... -supuse que se refería a que estuve en el hospital -si lo dice por lo de aquella noche no se preocupe, ya estoy bien -intenté sonreírle.
Pero ella solo me miraba más preocupada.
-Aquel mal te persigue, siempre lo ha hecho pero ahora está más cerca -apretó con más fuerza mi muñeca.
Me quejé.
-Por favor basta -le pedí más seria.
-Tienes que ir con un Padre, tienes que librarte de ese mal antes de que sea tarde.
-Señora Marie... -no sabía que más decirle, comenzaba a asustarme.
-Déjela ya -mi amigo la apartó con un movimiento brusco, me tomó de la mano y nos alejamos corriendo del lugar hasta llegar a su casa.

Mi respiración estaba acelerada cuando por fin cruzamos el umbral de su casa.
-Esa señora está loca -se quejó mi amigo.
-No digas eso -sobé mi muñeca que aún dolía.
-Lo está -susurró agitado -basta con ver la manera tan desagradable en que te trató.
Lo observé, no podía negar que tenía razón en eso.

-Hola -su mamá salió de la cocina con un trapo en sus manos y enseguida nos sonrió -Lauren hace tanto que no nos visitabas.
-Hola señora -saludé menos alterada y observé su cabellera rojiza idéntica a la de su hijo -perdón que no haya venido pero Nico no me invitaba.
Ambas miramos con negación a mi amigo.
-Tú sabes que está es tu casa Lauren -dijo Nico.
Sonreí.

-Oye -está vez Nico se dirigió a su mamá -¿Lauren puede quedarse a dormir hoy?
-¡Claro! -sonrió la señora llena de alegría -es más, les prepararé unas galletitas con chispas de chocolate.
-Gracias ma -dijo Nico -mientras subiremos a mi habitación a hacer la tarea.
-Está bien -me observó -siéntete como en tu casa pequeña.
-Gracias señora.
Entonces entró de nuevo a la cocina y nosotros subimos a la habitación...

-Perdona el desorden -Nico comenzó a quitar algunas cosas de su cama -no esperaba visitas.
-Nico -lo observé risueña -nos conocemos desde hace años, yo sé que eres un desordenado y no me importa que tengas un lío aquí -me senté en su cama sobre ropa sucia.
-Es que al final de cuentas eres una chica -susurró quitando esa ropa.
Bufé y rodé los ojos.
-Somos mejores amigos -le recordé.
Entonces me observó.
-¿En serio lo crees?
-¿Tú no? -fingí una cara de tristeza.
-¡Obvio si! -gritó pero enseguida se apenó de su reacción -tú eres la única que sabe mi secreto.
-Y tú sabes los míos -le sonreí dulcemente -y por eso, ahora mismo me ayudarás a investigar sobre lo que pasó en ese lugar porque la señora Marie me puso los pelos de punta. Y por favor, no vayas a decir que no porque sé que eres un morboso y te encantan estas cosas.
Nico sonrió más relajado, enseguida tomó su computadora de un cajón y se sentó junto a mí...
-¿Con qué empezamos?
Sonreí.
Ese era mi mejor amigo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Abrí mis ojos despacio y observé a Nico a mi lado. Después de horas de buscar algo, nos rendimos y nos quedamos dormidos.
Suspiré.
Seguramente ya sería muy noche...
Me levanté sin despertar a mi amigo y me preparé para dormir como se debe. Saqué del clóset de Nico un pijama que hace un tiempo, junto con más ropa, había dejado en su casa para emergencias como esa. Si, me gustaba mucho hacer pijamadas en su casa.
Me saqué el pantalón y me coloqué el pequeño short gris, enseguida me saqué la blusa para poder ponerme la playera color gris con un gatito en el centro pero entonces salté en mi lugar al sentir unas manos en mi espalda.
-¿Qué haces? -aún con el susto me di la vuelta encontrándome a mi amigo quien solo me examinaba con la mirada.
-¿Que te pasó en la espalda? -preguntó un poco asustado.
-¿De que hablas? -me acerqué al pequeño espejo en la pared y como pude vi mi espalda.
Me quedé sin palabras.
En la espalda baja tenía algo como unos rasguños de una mano, parecía doloroso pero en absoluto sentía dolor o cualquier sensación molesta.
-No sé que es eso -dije aún intentando recordar si me había golpeado con algo o caído o lastimado de alguna rara manera.
-¿Te duele? -preguntó tocando mi espalda.
-Para nada -enseguida me puse la playera porque realmente no quería ver aquellas extrañas marcas.
-¿Pero como te las hiciste?
-No sé -lo miré confusa -en verdad no sé, esta mañana me bañé como siempre y juro que no las noté.
-Unas marcas como esas no se hacen solas -su semblante era serio.
Lo observé y abrí ligeramente la boca.
-¿Crees que yo me las hice? -fruncí el ceño.
-No, yo no dije eso.
-Pero lo insinuaste.
-Tal vez fue un accidente, con unas ramas o algo -intentó arreglar su error.
-Tal vez -dije seria -pero te juro que yo no las hice, jamás me lastimaría.
-Te creo Lauren -sonrió más calmado.
-Entonces hay que dormir.
Me recosté en la cama junto a Nico pero estaba realmente asustada ¿qué o mejor dicho quién me había hecho eso?

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora