12.Preocupación.

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-Siéntate -dejé caer a Nico sobre el sofá -vamos a curarte eso.
Enseguida tomé el botiquín.
-¿Te duele? -preguntó ese demonio.
-No mucho -mintió Nico aunque yo sabía que en verdad le dolía y bastante.
Me agaché a su altura y empecé a limpiar su herida.
Por suerte su mamá no estaba para ver aquel desastre.
-Me sorprendiste -Jarek se acercó a mí.
-Yo también me sorprendí, jamás había hecho algo así -me concentré en la herida -lo que normalmente hubiera hecho era simplemente irme de allí y dejar a ese tonto.
-Tal vez eso es mi culpa -sonrió juguetón.
-¿Por qué lo sería? -fruncí el ceño.
-Al estar conectados por el ritual, tu lado "malo" está saliendo a la luz, aunque nunca había visto que yo influenciara tanto a un humano, en verdad debes tener mucha maldad dentro.
-Con más razón hay que darse prisa y terminar con todo... -dije entre dientes.
-¿No quieres que tu lado malo salga? -se burló.
-No quiero ser diferente, estoy bien siendo quien soy -lo observé segura de mis palabras.
Bufó.
Seguí curándole su herida, ya me faltaba poco.
-Auch -se quejó Nico.
-Perdón -le susurré.
-Ten cuidado con el pequeño Nico -Jarek le sonrió a mi amigo quien se sonrojó.
-¿Ya te había dicho que eres adorable? -le acarició la otra mejilla.
-Ya déjalo -le pedí.
-No te pongas celosa, tú sigues siendo mi favorita -me lanzó un guiño.
Rodé los ojos.
-¿Nico? -aquel demonio lo siguió molestando.
-M-Mande -tartamudeó mientras yo terminaba de ponerle una vendita.
-¿Tú sabes cuál es el miedo de Lauren?
Lo observé y después a Nico.
-S-Si sé pero no te lo diré -se acomodó los lentes.
Me levanté de allí y comencé a guardar todo en el botiquín.
-Por favor -Jarek tomó la barbilla de mi amigo para que no apartará la vista -si me dices te daré un premio.
El pelirrojo se tensó.
-Ya deja a Nico -lo miré seria.
Él solo sonrió más.
-Solo intento que alguien más me lo diga, ya que tú no quieres, además -abrazó a mi amigo -se ve que a él no le molesta que alguien tan sexi como yo lo toque.
-Le molesta, pero tu no dejas que se defienda.
Sonrió juguetón.
-Te contaré algo -insistía en molestar a Nico -ayer por poco veo a tu amiga desnuda...
-¡Oye! -le reclamé con un leve sonrojo, tenía mucha vergüenza de recordar aquel momento y por si fuera poco, Nico me miraba asombrado por aquella confesión.
Podía imaginar los pensamientos tan indecentes que surgían en su pequeña y morbosa cabecita.
-¿En serio pasó eso? -preguntó Nico.
-Si -siguió hablando -incluso vi un lindo lunar...¿tú tienes alguno allí abajo?
-N-No -volvió a titubear.
-Lástima...pero tienes unos hermosos ojos -le quitó los lentes.
-Devuélvemelos -pidió mientras el otro se alejaba haciéndome que mi amigo "lo persiguiera".
Terminé de guardar todo y me acerqué a ese demonio.
-Ya dejen de jugar -intenté arrebatárselos.
-De acuerdo princesa -de alguna forma aceptó dárselos y enseguida tomó mi mano.
-Si quieres que deje a Nico en paz, debes confesar -me rodeó con sus brazos.
-...¡Bien! Pero te lo diré cuando todo esto termine -me safé de su agarre.
-Genial, es una promesa -sonrió satisfecho.
Me senté en el sofá totalmente derrotada. 
-Ya es tarde como para ir a la casa de Jeremy, vayamos mañana -les pedí.
-Si quieres -asintió Nico. Seguramente estaba sintiendo el mismo cansancio mental que yo.
-Como gusten -Jarek me observó -¿te llevo a casa?
-No, yo puedo...-
-Te llevaré -entonces se dirigió a la salida.
Lo miré con resignación y me levanté.
-Nos vemos mañana Nico -caminé a la salida -descansa.
-¿Estarás bien con él? -preguntó preocupado.
-Si -sonreí -...espero. Adiós.
-Adiós.
Entonces salí de su casa y comencé a caminar junto a Jarek.
-¿Por qué apareciste de pronto? -le pregunté -ya sabes hace rato.
-Porque me apeteció.
-Vale... -que buena razón -otra cosa.
-Dime.
-Ya que acepté decirte mi miedo...¿me dirás el tuyo?
Sonrió y no supe interpretar eso.
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Pronto llegamos a mi casa.
-Ya puedes irte -me paré frente a la puerta de entrada.
-Que cruel, creí que me darías un premio por acompañarte.
-¿Un premio? ¿Cómo qué? -me crucé de brazos.
Se acercó a mí, demasiado...
-No sé, un beso por ejemplo -tenía sus labios muy cerca de los míos. Sus llamativos labios.
Escuché que alguien carraspeó.
-¿Lauren?
Me alejé de Jarek en cuanto reconocí la voz de mi papá.
-Hola -le sonreí viendo sus ojos que estaban clavados en mi acompañante.
-¿Él es tu amigo?
-Si señor -Jarek se acercó a mi papá y le tendió la mano -un gusto, soy Jarek.
Mi papá lo miró serio y estrechó su mano.
-Un gusto Jarek, soy Gerry el papá de Lauren.

Jarek por un momento lo miró risueño, pero después se puso serio, más serio de lo que lo había visto hasta ese momento.
Después volteó a verme.
-Debo irme Lauren -ni siquiera sonrió como normalmente lo hacía.
-¿No quieres pasar un rato? -le preguntó mi papá.
-Gracias pero tengo cosas que hacer, solo acompañé a su hija -su expresión seguía siendo sombría.
-Bueno...-le sonrió débilmente.
-Nos vemos -me dijo.
-Hasta mañana -lo miré extrañada y dejé que se fuera.
Enseguida entré con mi papá a la casa.
Estaba lista para un interrogatorio sobre mi amigo.
-¿Qué te pasó en la mano Lauren? -mi papá frunció el ceño.
Lo miré sin entender y enseguida observé mi mano. Oh oh mi muñeca tenía marcas de dedos, los dedos del rubio cuando me había tomado por la fuerza.
-Nada -le sonreí.
-Dime -se cruzó de brazos.
-Es que... un tipo me estaba molestando y pues golpeó a Nico y yo le di un puñetazo y él...

Abrió los ojos como platos.
-¿Le pegaste a alguien?
-Lo siento.
Mi papá parecía muy triste. Se sentó en el sofá.
-¿Tienes algún problema en la escuela?
-No...¿Por qué preguntas eso? -lo miré sin entender.
-¿Es por tu amigo Jarek o por lo que pasó aquella noche?
-No entiendo.
-Hija, soy policía y mi trabajo es investigar -me miró realmente preocupado -¿por qué revisaste mis archivos? ¿por que visitaste a Ashley Fernández en el psiquiatra?
Lo miré sorprendida.
-Es que...
-Déjame terminar -se puso de pie -esculcas mis cosas, visitaste a esa chica, te peleas con Luce, golpeas a un chico que te molesta, sales con ese muchacho del que la verdad desconfío... estás siendo agresiva -suspiró -me preocupas, quiero saber qué le pasa a mi pequeña.
Guardé silencio y bajé la mirada.
-Sé que no puedo ayudarte si no me lo dices pero sé quién podrá.
Lo miré curiosa.
-¿Quién?
-Un psicólogo.
-¿Qué?
-Puede que solo sea un problema de adolescentes pero mañana cuando salgas de la escuela, iremos con uno para que te oriente.
-Pero papá -suspiré y me tranquilicé -¿si hago eso estarás más tranquilo?
Asintió.
Odiaba esa idea.
-Está bien, lo haré.
-Gracias hija -me dio un abrazo.
-Ahora ¿podemos comer algo? -le pedí -muero de hambre.
-Claro -nos dirigimos a la cocina.
Y comimos un poco de pasta con queso y unas verduras.

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Me recosté en mi cama para dibujar un rato y es que estaba muy nerviosa. No me gustaba hablar con los demás de mis problemas, me sentía extraña de hacerlo y peor con un psicólogo.
Dibujé la cola del pequeño felino y terminé de ponerle un poco de sombras al pelaje.
Amaba dibujar y sobre todo amaba a los gatos aunque nunca había podido tener uno.

-Lo haces muy bien -sonrió ese demonio a mi lado, pero como ya me había acostumbrado más a sus repentinas apariciones no me inmuté. 
-Gracias -seguí pasando el lápiz.
-Te llevará con un psicólogo ¿eh?
Asentí y dejé de dibujar para pasar a mirarlo.
-Siente que tengo problemas de conducta y en parte tiene razón.
-A mí me gusta en lo que te estás convirtiendo -acarició mi brazo -mejor escápate de él y vayamos mañana mismo a ver al tal Jeremy, eso si te ayudará de verdad.
Negué.
-Mi papá hace lo que cree que es mejor, y al menos haré esto por él.
-Pero tu sabes que eso no te ayudará -me miró profundamente.
-Créeme que no quiero ir con un psicólogo, no me gusta pensar en que le voy a contar todos mis problemas a un extraño.
-¿Te acompaño? -sonrió malévolo.
-Las sesiones son personales Jarek.
-Puedo estar en tu mente.
Recordé cuando solía estar en mis pensamientos, mejor dicho molestarme en ellos.
-Es una mala idea -me mordí el labio.
-Pero sabes que es...
-Te agradeceré si lo haces -suspiré porque sabía que en verdad era una mala idea pero aún así no quería estar sola.
-Así se habla -sonrió juguetón -será muy divertido la sesión con el doc.
-Si...-lo observé curiosa.
-¿Que pasa humanita? -me miró coqueto -¿por qué me miras así? -Tengo una pregunta para ti.
-Dime.
-¿Por qué actuaste tan extraño frente a mi papá?
Jarek sonrió.
-No lo hice.
-Claro que si, ¿fue por miedo? a todos les intimida mi papá.
-Obvio que no -me miró mal ante mi comentario -tu papá solo es un humano más.
-¿Entonces?
-Sé su secreto.
-No es ningún secreto Jarek -me comenzaba a dar sueño.
-¿A si?
-Sé que le tiene miedo a la muerte, a dejarme -le dije.
-Eso es solo culpa -dijo seguro -su secreto es algo más sombrío.
Lo miré asustada.
-Y entonces ¿cuál es?
Por un segundo me miró pensativo como si no quisiera decirlo, entonces articuló esas palabras...

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora