18.Visita.

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La tarde se hacía más hermosa con sus colores anaranjados, era un paisaje inigualable. Me traía recuerdos de viajes familiares que antes solíamos hacer.
Pero en esta ocasión...
Suspiré.

Apagué la radio después de quince minutos, ganándome una mirada de desaprobación por parte de mis dos acompañantes.
-Oye ¿por qué? -cuestionó Nico.
-Esa música es como si ambientáramos una aventura peligrosa y no lo es... -le respondí teniendo aún en mente I'm so sorry.

El demonio bufó.
-Oigan ¿por qué nos fuimos tan temprano? -preguntó Nico.
Miré a Jarek.
-Yo se lo digo -aclaró su garganta y sonrió burlesco -el tal Nick nos encontró haciendo cosas no aptas para menores de edad en la cocina.
Abrí la boca ante su gran mentira.
-¿En serio? -preguntó mi amigo.
-Si -le respondió muy serio -estábamos allí en pleno acto y él entró.
-Oh por Dios -gritó mi amigo y yo me sonrojé.
-¡Oye! -Jarek lo reprendió -no menciones a ya sabes quien en mi auto.
-Lo siento -dijo -cuéntame más.
-Ya basta -miré a Nico -¿cómo puedes creerle?
-¿Vas a decir que lo que acabo de narrar es mentira? -se burló Jarek.
-Si, eso no es precisamente lo que pasó... sin embargo, si estábamos en la cocina y Jarek empezó a acercarse a mí y...
-¿Lo vez? -le dijo Jarek y Nico asintió sin poder creerlo.
-Es que no es por las razones tan oscuras que quiere hacerte creer -volteé a ver a mi amigo -nos escondimos allí para que el Padre no viera a este demonio.
-Ah ya veo -mi amigo por fin se tranquilizó.
-Aguafiestas -bufó ese demonio.
-Pervertido mentiroso -susurré más para mí misma.
Después preferí encender la radio que tener esas conversaciones tan perturbadoras.

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Media hora más tarde llegamos a un vecindario donde supuestamente vivía el tal Jeremy pero como decirlo, era muy... ¿descolorido? en verdad era horrible, parecía un lugar muy descuidado e insalubre.
-Este lugar se ve tan mal -Nico observaba por la ventana pero no podía contradecirlo, en verdad se veía la pobreza por todas partes.
-Tienes razón -dije por fin.
-Avísenme si ven la casa con el número 20 -dijo Jarek.
-Claro -volteé la vista a la calle.
Miraba cada casa desde el número 9 hasta que llegamos al número 15, después al 17 y enseguida al 19.
-Es la siguiente casa, la de color madera -observé la pequeña vivienda que se veía descuidada por fuera, como todas las demás.
-Genial -Jarek se apresuró a estacionarse frente a esta.

Bajamos escuchando a algunos perros ladrar. Los tres nos quedamos frente a la vivienda.
-¿Y quién va a tocar? -preguntó Nico.
-Yo -el demonio dio un paso al frente y tocó a descuidada puerta de madera.
Pero nadie respondió, esperamos unos minutos y volvimos a tocar pero nada, nos sentamos por un par de minutos más dentro del auto pero nadie llegó.
Jarek se asomó por la pequeña ventana. Después lo hice yo, pero todo se veía solitario.
-No está -dijo Nico.
-Que listo eres -se burló Jarek.
Y mi amigo rodó los ojos.
-¿Qué hacemos ahora? -pregunté mirando la hora en mi teléfono.
-Pronto anochecerá -comentó Jarek de mala gana -volvamos otro día.
-Creo que no tenemos opción -dije muy decepcionada.
-Bueno -dijo Nico.
Miré una vez más por la ventana pero no vi a nadie. Regresamos al auto y nos dirigimos de vuelta a casa.
...

Casi veinte minutos después dejamos a Nico en su casa y unos cinco minutos más fuimos a la mía, siendo casi las 10:30.
-Esto fue un desperdicio de tiempo -soltó Jarek refunfuñando.
-Ya lo sé -miré por la ventanilla -pero no tenemos ninguna otra pista, solo hay que tener paciencia.
-Los demonios no somos pacientes.
-Pues esta vez debes serlo.
-Si, pues dile eso a...
Lo observé.
-¿A quién?
-A mi paciencia -sonrió. Pero por algún motivo sentí que me ocultaba algo.
-Oye -recordé lo de la tarde -lamento que te interrumpí cuando estabas con Luce.
-Da igual -dijo restándole importancia.
-A ella no le dará igual.
Jarek se estacionó frente a mi puerta y apagó el motor.
-Seguramente me reclamará porque te alejé de ella -dije mientras desabrochaba el cinturón.
-Entonces arréglate con ella no conmigo -se rió.
-Que buena idea Jarek -ironicé abriendo la puerta del auto para entrar a casa -nos vemos mañana.
-Buenas noches humana.

Bajé del auto y entré a mi casa haciendo el menor ruido posible lo cual no sirvió de mucho.

-Hola papá -lo saludé al notar que estaba en la cocina.
-Hey -me sonrió mientras se hacía un sándwich -¿por qué tan tarde? Luce llegó hace rato.
-Es que después de la reunión salí con Nico y Jarek -sonreí.
-Esta bien -terminó su emparedado -¿y a dónde fueron?
-A comprar unas cosas para Nico.
-Ah...Y Jarek ¿es tu amigo desde cuándo?
-Papá -lo miré mal -sé a donde vas con esto, pero de una vez te digo que no, no somos nada.
-Bien -mordió su sándwich -pero mínimo puedo saber su nombre completo.
-¿Para qué? -fruncí el ceño.
-Ya sabes por curiosidad y no sé tal vez para investigar sus antecedentes penales.
-Papá -negué divertida -no vas a investigar a mis amigos.
-Si tú lo dices -tomó el plato con su sándwich -¿quieres uno?
-No gracias, ya me voy a dormir.
-Bueno, que descanses.
-Tú también -le di un beso y subí a mi cuarto mientras él iba a la sala.
Suspiré, debía mantener alejado a Jarek de mi papá o tendría un problema más del cual preocuparme.

Abrí la puerta de mi habitación y me sorprendí al ver a una persona sobre mi cama.
Me acerqué a ella.
-¿Qué haces aquí Luce?
Inmediatamente se levantó.
-Te estaba esperando Lauren -sonaba muy seria.
-Dime.
-¿Qué te crees para llevarte a mi galán de la nada?
-Oye tranquila, Jarek es mi amigo y teníamos algo urgente que hacer.
-Será que quieres que sean algo más ¿no? -colocó sus manos en sus caderas.
-¡No! -fruncí el ceño -además ya te dije, tú tienes novio.
-A ti eso te vale.
-Igual que a ti lo que haga con Jarek.
-A mí no me engañas, dices que solo es tu amigo pero seguro quieres terminar en la cama con él -gritó enfadada.
Conté hasta diez.
-Deja de gritar o vas a hacer que vengan nuestros padres -la miré -y no, no me quiero acostar con él.
-No te creo nada -se acercó amenazadoramente y me apuntó con su dedo -deja de meterte entre nosotros, o soy capaz de inventarle cualquier cosa a tu padre con tal de que lo aleje de ti, estás advertida.
Entonces pasó golpeando mi hombro y salió del lugar.
Me quedé sorprendida ¿por qué a mí?.

Lancé mi celular a la cama y me tiré sobre ella ahogando todo ni cansancio mental en la almohada.

Después de que pude calmarme, me quedé quieta y me giré mirando el techo.
-Todo es tu culpa demonio -susurré para mí misma.
Despacio me levanté de la cama y me quité la ropa para ponerme mi cómoda pijama, una playera con la imagen de un par de gatitos y un short de color rosa.
Me acerqué a la ventana y me senté en el marco viendo el cielo oscuro y sin una sola estrella. El recuerdo del Padre Abel en la fiesta me vino a la mente y sus palabras: espero verte pronto pidiendo por tu madre...
No. Seguramente no iba a ir a una iglesia porque aún no podía superar que Dios me hubiera quitado a mi mamá. Seguramente, y aunque nadie supiera, por eso fue que acepté ayudar a Jarek porque aunque fuera todo lo contrario a un ángel, al menos fue directo en decirme lo que quería
Ah... con todo eso en mi mente también me llegó el recuerdo de esa persona, mi mamá. Más específicamente un poema que solía recitarme, después de todo le encantaba el arte, la poesía, los cuentos, la vida simple... si, ella era toda una bohemia.

Y en momentos como esos me daba cuenta de la falta que me hacía. Porque antes si tenía un problema así, mi madre me aconsejaba...se sentaba conmigo, me daba una charla acompañada de chocolate caliente y...
Una lágrima se escapó por mi mejilla pero enseguida la limpié.
Suspiré y exhalé sacando todo, no podía llorar, a ella no le gustaría verme así. Cuando estaba viva me decía que fuera fuerte pasara lo que pasara.

-Buenas noches mamá -sonreí y me dirigí a mi cama, cubriendo mi cuerpo con las sábanas y cerrando mis agotados ojos.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora