47.Distracción.

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Jarek se había volteado hacia otro lado y no me veía a la cara.
-No es posible que una humana haya estado allí -susurró.
-Lo hice.
-No puede ser -siguió repitiendo.
-Era muy hermoso, justo como dijiste tú.
Parecía molesto.
-No digas una maldita palabra más -se oía muy molesto.
-Yo no tengo la culpa de que por nuestra conexión me hayas llevado a tu hogar.
-¡Mierda! -colocó su mano en su boca -seguramente él te vio.
-¿Quién? ¿Tu padre? ¿El que por cierto dijiste que no tenías? -le recordé un poco molesta.
-Mi padre me da igual -soltó -yo habló de el jefe.
Palidecí.
-¿Y-Y qué me haya visto es malo? -pregunté con miedo.
-Creo que todos los humanos se han dado cuenta de lo mucho que los odia.
-Mierda -me apoyé en la banca -lo lamento, es que no supe que hacer cuando me desmayé y cuando me di cuenta de lo que estaba pasando.
-Ya no importa -se sentó junto a mí -... no ha dicho ni hecho nada en tu contra así que no importa...
Hubo un silencio.
-Oí que tu papá...
-No lo llames así -me miró serio -esa basura no es mi padre.
-¿Por qué hablas así? -pregunté.
-Dijimos sinceridad ¿no? Pues él me vendió al jefe por su beneficio, tal vez por eso te dije que no tenía padre.
-Lo siento.
-No te compadezcas, odio eso.
-Perdón -reformulé mi comentario -...lo que decía es que oí a ese ¿señor? cuando dijo que tú eres uno de los siete demonios favoritos de el jefe.
-Voy a castigarte por saber tanto y habérmelo ocultado -suspiró.
-Tú también me ocultas cosas y yo no te reprocho nada.
-Lo estás haciendo ahora -sonrió.
-Bueno ya...solo quería contártelo, no tienes que decirme nada que no quieras.
Jarek me observó.
-Formo parte de los siete pecados capitales -me dijo esperando mi reacción.
-Me lo imaginaba -dije sincera -y también me imagino a qué pecado representas.
-¿A si? -sonrió y se acercó a mi rostro -¿y a quién?
-A la lujuria, obviamente -lo alejé.
Jarek se rió.
-Que perspicaz.
-Era fácil adivinarlo, eres tan... lujurioso -dije en broma.
-Pero eso no te molesta.
-Claro que no -dije irónica.
Se quedó callado pero con una sonrisa.
-Es un lugar precioso ¿no crees? -supuse que se refería a su hogar.
-Es muy hermoso, incluso a mí me hizo sentir en paz.
-Y eso que no viste nada -sonrió de oreja a oreja.
-Pero sabemos que eso no volverá a pasar.

-¿Qué tal si disfrutamos del resto del día? -cambió el tema.
-Sabes que no tengo ánimos de divertirme.
-Ultimamente es lo único que me dices.
-Es lo que siento.
-No deberías Lauren, la vida humana es demasiado corta y tú te la pasas lamentándote por todo.
No dije anda, tal vez tenía razón.
-Lo que hiciste te perseguirá por siempre pero no por ello vas a dejar de divertirte, así que iremos a un lugar en este pueblo y después nos iremos.
-Pero...
-Pero nada, ya no tenemos nada que hacer aquí... -se levantó de la banca -además será muy divertido y aunque no quieras te obligaré.
-Creo que tu concepto de diversión es muy diferente al mío.
-No importa, será inolvidable.
-¿Y se puede saber qué es ese lugar?
Sonrió.
-Solo sígueme...

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Unos veinte minutos después bajamos del automóvil porque según Jarek habíamos llegado a ese lugar que me relajaría.
-¿En serio? -lo miré estando frente a aquel lugar de paredes negras.
-Esto será excitante -me tomó de la mano y nos adentramos al oscuro lugar...

-Hola -Jarek saludó a un hombre que a mí no me daba nada de confianza.
-Hey ¿qué se les ofrece?
-Esta linda chica quiere hacerse un tatuaje -me miró diabólico.
-Claro ¿qué es lo que buscas? -preguntó el hombre mirándome.
-Nos permites un momento -tomé a Jarek y lo jalé lejos para que no nos escuchara.
-¿Y ahora que? -estaba muy risueño.
-No voy a tatuarme -fruncí el ceño.
-Pero tú dijiste que querías hacerlo.
-Solo fueron palabras pero no lo haré.
-Será un buen recuerdo de este paseo.
-Ya tengo muchos recuerdos, tanto buenos como malos y por eso no quiero andar por allí divirtiéndome.
-Te propongo algo -se cruzó de brazos -si te haces un tatuaje yo me haré el que tú elijas por más vergonzoso o tonto que sea.
Esta vez una sonrisa de gracia se formó en mi rostro.
Me encantaba esa idea.

-Eso sería genial -me imaginé los peores tatuajes.
-Ya te salió el lado oscuro -se burló.
-No, no sería capaz de hacerte eso -dije sincera.
-Entonces nos tatuaremos lo mismo.
-Un tatuaje en pareja no es una decisión que deba tomarse a la ligera -lo miré mal -y con alguien que no es tu pareja.
-Pero te encantaría tenerlo -sonrió socarrón.
-Obvio no -desvié la mirada.
-Vamos -hizo un puchero.
-Jarek -lo miré mal.
-Por favor -solo hacía muecas graciosas -hazlo por mí.
-Jamás lo haría por ti.
-Entonces hazlo porque la vida es muy corta y cuando seas una anciana podrás contarle a tus nietos la locura que hiciste.
Me reí.
-Eres un demonio... pero está bien, mientras no sea nada extravagante.
-De acuerdo -sonrió victorioso.

Enseguida volvimos con el hombre.
-¿Ya estás lista? -me observó.
-Si, de hecho ambos queremos un tatuaje -dije aún no muy segura.
-¿Muy bien y que les apetece?
Ambos nos miramos sin saber que decir.
-Si quieren les puedo mostrar algunos diseños y ustedes escogen.
-Sería genial -sonreí.
Se retiró un momento y volvió con un libro lleno de diseños.

-Gracias -sonreí y comencé a revisar el libro.
-Este -Jarek señalo uno casi de inmediato.
Observé el diseño pero este era enorme y cubría casi todo el brazo del modelo.
-No me voy a poner algo tan grande.
-Eso no es grande -bufó.
Lo observé fijamente.
-Algo más pequeño, por favor -está vez fui yo quien hizo un puchero.
Jarek se rió.
-Eso no te funcionara.
-Anda, hazlo por mí -le pedí.
-Bien, sigamos viendo otros.
Nos acercamos al libro y seguimos buscando diseños.
Sentí la mano de Jarek posarse sobre mi cintura pero solo por esa vez no le dije nada.
-¿Este? -dijo.
-Muy grande -volví a repetir.
-¿Este?
-Muy... para ti -lo observé y mi comentario solo le hizo gracia.
-También podrías tatuarte mi nombre.
-Ni en broma.
-Entonces mi rostro.
Reí.
-Solo sigue buscando.
Por un par de minutos más seguimos revisando.
Entonces observé uno, no entendía que era, solo que era un símbolo pero me atrajo a sobre manera y se lo dije a Jarek.

-Este.

Me sorprendí al darme cuenta que ambos señalamos el mismo tatuaje y al mismo tiempo.
Intercambiamos miradas y ambos supimos que ese era el bueno.
-¿Ya decidieron? -el tatuador apareció.
-Si -volvimos a repetir al unisono.
Jarek le mostró el diseño.

-De acuerdo, vamos adentro.
Los tres nos dirigimos a un cuarto donde había algunas sillas e instrumentos que me dieron ñañaras.
-Esperen aquí, prepararé el material.

Hay no. Ahora quería salir corriendo.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora