22.Perdidos.

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Desperté con los ojos un poco llorosos, al volver la noche anterior me había puesto sensible y había derramado unas lágrimas, claro sin que Jarek ni nadie se diera cuenta. En el momento en que me levanté Blacky también lo hizo, así que tomé un poco de comida y se la serví en su plato.

Mientras él comía, cepillé un poco mi cabello. Después pensé en darme un rápido baño antes de repasar unos temas de la escuela, así que tomé unas prendas de mis cajones para ir al baño.
Y en ese momento mi cara ganó un color rojizo, la puerta de mi habitación se abrió dejando entrar a un sexi demonio sin camisa, ni pantalones y solo con una toalla amarrada a la cintura.
-¿Q-Qué h-haces aquí? -tartamudé demasiado acalorada.
-No te pongas nerviosa -sonrió malévolo.
-S-Solo responde -intenté mirarlo a la cara.
-Pues anoche, después de arreglar unos asuntos volví a tu casa y me di cuenta que habías llorado, así que como buen demonio me quedé a dormir contigo -sonrió con grandeza.
-¿Cómo crees? ¿Y si mi papá vio tú auto? ¿Y si te vio a ti?
-Tranquila -se apoyó en la pared -mientras dormías estacioné mi auto lejos de aquí y obvio que no dejé que nadie me viera.
-Vale pero eso no explica una cosa ¿por qué sigues aquí y así? -lo señalé.
-No había nadie y me di un baño -dijo con tranquilidad.
-Insisto en que alguien pudo verte -le reproché.
-Cálmate, la única que me verá serás tú -entonces jaló de la toalla y se la quitó.
-¿Qué haces? ¡Cúbrete! -sin ver nada me tapé los ojos.
-Vamos, ya es hora de que veas mi sexi y perfecto cuerpo.
-Tápate por favor -le pedí.
-No hasta que me mires.
Aún con las manos en los ojos sentí como se acercaba, así que por instinto retrocedí hasta chocar con la pared.
-Vamos una miradita no hace daño.
Negué.
Escuché una risita.
Sentí como apartaba mis manos de mi rostro pero apreté los ojos.
-Ya -supliqué -detén esto.
-Pues abre los ojos.
-...V-Vale pero vístete.
-Lo que ordenes.
Abrí mis ojos lentamente y lo observé a la cara, a esos ojos negros. Él sonrió y se agachó levantando la toalla y colocándosela.
-Gracias -suspiré aliviada.
-Que aburrida.
-Mucho -mi corazón aún latía con rapidez.
-Si vas a estar de aguafiestas, mejor llama a tu amiguito Nico.
-¿Para? -dije aturdida.
-Es sábado, vayamos a buscar a Jeremy, una vez más.
-De acuerdo -me acerqué al cajón de la cama y saqué mi celular.
Llamé el número de Nico y escuché el tono por cuatro veces.
-Hola Lauren -saludó.
-Hola ¿puedes salir hoy? Jarek y yo queremos ir a buscar a Jeremy.
-Claro, iré en un rato.
-Te esperamos, bye.
-Bye.
-Vendrá en unos minutos -le dije a Jarek quien en un segundo ya se había vestido.
-Mientras desayunemos -se dirigió a la puerta.
-Hey no estás en tu casa.
Se rió.
-Cámbiate y ya -entonces salió.
Bufé poniéndome lo primero que encontré. Después me hice una coleta y bajé a encontrarlo.
Justo lo vi tomándose el jugo de naranja.
-Oye eso es mío -le reproché.
-Lo siento ya no hay -tiró el cartón a la basura.
-Eres un aprovechado -me senté y me serví un plato de cereales.
Al igual que él. Al menos desayunamos en silencio.
...
Para cuando acabamos Nico había llegado.
Salimos y cerré la puerta con llave, después caminamos hasta donde Jarek había estacionado su auto, subimos y nos dirigimos a nuestro destino.

-Ayer te fuiste y no me llamaste -me reprochó Nico.
-Perdón, fue culpa de Jarek.
-Es verdad -le sonrió el demonio -perdí la noción del tiempo cuando tu amiga me besó.
Lo miré seria.
-¿Que tu qué? -preguntó asustado.
-Olvídalo -le dije -no tiene importancia.
-Pero si estuvo increíble -se burló ese demonio -con lengua y todo.
-¿En serio?
-¡Ya! -me quejé cuando un leve sonrojo comenzaba a aparecer.
-Si, y en los baños de chicas. Lauren puede llegar a ser tan atrevida si se lo propone.

-Dejen de hablar de eso -me tapé la cara por vergüenza.
-Pero si Jarek no lo comenta, tú no me lo hubieras dicho -me reprochó Nico.
-¿Te cuento otra cosa? -se burló el demonio.
-¡No! -me quejé.
-¡Si! -pidió Nico.
-Hoy intentó verme desnudo, en verdad que está perdiendo la vergüenza.
Me sonrojé.
-No puedo creerlo Lauren -dijo Nico sorprendido y como si Jarek no estuviera, siguió hablando -¿y qué tal está?
Alcé ambas cejas. ¿por qué mi supuesto mejor amigo me preguntaba eso?
Jarek también me miró esperando una respuesta.
-Horrible -dije seria y observé a Nico -creo que tú estás mejor que él.
Jarek rió ante mi comentario.
-Mentirosa seguramente ni a él lo habías visto desnudo.
Nico y yo intercambiamos miradas recordando la vez que sin querer lo vi saliendo de la ducha. Había sido horrible.
-Vaya, vaya -se rió Jarek -eso si me sorprendió.
-Ya basta -se quejó está vez Nico.
-Ahora sabes lo que siento -reí por lo bajo.
-Ya no hablemos de eso -rogó tocando sus mejillas.
-Bueno ¿y de qué hablamos? -preguntó.
-De mi cumpleaños -sonrió Nico.
-Ah ¿cuándo es? -preguntó Jarek poco interesado.
-Mañana -dijo emocionado -solo celebraré con los más cercanos y como parece que algo pasa aquí, estás invitado.
Miré a mi amigo y solo sonrió.
-Gracias nene -le dedicó una sonrisa -por tu buena acción te llevaré un regalito.
-¿Q-Qué clase de regalito? -se asustó.
-¿Tienes novio? -le preguntó curioso.
-N-No -dijo incómodo -no todos saben que soy...gay.
-Que te valga lo que digan, no tiene nada de malo serlo -dijo Jarek -yo bien podría besar y acostarme con un chico.
-Tú te acostarías con cualquiera -le dije.
Jarek sonrió.
-Es verdad.
-En fin ¿por qué le preguntaste si tiene novio?
-Curiosidad -entonces encendió el estereo y todos nos quedamos en silencio.
Eso me daba mala espina.

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En el mismo tiempo que la vez anterior llegamos a la pequeña casita de madera.
Bajamos y observamos la propiedad que para mala suerte parecía estar igual de vacía.
Jarek tocó la puerta mientras nosotros dos esperábamos junto al auto.
-¿Qué tal si huyó? -me preguntó Nico.
-No digas eso...
-Pero ¿y si lo hizo?
-Tendré que aguantarlo por más tiempo -observé a ese demonio.
-No veo que te moleste mucho -sonrió y yo reí.
-No tienes idea.
Jarek se acercó a nosotros.
-El hijo de...-lo miré mal para que no terminara su frase -mil padres, no está en su casa.
Suspiré. No de nuevo.
Entonces una señora se acercó a la casa de al lado.
Corrí a alcanzarla.
-Disculpe -la observé antes de que entrara.
-¿Si? -me observó desconfiada.
-¿Sabe a qué hora volverá Jeremy, su vecino?
-Uyyy, Jer se mudó.
-No me diga -la miré decepcionada.
-Así es.
-¿Y sabe a dónde fue?
Negó. -No me dijo nada.
-Que lástima... gracias -le sonreí.
-De nada -entró a su casa.
Caminé hacia mis acompañantes y los miré con decepción.
-¿Qué te dijo? -preguntó Nico
-Jeremy se mudó.
-Malnacido -gruñó Jarek.
-¿Y qué pasará ahora?
Suspiré.
-No sé, estamos perdidos -subí al auto sin decir más, ahora estábamos en un callejón sin salida. Sin más pistas.
Pronto los dos también subieron al auto.
-Tranquila Lauren -Nico me consoló.
Solo sonreí.
-Vayamos a comer algo -comentó Jarek y ambos lo observamos mal. ¿no entendía la situación?

-Tengo hambre -sonrió simple.
-Bien -rodé los ojos. A veces era tan inoportuno.

Jarek arrancó el automóvil y nos dirigimos de vuelta deteniéndonos en un restaurante de comida rápida.
Entramos y me senté en una mesa mientras los dos compraban comida.
Observé a Jarek mientras pedía algo y no pude evitar pensar que, antes Nico había dicho que a mí no me molestaba tener cerca a Jarek y ahora fuera cierto o no, tendría que aprender a convivir con él por mucho, pero mucho más tiempo.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora