Demonio

30.Pruébame.

-¿Estás evitándome? -me dijo repentinamente mientras se cruzaba de brazos.
Recordé la voz femenina que me había hablado en la mente. "Aléjate de él".
Me crucé de brazos y lo observé ignorando aquello.
-¿Por qué lo haría?
-Porque casi tuvimos...
-No es por eso -lo interrumpí.
-¿Entonces?
-Es que aquella... -guardé silencio, no debía decir más de lo necesario -nada, olvídalo.
Caminé de vuelta a la cafetería.
-Si no quieres que te hable, no lo haré.
-Solo quiero que me dejes sola por un momento -dije.
-Bien.
Entonces se marchó.
Y yo también, no quería volver con los amigos de Luce.
Como buena adolescente, volví a casa y me encerré en mi habitación, junto a Blacky, mi celular y un poco de comida chatarra, durante todo el día...

Entonces llegó la noche...
-Hija -mi papá entró a mi habitación -¿no bajarás a cenar algo?
Negué.
-Me siento mal.
-Con más razón deberías bajar.
-Es que...tengo cólicos -mentí.
-Oh bueno ¿llamo a Amelia?
-No, solo me quiero quedar acostada.
-De acuerdo, entonces no te molesto -cerró la puerta y me relajé más.

Pero nuevamente seguí pensando en Jarek y esa nueva voz en mi cabeza.

Puntos para alejarme de Jarek:
-Quería robarse mi alma.
-Acosaba a mi amigo.
-Quería acostarse conmigo.
-Era un demonio.
-Las personas como Luce y James me odiaban por su culpa.
-Mi desempeño había cambiado por su culpa.
-Quería pervertirme.
-Y nuevamente debía recalcar que era un demonio.

Puntos a favor:
-Si le ayudaba no se robaría mi alma.
-Había hecho feliz a Nico.
-Al parecer había entendido que no iba a pasar nada entre nosotros.
-Las personas como Luce y James de por si me odiaban, con o sin Jarek.
-No le permitiría pervertirme, ya no.
-Y aunque fuera un demonio, no me había hecho algo realmente malo como para temerle...

Cerré los ojos. Sabía que aunque Jarek ya no apareciese en mis pensamientos, seguíamos teniendo esa conexión.

-¿Jarek? -lo llamé -sé que puedes oírme y quería saber si en verdad aceptarás el reto de James.

»Si«
Abrí los ojos al oír su voz en mi mente.
-¿Puedes venir un momento a mi habitación?
No hubo respuesta...

-¿Para qué me querías? -observé a Jarek parado al borde de la ventana.
Me levanté de la cama.
-Perdón por lo de ayer y lo de hoy -observé sus ojos.
-¿Tú me pides perdón a mí?
-Bueno, tú no ibas a hacerlo -bromeé y Jarek soltó una risa.
-Tienes razón -se acercó con su típica sonrisa -¿ya está todo bien?
-No prometo nada -suspiré -como te dije... sentí una atracción por ti pero nada más...pero eso si, no dejaré que sigas con tus tonterías de cambiarme o querer ya sabes que.
Soltó una carcajada.
-Te dije que me encanta destruir. Eres muy ingenua si crees que puedes controlarme.
-No lo haré, solo jugaré contigo -lo observé muy seria -cada vez que intentes cambiarme yo haré lo mismo contigo hasta volverte un casi humano muy sentimental.
Me observó con una ceja alzada.
-Y ya veremos quien termina cambiando más -le sonreí.
-Será interesante -soltó con malicia -la humana angelical convertida en demonio o el demonio convertido en ángel.
-O podrías calmarte y continuaríamos siendo quienes somos -sugerí.
-No -negó divertido -eso suena muy aburrido.
Suspiré.
-De acuerdo...eso era todo lo que tenía que decirte, gracias por venir -me senté en mi cama.
-Claro -sonrió -pero te advierto que terminaré haciendo que tu deseo carnal sea mayor que tu razón -entonces lo vi desaparecer pero con sagacidad sentí un escalofrío y no pude evitar quedar shockeada con esas últimas palabras y sobre todo con esa mirada tan perversa que me mostró por un segundo.

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¿Qué haría Jarek para hacerme cambiar?
¿Cuál sería la prueba que le pondría James?
Esas dos preguntas estuvieron molestándome durante toda la noche y durante el desayuno y ahora mientras caminaba solitariamente a la escuela.