49.Pláticas.

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-Haber -Jarek seguía manejando en busca de un nuevo hotel, pero seguía interrogándome con preguntas muy raras -¿entonces ya tuviste novio?
-Si, ¿pero por qué te sorprende tanto? -fruncí el ceño.
-Es que eres tan transparente y pura que no te imagino en una relación -se rió para si mismo.
-Por eso digo que nunca entenderás los noviazgos -rodé los ojos.
-Tienes razón...y dime ¿qué cosas hacías con tu novio?
-Pues no sé, cosas normales -reí ante lo vago que había sonado eso.
Bufó.
-Sé más específica que intento comprender tu mente.
-Bien...pues -me quedé pensando en aquellos días -mi último novio era mi vecino así que al salir de la escuela nos veíamos y no sé, salíamos por allí al cine, con Nico, a la plaza, a pasear o a veces me quedaba en su casa para ver películas...
-Espera -me interrumpió -¿tú hacías todo eso con un chico, y hablo de ir a su casa a ver películas, pero sigues siendo virgen?
Me sonrojé.
-Lo que pasa es que él era buena persona y no un aprovechado como otros -le sonreí.
-Eso crees tú, pero seguro que él quería tener sexo durante todas esas veces que estaban solos.
-Cierra la boca Jarek -le gruñí.
-Mira -continuó -estás en esa edad en que todos preferirían quedarse con la culpa que con las ganas, ya sabes ese dicho que tanto les encanta a ustedes "es mejor pedir perdón que pedir permiso" -me guiñó el ojo.
-¿Y si mejor dejamos de hablar de mi intimidad?
-Neh, es un tema muy interesante.
Lo miré indignada.
-Jarek ¿solo piensas en sexo?
-¿Y tú?
-Obvio que no.
-Oh vamos, tú y eso chico solos en una habitación...seguro te dieron ganas al menos una vez -me miró seductor.
-Bueno... tal vez...-miré el paisaje o eso intenté ya que con la oscuridad de la noche casi no se distinguía nada.
-¿Ves? Lo que pasa es que no eres expresiva.
-El hecho de que no diga ciertas cosas no significa que no las sienta como todos los demás -lo miré a los ojos.
-¿Eso es una indirecta? -me miró pícaro.
-Para nada -negué rotundamente, lo que lo hizo reír.
-Pues yo si hubiera aprovechado alguna de esas ocasiones -susurró.
-Si claro, porque para ti eso es de lo más romántico.
-Yo no soy romántico -soltó sincero.
-Ya me di cuenta -respondí.
-Si...-se quedó callado -es que yo soy más del tipo emoción fuerte.
Lo observé sin entender.
-Me gustó más la cuestión de traerte a una misión suicida, que quedarnos en un lugar haciendo cosas de niños bobos.
-Las cosas de niños bobos también son importantes ¿nunca has oído que hay que valorar esas pequeñas cosas que te da la vida?
Nos observamos por un breve lapso de tiempo.
Y después nos quedamos en silencio.
-¿Y por qué terminaron? -me preguntó.
-Se mudó y una relación a larga distancia no iba a funcionar.
-Cierto.
Me alegró que no siguiera preguntando.

-¿Sabes que me gusta de ti Lauren?
-¿Qué cosa? -respondí creyendo que diría alguna tontería. 
-Tus ojos.
Lo observé llena de sorpresa.
-Es que los ojos reflejan quién eres en verdad, digamos que hablan por ti... -me observó -y los tuyos dicen mucho.
Solté una risita.
-Con razón los tuyos me dan miedo -susurré.
-Pero te encantan, eso ya me lo dijiste.
-¿Qué? ¿Cuándo dije que me encantaban? -no recordaba haberle confesado eso en específico.
-Cuando estabas borracha.
-Oh -fue lo único que dije.
-Creo que para saber qué más opinas sobre mí, debo emborracharte más seguido.
-Eso no pasará de nuevo -observé el camino justo cuando Jarek se metía al estacionamiento de un hotel.
-¿Quieres oír qué más pasó esa noche? -tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Me sonrojé.
-Realmente no sé si quiero enterarme de más de lo que ya me dijiste.
-Como quieras.

Y aunque no me dijera más, pude imaginar muchas cosas...

Me sonrojé, iba a explotar de lo roja que estaba pero es que no podía evitarlo me moría de la vergüenza de solo pensar en aquella vez.

-Tranquila tomatito, deja de imaginar cosas -se burló aún más.
-No imagino nada y ¡no me llames así! -me avergoncé aún más.
-Vale, vale -sonrió y apagó el motor -vamos a hospedarnos.
Con nerviosismo bajé del auto. Ahora no me sentía cómoda.

Me senté en una banca mientras Jarek pedía el cuarto.

Lo observé desde lejos pero una duda me asaltó haciendo que mordiera las uñas de mis manos.
-Ya está -Jarek se acercó y yo solo lo seguí.

Pronto llegamos a un cuarto bastante básico pero por una noche no podía pedir más.
-¿Qué tanto piensas? -Jarek se lanzó a la cama de sábanas blancas.
Lo observé estando aún de pie.

-Aquella noche ...¿por qué no te aprovechaste de mí? Ambos sabemos que estás ansioso de llevar a cabo tus sucios deseos.
-Puedo hacerlo ahora -sonrió cínico.
No dije nada y lo observé esperando la verdad.

-Ya te había dicho que te quedaste dormida en el acto ¿no?
-Es que no me trago ese cuento.
Guardó silencio.
-Bueno -rodó los ojos -es que tú no ibas a recordarlo y así no hubiera sido divertido. El chiste es que admitas que soy el mejor en todo -sonrió.

-Vale -me acosté a su lado pero le di la espalda -pues aunque esos hayan sido tus motivos, gracias por no hacerlo.
Escuché una risita y enseguida me abrazó, provocándome un escalofrío de sentirlo tan cerca.
-De nada tomatito.
Inmediatamente me di la vuelta y lo observé con furia.
-Ya no me llamas así. Prefiero que me llames por mi nombre o humanita o con cualquier otro apodo pero eso se oye tan -suspiré -...solo no me llames así ¿bien?
Recorrí su mirada y él la mía.
-De acuerdo... humanita.
-De acuerdo demonio.
Ambos nos quedamos en silencio... Y en un impulso me acurruqué junto a Jarek.

-¿Estás segura de que no estás enamorada de este guapo y sensual demonio? -me susurró con su atractiva voz.
-Solo diré que me encariñé...eso es lo que comúnmente me pasa con todos, incluyendo a las personas, seres vivos y a...como sea que te llamen a ti.
-Ser sobrenatural descendiente de las tinieblas -habló imitando un tono tétrico.

-Eso se oye fatal -me pegué aún más a su cálido cuerpo -perdón si te molesto con mi actitud tan empalagosa, es solo que... siento que la culpa de lo que hice me perseguirá incluso mientras duermo.

Jarek soltó un gruñido.
-Joder Lauren creí que había quedado claro que no fue tu culpa.
-Lo sé pero no es fácil convencer a mi inconsciente.
-Yo puedo convencerlo por ti.
-Gracias, eres tan bueno -reí.
-¿Sabes qué? Mejor hay que dormir.
Asentí y de inmediato cerré los ojos.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora