57.Tío.

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Nico había decidido no ir a la escuela y quedarse a hacerme compañía.
Cuando sus padres me vieron en su cuarto, me abrazaron felices de verme y yo les pedí permiso para quedarme en su casa un par de días, después de decirles que había peleado con mi padre y que ellos le llamaran para estar seguros, aceptaron que me quedara.

Mientras, Nico, Blacky y yo habíamos pasado toda la tarde tirados en su cama, viendo películas y comiendo helado y palomitas, mientras hablábamos de Marcos y lo bien que había avanzado su relación.

-Es un lindo tatuaje -sonrió Nico viendo mi brazo.
-Gracias -sonreí o al menos lo intenté.
-Es increíble que te atrevieras a hacerte uno -lo observó detalladamente.
-Será un buen recuerdo de Jarek.
-Supongo que si -sonrió -¿y qué pasó con él?
-Nada -lo miré recordando lo que me había ocultado y eso me hizo suspirar -solo fue un buen amigo. En verdad extrañaba a Jarek.
-¿Te digo algo y no te enojas?
-Depende.
-Hacían linda pareja. Siempre creí que terminarían juntos y ahora que sabemos que en parte eres como él podría ser...
-Eso nunca pasará.
-¿Te digo otra cosa?
-¿Que?
-Siento que cambiaste, de alguna forma te veo más decidida.
-Si... supongo que también es gracias a Jarek y un poco por su primo.
-¿Cuál primo? -preguntó interesado.
-Ah olvidé contarte que Jarek tiene un primo llamado Izan, él era muy difícil también aunque guapo.
-Quisiera conocerlo.
-No será posible.
-Lastima -se alzó de hombros.
-Además tú tienes a Marcos -le recordé.
-Eso si -sonrió como tonto -a mí también me ayudó mucho conocer a Jarek.
-Ya me di cuenta de eso -comí una palomita.
Entonces alguien tocó la puerta.

-Adelante -dijo Nico.
-Lauren -la mamá de Nico se asomó por la apertura de la puerta -hay un hombre que te busca.
-¿Un hombre? -fruncí el ceño.
-Tal vez es Jarek -susurré Nico.
Por un momento mi corazón latió con fuerza.
-No es su amigo -interrumpió su mamá -es un hombre más grande, como de treinta y tantos años.
-Está bien, ahora voy -le sonreí y entonces se fue.
-Lauren -Nico me sonrió -no sabía que te gustan mayores de esos que llaman señores.
-No seas tonto -reí débilmente -no sé quien pueda ser.
-¿Te acompaño? -preguntó cargando a Blacky.
-No, espérame aquí. Ahora vuelvo -me levanté y me dirigí a la entrada de la casa.

Allí observé a un hombre, que me daba la espalda, vestía un traje pero no podía decir más de su apariencia porque solo miraba a la calle.
-Me dijeron que estaba buscándome -me acerqué a él y entonces se dio la vuelta.
No pude evitar quedar hipnotizada por sus ojos...
Ese hombre elegante, de edad muy similar a la de mi padre, me resultaba extrañamente familiar.

-Ah tus ojos son idénticos a los de tu madre -sonrió.
-También los tuyos -me sonrojé al darme cuenta que lo había dicho en voz alta -perdón eh quise decir que...
Lo escuché soltar una risa muy agradable.
-Me estaba buscando ¿no? -dije intentando tranquilizarme.
-Si -se me quedó viéndome.
-¿Para? -pregunté intentando llamar su atención.
-Perdón es que no puedo dejar de ver tu parecido con Nora -se rió apenado.
-¿Conocía a mi madre?
Asintió.
-Perdón por no presentarme adecuadamente -me extendió su mano -yo soy... Dimitri.
Tragué saliva al escuchar ese nombre.
-¿D-Dimitri? -repetí -¿e-el tío de Jarek?
-El mismo pero -suspiró -también soy el hermano de Nora, soy tu tío.
-¿Disculpa que? -me estremecí.
-Hay muchas cosas que tengo que hablar contigo sobrina -me sonrió -¿podemos ir a caminar?

Asentí despacio ya que no podía articular palabra alguna.

...
Teníamos que hablar, eso es lo que había dicho. Sin embargo solo andábamos por las calles sin decirnos una palabra y sinceramente no entendía que estaba pasando.
¿Por qué de pronto en mi vida habían tantos misterios?

-¿Jarek y yo somos primos? -le pregunté de pronto. Y no podía evitarlo, aquella idea me aterraba.
-Si -miraba al frente -lamentablemente eres prima de ese... chico.
¿Era mi imaginación o parecía odiarlo?

-¿Y él lo sabe? -volví a preguntar.
-No, me encargué de ocultárselo y aún más cuando supe que estaba cerca de ti.
-¿Y... también eres un demonio?
Asintió.
-¿Y qué haces aquí?
Suspiró.
-Pensé que Jarek te diría la verdad de lo que le pasó a tu mamá. Yo quería que siguieras siendo una chica feliz y no quería que él lo arruinara... por eso mandé a Izan para que lo trajera de vuelta, pero todo se descontroló y al final terminaste enterándote. Así que pensé: si ya sabe la verdad debería aprovechar y conocerla.

Eso me molesto aún más...porque seguramente mi papá sabía sobre la familia de mi mamá y también me lo había ocultado.

-Creí que me querías muerta -le solté.
-¡Por supuesto que no! Eso fue un mal entendido -hizo una mueca -el padre de Jarek y yo nos encargamos de vigilar y guiar a los siete demonios pero a veces se nos salen de las manos y hacen lo que quieren... Además eres hija de Nora, mi hermana favorita. Jamás te haría daño, solo te quería lejos de Jarek y de los problemas -me sonrió.
-Supongo que ya puedes estar tranquilo.
-Eres adorable -lo oí susurrar.
Me sonrojé.
Y nuevamente hubo silencio.
-Escuché que te mudarás -comentó.
-Si...con lo que descubrí de mi papá, no quiero estar cerca -dije aún dolida.
-Escucha, él no tuvo la culpa, mi hermana era alguien buena pero cambió. Poco a poco, con el paso del tiempo su locura empeoró y tu padre tuvo que decidir entre su esposa y su preciada hija -parecía triste al decirme eso.
Lo observé fijamente.

-Entiendo. Dicen que mi mamá se volvió loca -miré el cielo -ella enfermó y entiendo que mi papá me protegió a su manera, pero aún no perdono que no me haya contado de esto.
-Todos comeremos errores.
-Lo sé.
-Entonces intenta perdonarlo.
-Dame tiempo... lo quiero pero necesito pensar.
-Me alegro que seas así de noble -me apretó las mejillas.
-Eso lo aprendí de mi papá.
-Se nota que te educó muy bien.
-Si.
-¿Sabes? De ahora en adelante...me gustaría tener contacto contigo.
-A mí también me gustaría. Siempre quise tener más familia y aunque seas un demonio eres agradable.
-Solo contigo -sonrió -a demonios como Jarek los detesto -apretó la mandíbula.

-¿Y por qué odias a Jarek? Digo a mí me parecía una persona decente.
Sonrió divertido.
-Deja de interesarte tanto en ese individuo.
Eso hizo que me diera vergüenza. No me interesaba tanto en Jarek ¿o si? Bueno lo extrañaba pero...

-En fin -volvió a su actitud despreocupada -en estos días estaré ocupado pero te visitaré a donde te mudes ...pero prométeme una cosa.
-Dime.
-No le dirás a tu papá que me conoces porque hace años le prometí que no me acercaría a ti. O mínimo no se lo digas por ahora.
-Lo prometo -dije con seguridad, después de todo mi papá me escondía cosas.
-Que buena sobrina -me abrazó -cuídate mucho Lauren.
-Lo haré tío -cerré los ojos un momento y cuando los abrí ya no estaba.

No se me hizo extraño, Jarek también tenía esa rara costumbre de aparecer y desaparecer.

›Primos‹
Jarek era mi primo y por consiguiente también Izan. Sonreí porque de un jalón ya tenía dos primos y un tío.
Aunque seguramente a ellos no les importaban mucho los lazos de sangre.
Pero estaba bien volver a estar conectado con ellos. Me sentí extraña de tener esos pensamientos, en realidad estaba confundida.

Caminé de regreso a la casa de Nico, había tantas cosas nuevas que contarle, además tenía que disfrutar el tiempo que me quedara con él.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora