Demonio

19.Melancolía.

-Despierta -escuché una voz pero tenía bastante sueño así que me giré ignorándola -anda se nos hará tarde ¿o quieres que muerda tu sexi cuello?

En ese momento sentí una respiración cerca mi cuello. Rápidamente abrí los ojos y me encontré con los de Jarek.
-¿Q-Qué haces aquí? -me senté en la cama.
-Ya te dije, si no te levantas se nos hará tarde -miró un reloj que se encontraba sobre mi mesita -faltan veinte minutos para la primera clase.
-¿Qué? -me despabilé -no puede ser tan tarde.
-Claro que si, te quedaste dormida.
-Lo siento es que no dormí bien.
Me levanté y en un segundo ya tenía mi ropa en las manos.
-Me daré un baño, tú puedes irte ya, si quieres.
-Te espero -se tumbó sobre mi cama -tu hermana te ha dejado.
-Vale, gracias. Pero mejor espera afuera, en tu auto -salí del cuarto y corrí al baño.
...
Cinco minutos después estaba mordiendo lo que quedaba de un hot cake y al parecer estaba sola en la casa.
Después tomé mi mochila y corrí a donde Jarek.
-Diez minutos -me señaló el reloj.
-Si llegamos -corrí y me subí a su auto para que el enseguida arrancara.

...
Y lo logramos, condujo muy rápido y en tan solo esos diez minutos habíamos llegado. 
Justo antes de que la profesora de Salud cerrara la puerta Jarek y yo entramos ganándonos miradas por parte de todos.
-Muy bien clase -continuó la profesora -hoy les daré un resumen sobre la HNE así que por favor saquen sus cuadernos.
Tomé mi mochila y busqué el cuaderno, suspiré al darme cuenta de que lo había olvidado... Cogí el de otra materia y me dispuse a escribir lo que anotaba en el pizarrón. Pronto comenzó a explicar y así pasó toda la clase hasta que por fin acabó y todos salimos del salón.

-¿Por qué llegaron tarde? -Nico se nos acercó.
-Porque se quedó dormida -le contestó Jarek.
-¿Estás bien? -me susurró Nico.
-Si -le mostré una pequeña sonrisa.
-¿Por qué no lo estaría? -nos cuestionó Jarek.
-Por nada -dijimos al unisono e intercambiamos miradas.
-No me lo creo -Jarek se dio cuenta de que le ocultábamos algo.
-Ajá, y yo soy un ángel -se burló Jarek -mejor díganme que...

-Jarek -Emily se acercó -¿te divertiste ayer?
-Claro no tienes idea -le sonrió coqueto mirándonos de reojo.
-Nico y yo nos adelantaremos a Matemáticas -tomé a mi amigo y dejé a Jarek confundido.
Caminábamos por el pasillo pero sentía la mirada de Nico sobre mí.
-¿No le dirás a Jarek?
Lo observé y mi mirada se entristeció.
-No, eso es mañana pero aún así no le importaría.
-Pero tal vez Luce se lo diga.
-No lo hará, lo que ella menos quiere es que estemos cerca.
-De acuerdo, pero se dará cuenta, hoy estás muy distraída, incluso yo me di cuenta que hasta tu cuaderno olvidaste.
-Ya se me pasará -sonreí y entramos al salón. En verdad esperaba que todo se me pasara como en otros años.
Ambos nos sentamos en la parte final del salón y esperamos a que todos fueran llegando. Pronto el salón se llenó y Jarek se sentó a mi lado con mi hermana a su otro lado.
-Hola clase -sonrió la profesora.
-Buenos días -saludamos.
-Hoy, ya que muchos de ustedes me han pedido repaso, les daré problemas de derivadas. Así que por favor cópienlas del pizarrón y resuélvanlas lo más individual que puedan.
Pronto sacó un marcador y un cuaderno y comenzó a anotar en el pizarrón.
Todos sacamos nuestros cuadernos y lápices y empezamos a resolverlas.
Sin embargo no podía concentrarme y solo pensaba en ese tema que tanto le ocultaba a las personas... realmente no a todas...
-Lauren -susurró Caroline a mi lado -¿me ayudas? -me mostró una derivada. La tercera para ser exactos.
-Lo siento, no he hecho esa.
Caroline me miró sorprendida.
-Está bien, no te preocupes -me sonrió dulcemente.
Y yo regresé mi mirada al frente hasta que sentí que alguien me arrebataba el cuaderno.
-Hey -observé a Jarek.
-No has hecho nada -sonrió malicioso -que sorpresa niña aplicada.
Se lo arranqué.
-Disculpa, me duele la cabeza.
-Estás muy rara y no me has dicho por qué -me miró curioso.
-Y no te diré.
-Jarek -vi como Luce llamaba a ese demonio y este se volteaba a verla.
Entonces aproveché, guardé mi cuaderno en la mochila, tomé está y salí del salón al final de cuentas no habría problema con la profesora.

Me senté en el pasto de la jardinera mientras otras personas pasaban por el lugar. Me coloqué mis audífonos y empecé a escuchar lo primero que se reprodujo.
Pronto las personas comenzaron a salir de los salones para dirigirse a sus siguientes clases o a su descanso. Si, sabía que estaba mal que estuviera perdiendo el tiempo pero no podía, no quería estar en clases.

Narrador.
Mientras tanto:
Nico se dirigía a buscar a su mejor amiga.
-Hola pequeño Nico.
El pelirrojo se espantó cuando sintió que Jarek llegaba por detrás.
-¿Q-Qué se te ofrece? -preguntó mientras se detenían en el pasillo.
-Pues logré escaparme de las chicas y quería preguntarte algo -lo encerró contra la pared.
-¿Q-Qué pasa?
-Es lo que quiero saber ¿qué le pasa a tu amiga? -acarició su mejilla.
-No te puedo decir.
-Osea que si le pasa algo.
Nico se quedó estático.
-Vamos -se repegó más -ella no sabrá que tú me lo dijiste.
-Es que...está triste pero mejor pregúntale a ella.
-Dime por qué.
-Porque mañana será un día horrible.
-¿Por?
-Pregúntale a ella -repitió y entonces se escabulló.
Jarek se quedó allí parado viendo como aquel pequeño ser huía de sus garras....

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Me levanté del pasto, no quería que nadie me viera, la verdad ni siquiera quería ver a Nico.
Tomé mis cosas y preferí volver a mi casa.

...

Después de un par de minutos caminando giré el pomo de la puerta y entré.
-Hola Lauren ¿qué haces aquí tan temprano? -Amelia me observaba sorprendida.
-Hola -dejé mi mochila en el piso -perdón es que...estoy triste.
Me observó con pena.
-¿Es por eso?
Asentí recordando que mi papá le había contado sobre toda esa situación.
-Sé que aún faltan unas horas pero aún así... me siento mal.
-Pequeña -me abrazó acariciando mi cabeza -¿quieres que llamemos a tu papá?
-No -le sonreí -no quiero preocuparlo.
-De acuerdo pero podemos no sé... ver una película -sonrió.
-Eso me gustaría mucho.
-De acuerdo, entonces haré palomitas mientras tú la escoges.
-Si -me senté en la sala -gracias Amelia.
-De nada -me guiñó un ojo y entró a la cocina.
Mantuve una pequeña sonrisa mientras buscaba entre las películas de Netflix...
-¿Ya escogiste? -Amelia regresó con palomitas.
-Si, se llama "Grandes héroes".
-Genial -se sentó junto a mí y le puse play.
La película era animada y el principio fue muy divertido pero entonces llegó el momento en el que el hermano del protagonista moría y Amelia y yo nos pusimos sentimentales, aunque con el paso de la trama todo mejoró y tuvo un final... relativamente feliz.

-Estuvo hermosa -sonrió Amelia limpiándose una lágrima.
-Si -reí con su actitud sensible.
Escuchamos la puerta de la entrada y ambas volteamos.
-Hola -Luce nos miró extrañada -¿qué hacían las dos?
-Mirando una película -su mamá la abrazó pero ella me miró con odio.
-¿Así que ahora te quieres robar a mi mamá porque tú no tienes?
-Hija -la reprendió.
-Eso no es cierto -dije lo más tranquila que pude.
-Hipócrita -entonces subió a su cuarto mientras Amelia la llamaba.
-Perdona a Luce -me dijo apenada.
-No hay problema -miré al suelo -estaré en mi habitación por el resto del día.
-De acuerdo pero llámame por cualquier cosa -tenía una mirada de preocupación.
Subí las escaleras lentamente y me encerré.

Me dejé caer en mi cama y no hice nada más que mirar el techo hasta que en algún punto de la tarde me quedé dormida.

...
Un olor a comida invadió mis fosas nasales, tenía un poco de hambre.

Abrí los ojos con pesadez, giré hacia la mesita y observé la hora, las ocho de la noche.
-Dormiste como roca -dijo una sexi y burlona voz que ya reconocía bien.
Volteé la mirada al otro lado de la cama y lo vi.
-Jarek -me tallé los ojos pues aún no me sentía totalmente despierta.
-Más bien dormiste como bebé.
-Si, estaba cansada -mentí.
-¿Por qué estás triste?
-¿Perdón? -lo observé fijamente.
-Quiero saber por qué te comportas tan rara, ¿por qué estás triste?
-A veces las humanas tenemos días complicados -cerré los ojos tratando de ignorarlo.
Sentí como apretaba mi nariz.
-¿Qué haces? -lo golpeé hasta que me soltó.
-Eres tan mala mentirosa que tendré que sacarte la verdad -se acercó a mi boca y me miró lujurioso.
No me gustaba para nada esa situación ni esas palabras.