15.Opuesto.

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Había pasado un tiempo aunque no sabía cuanto en realidad pero la música seguía sonando, específicamente Believer de Imagine Dragons.
Me giré de lado para dormir mejor pero repentinamente abrí los ojos cuando sentí una mano en mi cadera.

-¿Qué haces aquí? -me quité los audífonos y lo observé un poco asustada y adormilada.
-Paso el rato -me mostró su atractiva sonrisa.
-Pues ve a otro lado -lo golpeé con una almohada e intenté seguir durmiendo.
-Me gusta estar en tu casa -lo oí decir.
-¿Desde cuándo estás aquí? -volví a observarlo.
-Hace un tiempo -sonrió -pero es que te veías tan mona durmiendo y abrazándome que no quise despertarte.
-Dime ¿qué quieres? -lo observé.
-Vine a tomar terapia contigo.
-¿Terapia? -dije sin entender.
-Si -sonrió y me hizo una seña para que me acercara, con un mal presentimiento le hice caso -el doc Noé dijo que hablaras más con el chico que te molestaba así que aquí estoy.
-Nunca -me alejé nuevamente.
-De acuerdo.
Repentinamente me jaló hasta tenerme sobre él.
-¿Qué haces? -me abrazó para que no pudiera pararme.
-Dime Lauren -sonrió malévolo -¿qué es lo que físicamente te gusta de mí?
Me quedé con el ojo cuadrado ante su pregunta.
-Eso no es terapia, solo quieres burlarte de mí -le reclamé.
-No es verdad -para más sorpresa comenzó a acariciar mi espalda queriendo bajar más allá.
-Deja de tocarme -me revolví nerviosa.
-Si me dices te soltaré -sonreía con total diversión.
-¡Vale! -suspiré y me quedé pensando; en realidad muchas cosas de él me llamaban la atención pero había una que era especialmente atractiva -lo que más me gusta son tus ojos.
Sonrió aún más.
-¿En verdad? Creí que dirías otra cosa.
-Solo estás siendo un pervertido -me moví de nuevo.
-Recuerda que es sexi y pervertido demonio -sonrió.
Suspiré.
-Te dije lo que querías oír ¿ya puedes soltarme?
-A mí -continuó -me gustan tus labios, tus ojos y tu trasero - acarició eso último.
No podía estar más sonrojada...
-Ya lo dijiste ahora suéltame -intenté zafarme pero seguía sin ceder.
-No, no, no -jugueteó con su dedo -ahora me dirás qué te gusta pero de mi personalidad.
-¿Puedo decir qué no me gusta? -dije y no en broma.
Soltó una carcajada y negó.
-No me importa igual lo diré -sonreí -no me gusta que seas tan pervertido.
-Pues a mí no me gusta que no caigas ante mis muchos y notables encantos.
-Ya déjame por favor -suspiré aturdida y me levanté de allí, sentándome en la cama.
-Pero me gusta -continuó hablando -que no importa lo mala que sea la situación, eres optimista...aunque a veces creo que demasiado.
-Pero creí que...-me quedé callada.
-¿Que te quería cambiar? Aún quiero -pude ver un poco de maldad en sus ojos y en sus palabras -soy un poco destructor con lo que me gusta.
-Ya entendí, ahora ¿ya me puedo dormir?
-Esperaba que hiciéramos otras cosas -dijo "decepcionado".
-Jamás.
-Una última cosa -se levantó de la cama.
-¿Y ahora qué?
-Quería decirte que me aburrí de solo esperar y molestarte así que pensé en una forma de hacer todo más interesante -parecía un niño pequeño tramando una travesura.
-¿Q-Qué cosa? -pregunté temiendo lo peor.
-Es mi plan secreto, ya verás mañana -me guiñó el ojo -duerme bien.
Entonces se esfumó.
¿Qué estaría planeando?

Me volteé hacía mi lado derecho y por algunas horas más no pude dejar de pensar en eso.

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¿Qué estaba planeando?
Esa pregunta me estuvo molestando toda la mañana, desde que me desperté, mientras me bañaba, mientras cepillaba mis dientes y mientras bajaba a desayunar con mi familia.

-Luces pensativa -mi papá me observó con los ojos entrecerrados.
-Es que mi amigo, Jarek, dijo que me tenía una sorpresa y me preguntaba qué planea -me metí una cucharada de cereales a la boca.
-A mi también me gustaría saber -nuevamente tenía su actitud de padre celoso.
Le sonreí.
-No creo que sea nada malo, si es lo que te preocupa -mentí.
-Claro...pero sabe que soy policía ¿verdad?
Me reí.
-Si, lo sabe.
-Excelente -se levantó de la mesa y dejó su plato en el fregadero.
-¿Sabes? -me acerqué a él con mi plato en mano -mejor me voy a la escuela, aunque no sé dónde esta Luce.
-Ella dijo que necesitaba hacer algo antes de la escuela y se fue temprano.
-Entonces caminaré -le dejé mi plato.
-Puedo llevarte, si quieres.
-No gracias, caminar me hará bien -tomé mi mochila y salí a toda prisa.
-Adiós hija -me gritó.
-Adiós.

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