66.Decisión.

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-Pasa por favor -le ofrecí.
Él de inmediato hizo caso y entro.
Respiré hondo y me limpié la cara con ambas manos.

-Perdón por venir de improviso.
-Siempre eres bienvenido.
Mi tío se sentó en el sillón y clavó sus ojos en el suelo.
-¿Y ese vaso roto? -me preguntó con ceño fruncido.
-No es nada, lo tiré sin querer -sonreí.
-Ya veo.
Observé su rostro y noté cierta preocupación pero tal vez era mi imaginación después de todo lo que había pasado.

-¿Y qué haces aquí? -le pregunté.
-Pues además de echarte un vistazo...-se rascó la cabeza -tenía que informarte de algo que pasó en el infierno.
Me estremecí.
-¿Qué pasó?
-Siempre he sido directo así que solo lo diré -tomó aire -todo este tiempo, desde que supe de tu existencia, me he esforzado por mantenerte en secreto...no quería que ninguno de los demonios se enterara de que Nora tuvo una hija pero...
Su cara era de preocupación.
-¿Pero? -lo observé igual de angustiada.
-Lo descubrieron y ahora quieren...exigen conocerte.
Abrí la boca y los ojos como platos.
-¿Qué estás diciendo?
-Digo que aunque para los demonios los lazos de sangre no son importantes como lo son para los humanos, ellos quieren conocerte e incluso el jefe les otorgó permiso para que...
-Dime de una vez.
Me tomó de la mano.

-Ellos quieren que pases unos días en el infierno para saber qué clase de persona eres y juzgarte con sus propios ojos.
La boca se me secó por pensar en volver a ese hermoso y extraño lugar pero sobre todo porque cinco demonios que yo no conocía querían examinarme.

-¿En verdad esperas que viaje a tu hogar y los enfrente? -le pregunté perpleja.
-¿Siquiera cómo es posible que yo vaya allí?
-Lo de cómo ir es lo de menos, te lo explicaré después si aceptas sin embargo, no pienso obligarte -me observó con comprensión -si realmente no quieres no irás, aunque sinceramente creo que deberías aprovechar para conocer a lo que se consideraría parte de tu familia, además yo también estaré allí para ti. No es como que vaya a dejarte morir con ellos.
Tomó otra bocanada de aire.
-Sin embargo...-se quedó pensando en lo que diría -no puedo evitar que ustedes dos se encuentren así que si decides ir, tendrás que soportar la idea de convivir con Jarek.
Ahora si, estaba helada por completo.
-Tú decides si estás dispuesta a convivir con los siete demonios -me miró esperando una respuesta pero de mis labios no salía nada.

La verdad es que los otros seis demonios no me causaban mucho problema comparados con él, porque hace solo minutos acababa de correr de la peor forma a Jarek y ahora, la vida, el destino o lo que fuera me obligaba a volver a verlo.

-¿Y bien?
Observé a mi tío y apreté las manos.
-Es que...aún con todo no me he hecho a la idea de que él es mi... primo y no sé si puedo enfrentarlo -me sinceré.
-¿Eso es un no? 
Hice una pausa.
-I-Iré -sonreí con una mueca -si quiero ir y conocer el mundo al que perteneces, al que perteneció mi madre...pero solo si tú estás allí para apoyarme. 
-Por supuesto que estaré allí -sonrió dándome la confianza que necesitaba.
-Bien...-dije aún incrédula de lo que había aceptado.
-Y ¿cuando prefieres ir? 
-No sé -dije sincera y pensativa -dame... una semana para arreglar las cosas en mi escuela y en mi mente.
-Esta bien, entonces yo vendré por ti.
-Si...ahora quiero descansar.
-Bien -mi tío se apresuró a darme un beso en la frente -nos vemos en una semana Lauren.
Sonreí.
-Hasta pronto.
Y de la misma manera que había llegado, se marchó.

Dejé salir un suspiro con todo el estrés que había sufrido en un solo día.
Me agaché a la altura de los vidrios rotos y empecé a recogerlos con el mayor cuidado. No podía dejar de pensar en Jarek. Jarek. Jarek. Incluso si para él no eran importantes los lazos de sangre, todo iba a ser mucho más complicado en cuanto se enterara de todo.


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Toqué la puerta del departamento contiguo al mío y esperé a que abriera.
-Hey -me observó.
-Hey -dije con desánimo -¿puedo pasar?
-Adelante.

Me apresuré a entrar y encontré a Jamie mirando televisión pero en cuanto me vio, corrió a donde su hermano.
-¿Todo bien? -Asher me observaba. -Si -sonreí débilmente, y me senté en el sofá -todo bien -dije intentando creer en mis propias palabras.
-Bueno, pues ya que estas aquí puedes acompañarnos a comer.  Sonreí con un poco de desánimo y acepté su propuesta.

-Pues bien, iré a servir la pizza -Asher dejó a su hermanito sentado junto a mí y se dirigió a la cocina.
El niño solo se quedó viendo la televisión.

-Eres muy lindo y muy parecido a Asher -sonreí y él me observó.
-Ash dijo que no eres mala...perdón.
-No tienes que disculparte -le sonreí.
-¿Tu eres su novia? -me preguntó repentinamente.
-No, solo soy su amiga -me acerqué a él y le susurré -pero tu hermano si tiene una novia y es bastante bonita.
Me miró muy sorprendido.
-No le digas que te dije, hasta que él mismo te cuente ¿bien?
-Si -me sonrió con emoción.

-¿De qué hablan? -Asher apareció con tres platos y vasos con jugo.
-Nada -sonreí tomando un plato para Jamie.
-Ajá -me miró mal.
-Solo comamos y ya.
-Gracias por comprar pizza hermano -sonrió Jamie -mi mamá no me deja comerla, ni hamburguesas ni nada que tenga mucha grasa -parecía triste.
-Lo sé, a mí me hacía lo mismo -Asher se quedó pensando en tal vez un recuerdo de su niñez -pero lo hace por tu bien...creo.
-No entiendo -mordió su rebanada y su rostro se iluminó de tanta felicidad.
Me reí, los niños eran tan sinceros.

...
Un par de minutos después terminamos con toda la pizza.
-Y bien Jamie -comentó Asher -¿qué quieres hacer?
-Jugar -sonrió lanzándose sobre él.
-De acuerdo pero luego no te quejes -Asher lo lanzó al sillón y empezó a hacerle cosquillas.
Por un segundo sentí envidia de tan bonita relación de hermanos.
Jamie le susurró algo a Asher. Después este se acercó a mí.
-¿Qué pasa? -le pregunté.
-Tienes que saber que Jamie dijo que eres agradable y me pidió que hiciera esto -me abrazó y comenzó a hacerme cosquillas en los costados.
-¡Basta Asher! -comencé a reír y revolverme en el sillón pero entonces Jamie comenzó también a torturarme.
-Ya por favor -me dejé caer en el suelo -esto es maldad pura -seguí riendo.
-Ya dejémosla -dijo Asher y ambos por fin me soltaron.
-Malvados -me quedé en el suelo con una pequeña sonrisa.
-Vamos no fue para tanto -Asher ayudó a levantarme.
-Eso dices tú -rodé los ojos.
-Si quieres jugamos un juego de mesa -sonrió Jamie.
-Eso se oye mucho mejor.
-Oye -susurró Asher -no te pongas tan cómoda, Jamie se aburre muy fácil.
Suspiré.
-Esta será una aún más larga tarde...

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora