Demonio

37.Pista.

Bajamos del automóvil y nos quedamos frente a la casa que ahora estaba con sellos de la policía.
-Ah que recuerdos -fingió un suspiro de melancolía.
-Muchos -dije aún pensativa.
-Vamos adentro -Jarek pasó los sellos y pisó el descuidado pasto.
-Esto es ilegal -observé que nadie nos viera, sobre todo aquella histérica vecina -si nos descubren iremos a la cárcel.
-Eres la hija de un policía, saldrías pronto.
-Eso me tranquiliza mucho -ironicé.
-Ese es el efecto que mis palabras tienen.
Suspiré. No tenía muchos ánimos para continuar con más bromas.

Entramos por la pequeña y rota puerta de madera y una vez allí me dieron escalofríos, todo se veía idéntico que la última vez que pisé ese suelo descuidado...¿en qué estaba pensando al volver allí?
Caminamos por el lugar hasta encontrar la puerta que conducía al sótano.

-Espera -le susurré a punto de bajar las escaleras.
-¿Qué pasa? -me volteó a ver.
-Es que me da cosa -sentí una rara sensación en la espalda -después de todo aquí fue donde aquella vez casi me asesinan.
-¿Miedo? -se burló.
-Si -dije sincera.
-Bueno -se acercó a mí y me tomó de la mano -estás segura con el demonio que ocasionó esto.
-Claro que si -sentí como lentamente me hacía bajar las escaleras y yo de mala gana lo permití.
Todo se veía muy oscuro, olía a humedad y me daba pavor.
-Espera un momento -me dijo. Escuché un chasquido y en un segundo había luz gracias a unas velas, las mismas de aquella vez.
-¿Cómo hiciste eso? -pregunté impactada al notar que las había encendido de la nada.
-Magia -movió las manos como si fuera un mago.
Sonreí y observé alrededor. En el piso se encontraba marcada la silueta del primer sacrificio. Me agaché y la observé de cerca, aún podía notar algunas manchas de sangre seca, me preguntaba si algunas de esas me pertenecían a mí.
-¿Te llevaste su alma? -pregunté recordando a la chica que lloraba desconsolada por la muerte de su amigo.
-No era una buena persona -lo vi sonreír.
-¿Y qué pasa cuando la tomas?
-A veces juego con ellas por un rato y después se las mando al jefe -sabía perfectamente a quien se refería.
-¿Y qué hace él con las almas?
-Decide entre tres opciones: dejar que la persona tenga otra oportunidad de vida, cosa que nunca ha hecho, o mandarla al infierno eternamente para que pague sus crímenes o simplemente la hace desaparecer.
-Todo suena horrible -dije sincera.
-Fugit irreparabile tempus.
-¿Y eso qué significa?
-El tiempo escapa de forma irremediable.
-Eso es un consuelo.
-Ya hay que seguir -empezó a caminar por todos lados -busca cualquier cosa que parezca sospechosa.
-De acuerdo -me volteé y miré donde la chica había estado llorando, justo cuando me dijo corre.

Desvíe la mirada y seguí buscando, en un pequeño espacio había polvo y una parte del suelo estaba rota.
Empecé a escarbar con mis manos encontrado solo más polvo.
-No hay nada -Jarek -pateó una lata en el suelo.
-Cada vez parece menos probable que lo encontremos.
-Optimista -me miró mal.
-Solo digo la verdad -me volteé de nuevo al lugar debajo de las escaleras -aquí es donde estaba la chica -señalé -donde me apuñalaron. 
-Ya veo -se acercó.
Me acerqué al pequeño rincón y entonces vi un destello. Me agaché y revolví un poco de polvo, allí se encontraba una pequeña moneda que parecía vieja, me decepcioné un poco al ver que solo se trataba de eso. Rayos. Esa casa estaba llena de tanta basura.

-Hey, déjame ver -Jarek me arrancó la moneda y la observó con una cara de extrañeza.
-¿Qué pasa?
Entonces sonrió.
-Esta moneda pertenece a una secta que conozco.
-¿En verdad? ¿Y sabes dónde está?
Asintió.
-Había oído de este lugar, me parece ser que se dedican a invocar demonios -se quedó pensativo -solo que no sabía que hacían sacrificios humanos.
-Bueno algunas cosas cambian.
-Si -guardó la moneda -entonces visitaremos su "guarida".
-Eso se oye peligroso -le dije.
-Tal vez, pero estoy seguro de que encontraremos al que hizo esto solo hay un problemita...
-¿Qué cosa?
-El lugar del que hablo está, en auto, a un día o tal vez más de aquí.
-Está relativamente lejos -fruncí el ceño.
-Pero nos haremos compañía y será más divertido -me guiñó el ojo.
-Pero pensaba hablar con mi papá.
-Esto es mas importante ¿no crees? Además cuando vuelvas te interrogará sobre Luce y será algo largo y tedioso.
Me mordí el labio.
-Supongo que no hay opción -suspiré -tienes razón en que debemos buscar la secta pero iré con mi papá, tengo que verlo.  
-Como quieras -velozmente desvió la mirada hacia las escaleras.
-¿Qué pasa?
Me observó muy serio.
-Todo irá bien -entonces desapareció.
¿Qué estaba pasando?
-¿Qué haces aquí? -escuché una voz masculina.
Miré hacia las escaleras y en un reflejo alcé las manos, pues un policía me apuntaba con un arma.
-L-Lo siento.
-Está prohibido entrar aquí -bajó las escaleras hasta quedar frente a frente. Entonces lo reconocí y él a mí.
-¿Tony? -susurré, era el compañero, más joven de mi papá.
-¿Lauren? -frunció el ceño y bajó el arma -¿por qué rayos estás aquí?
-Es que... -no sabía que decir y encima Jarek me había dejado sola -¿podemos discutirlo fuera?
-Bien, subamos -me extendió la mano y yo estaba a un segundo de tomarla cuando vislumbré a Jarek detrás de Tony.
Entonces lo golpeó en la nuca, dejándolo noqueado.
Abrí la boca con sorpresa.

-¿Por qué hiciste eso? -me agaché a su altura, preocupado por su salud.
-No debía verme.
-Pero pudo ser de otra forma, Tony trabaja con mi papá.
-Si claro otra forma -rodó los ojos.
-¿Qué quieres decir? -pregunté confusa.
-Tony odia este lugar, de hecho le da miedo ser policía, el único motivo por el que permanece aquí es porque la hija de su jefe le parece preciosa.
Me quedé en silencio.
-¿Y-Yo?
-¿Tu papá tiene alguna otra hija hermosa? -sonrió malévolo.
-Deja tus comentarios tontos para otro día ¿ahora qué?
-Vámonos, en cuanto despierte le dirá a tu papá donde te encontró.
-Bien, entonces yo iré a verlo y le diré que tengo que salir contigo a un lugar.
-Claro que no -me habló serio -no puedes ir con él después de esto.
-Le prometí que iría a verlo y le explicaría lo de Luce. Además fue tu culpa porque acabas de golpearlo.
-No me importa eso, iremos en busca de esa secta.
-No haré eso Jarek, no sin hablar con mi papá.
-¿Sabes qué? Regresa con tu papá y explícale todo lo que ha pasado hasta ahora, quien sabe, tal vez no te lleve a un manicomio.
-No haría eso -lo miré con enojo.
Solo bufó.
-No conoces a las personas.
-¿Y tú si?

-¡Quieto! -ambos desviamos la mirada, Tony se encontraba de pie, apuntándole a Jarek con un arma.
-Genial -Jarek rodó los ojos -¿ves lo que provocas Lauren?
-Tony -le hablé -por favor baja esa arma.
-Ni loco, este hombre golpeó a un policía.
-Uno muy idiota por lo que veo -completó Jarek.
-Estás arrestado por entrar a una escena del crimen y por golpear a un oficial -sacó unas esposas -tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra -se acercó a Jarek.
-Lauren esto es lo que quería evitar.
Tony estaba a punto de ponerle las esposas a Jarek.
Me resigné.

-No lo lastimes -susurré.
-Tranquila -contestó Tony -lo llevaré a los separos.
-No te hablaba a ti Tony.
En un segundo Jarek reaccionó y arrojó lejos al policía, pero este con buenos reflejos sacó su arma y le disparó en el abdomen.

Me paralicé y Tony también lo hizo cuando vimos aquello...
No la herida de Jarek. No, eso parecía ser un simple rasguño.
Lo que realmente nos sorprendió y asustó fue su cambio.
Jarek mostró por primera vez su verdadera forma como demonio.
-Si que eres idiota -rugió con molestia.