58.Bestia.

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Desde aquella vez pasaron algunos días, una semana exactamente.

Caminé lo más rápido que pude con tan grande bulto, y con la jaula de Blacky.
Seguramente debí haber llevado menos cosas pero estaba emocionada de por fin ir a vivir al nuevo departamento que mi papá había comprado.
Me senté en la sala de espera del aeropuerto aguardando que anunciarán mi vuelo.

Era sábado, una semana había pasado desde que había vuelto a mi casa ¿o a la de Nico? En fin.
Por fin mi papá había terminado los trámites de la beca y hoy iría a vivir a ese nuevo lugar, donde podría comenzar de nuevo. Sin mentiras ni demonios.

Después de una dolorosa despedida con Nico y una extraña despedida con mi papá, había salido disparada al aeropuerto.
Las cosas se habían puesto relativamente estables y eso me tranquilizaba.

Observé el tatuaje en mi brazo y pensé en Jarek. Sabía que tenía que seguir adelante pero aún así me hubiera gustado decirle muchas cosas a ese demonio y agradecerle por mantenerme a salvo.

Mas rápido de lo que creí, escuché el anuncio de mi avión y de inmediato me dirigí a abordar...
En un par de horas llegaría a mi nuevo hogar.

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Bajé del taxi y caminé al hermoso edificio color plata en el que viviría de ahora en adelante.
Sin duda era bonito y los alrededores ni se diga, aunque solo los vi por la ventanilla del taxi, me habían parecido de lo más agradables.

-Estamos en casa Blacky -le sonreí al gatito que estaba harto de estar en una jaula.
Me adentré y observé el edificio en su interior, era simplemente genial. Muy hermoso.

Caminé al tercer piso donde viviría y al llegar busqué el apartamento con el número seis.
-Hola.
-Hola -saludé a una chica de pelo negro y rizado que caminaba por el pasillo.
-¿Eres la nueva vecina?
-Si, soy Lauren.
-Mucho gusto, soy April y vivo en este edificio.
-Oh, pues es bueno tener a una vecina tan agradable como tú.
-Gracias -me mostró una sonrisa -pero aunque yo soy muy buena vecina hay...
-¿Hay? -la animé a continuar.
-Mira, el departamento cinco está vacío pero en el siete vive la bestia -puso una cara de desagrado total.
-¿La...bestia? -ese apodo me parecía gracioso.
-No me lo tomes a mal -sonrió -es una persona decente y todo pero es un gruñón. Y ni te molestes en ser su amiga y por lo que más quieras no dejes que tú gato se escape o le irá muy mal, la bestia odia a las mascotas...
-Eso suena mal -me preocupé por Blacky -¿cuántos años dices que tiene ese señor?
-Tiene diecisiete -soltó.
-¿Qué? -reí -por lo que me dijiste de él, supuse que era un viejito amargado.
-Lo parece.
Ambas reímos.
-Bueno Lauren, voy de salida pero si necesitas algo búscame en el apartamento tres.
-De acuerdo, nos vemos después.
Se despidió con un movimiento de mano y se fue.
-Ya escuchaste Blacky, hay que tener cuidado con el nuevo vecino -le sonreí al minino y él me respondió con un maullido.

Todo parecía muy bien a excepción de la bestia.
Volví a reír por su apodo.
Tomé mi llave y la introduje en la cerradura. Y la puerta se abrió.

Era un lugar precioso. De buen tamaño, con muebles buenos, un baño, una cocina, una mini sala y una recámara.
Todo bien.
Llevé mi maleta al cuarto que tenía más iluminación, y dejé que Blacky anduviera explorando libremente por el lugar mientras yo desempacaba mis cosas.
Después me tumbé en la cama. Tendría un fin de semana para conocer el lugar y después el lunes iniciaría las clases. Estaba muy emocionada por eso.

-Seguro dirías que soy una aburrida -susurré para mí, pensando en Jarek.

Sin embargo, aunque pensaba en eso de volver a una vida normal, algo había cambiado en mí.
Con el paso de los días había intentado volver a ser la misma chica alegre o ese era mi propósito, olvidar lo pasado y empezar de nuevo llevándome lo mejor posible con todos pero simplemente me era complicado.

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