Demonio

36.Compañía.

Nos encontrábamos en silencio en el automóvil...
Aún me sentía mal después de todo, la cara me dolía un poco y más que eso estaba triste por saber que Luce quería hacerme tanto daño y que era capaz de acciones tan atroces.

-No lo entiendo -susurró Jarek de pronto.
-¿Qué no entiendes? -lo miré.
-No quisiste que pagara por lo que hizo.
-No quería que lo asesinaras -miré a la fría noche -nadie merece morir.
-Eres tan rara.
Sonreí débilmente.
-Gracias por ayudarme -tomé su mano -en serio.
-De nada, pero ya me debes otra.
Reí bajito.
-Cambiando de tema... dijiste que íbamos a tu casa pero creí que vivías en el infierno.
-También aquí -dijo simple.
Tenia sentido ya que pasaba mucho tiempo conmigo.
-Aún así, jamás he visto tu casa.
-Es porque solo la conseguí para mi corta estadía en la Tierra. No es la gran cosa.
-Ya... -noté un ligero ardor en mi mano y la observé, tenía una pequeña cortada -¿cuando iremos a la escena del crimen?
-Mañana mismo -miraba el camino.
-Bien...
Entonces mi celular sonó.
-¿Quién es? -preguntó Jarek.
-Mi papá -me tensé.
-Contesta o después se enojará conmigo.
Le hice caso.
-¿Hola?
-¿Dónde estás? -se oía preocupado.
-Con Jarek...
-Bien -suspiró -un chico rompió la ventana de tu habitación.
-¿A-A si? -intenté fingir.
-Si... creí que estabas en problemas. Mejor vuelve ya.
-Sobre eso -miré a Jarek -no puedo.
-¿Que?
-Escucha papá, tienes que confiar en mí...me enojé por algo realmente serio que hizo Luce y ahora prefiero estar lejos de allí.
-Pero...¿por qué? ¿dónde dormirás?
-Tranquilo, me quedaré en casa de Jarek.
-¿Ustedes dos?
-Si papá.
-¿Dónde es? Puedo ir contigo si quieres y hablamos de lo que pasó.
-No te preocupes, mañana temprano te hablaré y te contaré más.
-No estoy de acuerdo.
-Pues no volveré aunque estés en contra.
-Pero Lauren...
-Por favor -iba a llorar -necesito estar lejos, confía en mí.
Se quedó en silencio.
-De acuerdo -dijo de mala gana -pero cuídate de Jarek ¿oíste?.

Que irónico, en aquel momento ese demonio me parecía más confiable que personas con las que siempre solía convivir.

-Si...te quiero.
-Y yo a ti.
Le colgué.
-¿Todo bien? -preguntó Jarek.
-Si -sonreí levemente -quiere que me cuide de ti.
-Tiene toda la razón -bromeó.
-Claro...pero creo que debí cuidarme más aún de las personas cercanas -me entristecí.
-¿Lo dices por ese idiota?
-Lo digo por Luce...tenías razón ella quería vengarse.
-¿Qué dices?
-Ella le pidió a James que me hiciera eso.
-¿Estás bromeando? -frunció el ceño.
Negué y una lágrima más se me escapó.
-Ella me quería dañar de esa manera tan extrema y cruel.
-Esa basura -rugió.
-No importa -suspiré e intenté sonreír -ya veré qué hacer con ella.
Jarek solo me observó y se quedó en silencio.

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Media hora después Jarek volvió a hablarme.

-Llegamos -lo oí apagar el motor.
Observé los alrededores. Era un bonito lugar, un vecindario con algunas otras casas y la que él decía era grande, de un color claro, era muy normal y a decir verdad no me lo esperaba.
-Vamos -se bajó del auto y yo lo seguí.
-¿Cómo la conseguiste?
-La compré -dijo obvio.
-Claro... -observé el lugar mientras abría la puerta.
-Pasa -me empujó dentro.
-Es linda -observé una pequeña cocina y una sala con muebles color crema que le daban un toque elegante...
-Lo sé, por eso la compré -se dirigió a la cocina y pronto volvió con una bolsa con hielo.
-Ponte esto en la cara, no queremos que se inflame -me la dio.
-Gracias -de inmediato me la coloqué sintiendo un poco de frío.
-¿Quieres tomar algo? -preguntó.
-Solo quiero dormir -le respondí.
-Entonces vamos arriba para que duermas.
-Bien.
-Lo seguí por unas escaleras en forma de espiral, pronto abrió una puerta y entramos. Era muy bonito y elegante.
-Aquí puedes dormir.
-Gracias -me senté en la cómoda cama.
-Yo duermo al lado, por si necesitas algo -se dirigió a la puerta.
-N-No te vayas -lo jalé de la mano.
-¿Qué planeas? -me miró fingiendo diversión.
-S-Solo no quiero estar sola -me sentí apenada -no después de aquello.
-De acuerdo, me quedaré a hacerte compañía -se recostó en la cama.
-Gracias -me acosté a su lado.
-Ven aquí -me acercó a él y me acurrucó en su pecho.
-No necesitas abrazarme -le dije.
-Yo creo que si, después de todo debiste pasarla muy mal incluso...
-¿Incluso?
-Ya sabes, compartimos algunas sensaciones y yo... sentí tu miedo.
Me quedé callada, no sabía que decir ante eso. Obviamente en aquel momento estaba muy temerosa.
Me limité a seguir acurrucada aunque me sentí incómoda al principio, pero recordé que no era la primera vez que dormíamos juntos. Y unos minutos después logré relajarme, más no dormirme.

-Buenas noches Jarek -susurré aunque no tuviera sueño.
-Buenas noches humanita.
Entonces cerré los ojos e intenté dormir.

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Sábado.
Desperté después de toda la locura del día anterior. Jarek no se encontraba a mi lado, así que rápidamente me senté y me quedé allí.
Aún tenía un sentimiento horrible en mi pecho, me dolía que Luce me hubiera hecho algo tan horrible.

Mi teléfono comenzó a vibrar.
-Hola -saludé a mi papá.
-Hola pequeña, ¿cómo estás?
-Bien, mejor que ayer.
-Me alegro, porque necesito que vengas acá y me digas qué paso, Luce no quiso decir nada y ha estado toda la mañana encerrada en su cuarto.

-Digamos que ella me hizo una... broma muy pesada con ayuda de su novio -mentí para que no se preocupara.
-¿Qué clase de broma?
-...te digo después ¿de acuerdo?
-Pero...vendrás ya ¿verdad?
Me mordí el labio.
-Primero acompañaré a Jarek a un lugar.
-¿Puedo saber a dónde?
-No -reí -es algo personal para Jarek.
-Okey -dijo frustrado -pero te quiero en la casa en la tarde.
-Si -sonreí -adiós.
-Adiós.
Colgué y dejé el teléfono a un lado.

-Buenos días -Jarek apareció recién bañado.
-Buenos días -lo saludé y de inmediato me levanté de la cama -¿iremos a la escena?
-¿Cuál es la urgencia?
-Quiero distraerme para olvidar.
-Iremos en un rato, pero primero comeremos algo en el camino.
-Bien...¿puedo darme un baño?
-Claro, es más si quieres te acompaño -intentó bromear.
-No, gracias.
-Como quieras, ven.
Me dirigió al baño y allí me di una rápida ducha que por primera vez en mi vida no me relajó tanto como quisiera.

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-Entonces...¿es tu novia? -comentó la mesera del pequeño lugar donde nos encontramos desayunando.
-Ella quisiera serlo -se burló Jarek y yo solo rodé los ojos.
Hace un rato que habíamos llegado y la mesera que nos atendía solo coqueteaba con Jarek mientras yo comía al otro lado de la mesa.
-Bueno pero si no es así, no hay problema si tú y yo salimos hoy ¿no?
Jarek le dedicó una sonrisa coqueta.
-Me encantaría porque mis favoritas son las pelirrojas pero hoy tengo que ir a una misión secreta.
-Que divertido -animó ella -¿puedo ir?
-No lo creo, pero tal vez otro día -le dio un rápido beso en la comisura de los labios.
-Lástima -se alejó y empezó a escribir algo en su libreta y le entregó un papel -aquí tienes mi número por si cambias de opinión -entonces le guiñó el ojo y se fue.
-¿No es linda? -sonrió Jarek.
-No sabía que las pelirrojas eran tus favoritas -estaba a punto de reírme por la escena.
-No lo son, pero hay que decirle a cada mujer lo que quiere oír.
-Claro -negué con un poco de diversión, al menos su compañía ayudaba a que me sintiera más tranquila.

Había terminado de comer mi omelette así que saqué de su envoltorio una pequeña paleta de cereza como postre y me la metí a la boca.
-¿Qué te gusta de un hombre? -preguntó repentinamente.
Chupé la pequeña paleta.
-¿Por qué preguntas?
-Curiosidad.
-Ah...pues me gusta que sea detallista, responsable, divertido, con una hermosa sonrisa, empático y equilibrado y físicamente me gustan los rubios, no como tú -bromeé con lo último.
Fingió ofenderse.
-Yo soy muchas de esas cosas pero si quieres puedo teñirme de rubio.
Reí.
-Si Jarek hazlo, tal vez así tengas oportunidad -lamí la paleta.
-¿Sabes que te ves muy sexi al hacer eso? -señaló la paleta.
-Solo la estoy saboreando -me quejé.
-Como sea, me teñiré.
-En verdad me gustan los castaños y los de pelo negro -sonreí.
-Genial -jugueteó con sus dedos -ahora es mi turno.
-¿Tu turno?
-Si -se hizo el pensativo -me gustan las chicas de pelo negro, empáticas, de buen humor, que dicen odiar a los chicos malos como yo.
-¿Por qué siento que me describes a mí?
-Decirle a cada chica lo que quiere oír -me recordó.
Sonreí.
-Buen punto -metí la paleta a mi boca.
-Es hora de irnos a nuestra aventura -repentinamente me quitó la paleta y comenzó a lamerla.
-Oye -me quejé.
Jarek dejó dinero sobre la mesa y de inmediato se dirigió a la salida. Lo seguí hasta el auto y sin querer escuché que susurraba algo con seriedad.
-Es hora de encontrarlo.