70.Charlas.

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Unos minutos después de aquel alboroto, habíamos terminado de comer y ahora mi tío platicaba con el padre de Jarek, mientras el tal Gerald y Ben platicaban y bebían, por otra parte el demonio de la pereza se había quedado dormido y por último estaban Jarek e Izan que solo me observaban.
Buen, ya me sentía suficientemente aturdida.

-Ahora vuelvo -le sonreí a mi tío y me dirigí al baño
del piso de arriba.
 
Una vez allí me encerré y solo me observé en el espejo. Esto no había salido nada tan mal como creí pero tampoco tan bien...
Suspiré pesadamente y me apoyé en la pared solo haciendo tiempo, no quería volver, pero tampoco podía quedarme allí eternamente.

Me levanté y abrí la puerta con la convicción de ir a mi habitación y encerrarme hasta quedarme dormida.
...
Estaba por abrir la puerta de mi cuarto cuando alguien la detuvo.

-¿Vas a dejarnos abandonados allá abajo? -sonrió como solía hacerlo.
-Jarek -me sorprendí -¿q-qué quieres?
Se cruzó de brazos y me observó de arriba a abajo.
-Te vez muy bien.
-Gracias -susurré con pena.
-Ahora entiendo porque ese día parecías ocultarme algo.
-Lo siento Jarek.
Sonrió.
-Te das cuenta que la vida no nos quiere lejos uno del otro.
-Si...supongo que tenías razón y por más que quiera no puedo ser normal. Pero en verdad lamento no habértelo dicho antes, es solo que esto era demasiado para mí.
-Ya no importa, yo también te oculté cosas -sonrió -el tío Dimitri parece muy feliz de tenerte aquí. 
-Si, lo está.
-¿Y cómo lo supiste? -me cuestionó.
-Me buscó un día y me lo dijo -me crucé de brazos al igual que él.
-Ya veo -su mirada se perdió en algún lugar -¿sabes? aunque dije que la vida no nos quiere separados, en realidad odio que estés aquí.
Abrí la boca sorprendida.
-¿Qué?
-Aún no me creo que seas parte de mi familia -se acercó a mí y yo retrocedí, rápidamente entré a la habitación pero Jarek también alcanzó a entrar.
-Tendrás que aceptar que también soy tu familia -le dije.
-Pues no me gusta eso, Dimitri es un idiota al habérmelo ocultado.                                                             
-¿Por qué te cae tan mal? -intenté averiguar.
-Porque si -sonrió avanzando más hacia mí.
-Eso es algo vago -lo observé curiosa.
-Solo no me agrada como yo a él tampoco -repentinamente se quedó observando por la ventana -nunca nos llevaremos bien...
No entendí sus palabras.
-En fin... deberíamos volver con todos, prima.
-No me llames así -rodé los ojos.   
-Pero eso eres.
-Pero no creo que sea algo importante, bueno mi tío me explicó que esos lazos realmente no importan entre los demonios y al final sigo siendo la misma.
Jarek me miró con ligera sorpresa y después sonrió con cierta maldad.
-De hecho tienes razón, aquí eso no importa, además... -se acercó y apretó mis mejillas -no me gusta la idea de verte como mi prima -entonces me estremecí -y ahora volvamos con Dimitri. 

Sin saber muy bien lo que acababa de pasar, lo seguí.

-Jarek -repentinamente Izan se apareció en las escaleras.
-Es hora de irnos -le dijo el rubio. -¿Ya se acabó todo? -preguntó Jarek.
-Si -después se me quedó viendo - el tío Dimitri te está buscando Lauren. 
-Ah está bien, iré a verlo -empecé a caminar en dirección al comedor. 
-Bien, nos vemos después -Izan se despidió.
-Nos vemos -le di un último vistazo a Jarek y caminé a dónde mi tío.
Sin duda, no me gustaba la idea que comenzaba a surgirme en la cabeza pero... me sentía bastante normal al convivir con esos demonios. 

Narrador.

Jarek e Izan observaron como Lauren se alejaba y entraba al comedor.
-¿Estás feliz Jarek? -Izan sonaba burlesco.
-¿Por qué lo estaría? -dijo con indiferencia mientras se dirigían a la salida de aquella enorme casa.
-Vamos -lo abrazó -estás sumamente feliz porque Lauren volvió a tu asquerosa vida -tenía una mirada llena de maldad -aunque sea familia.
-En realidad la idea me desagrado al principio, pero es gratificante saber que para Lauren tampoco es relevante eso de ser familia -le soltó.
-¿De veras? ¿ella te lo dijo?
-Eso a ti no te incumbe -le sonrió de la misma manera.
-Ah -suspiró -me doy cuenta de que ustedes dos no han cambiado en nada.

-¿De qué hablas? -salieron de la casa.
-¿Te das cuenta de que el tío Dimitri te matará en cuanto se entere de tus intenciones con su hermosa sobrina? 
Jarek rió.
-Primero no tengo ningunas intenciones con Lauren, segundo aunque Dimitri quisiera matarme el jefe no se lo permitiría.
-Primero -lo imitó -ambos siguen siendo sumamente testarudos para aceptar que entre ustedes hay cierta atracción. Segundo, tienes razón.
-Entre nosotros no hay nada -se mantuvo calmado -además, el tío ya me advirtió que me aleje de ella -soltó una risa -cuando llegué a la cena, me exigió que mantuviera las distancias con su sobrina -volvió a reír al recordar lo muy poco que le importaban sus órdenes y lo sorprendido que había estado al verla llegar.
-Haber Jarek -Izan se desesperó y se plantó frente a su primo -hace tiempo dejé pasar lo sexi que es Lauren porque creí que nunca volveríamos a verla pero ahora...-sonrió con maldad -¿si tengo sexo con ella te importaría? 
El rostro de Jarek se endureció.
-Ella no te lo permitirá.
-No estaba preguntando eso -sonrió -ella me interesa mucho, claro, para pasar el rato y no me molestaría hacerle el favor.
Jarek lo tomó del cuello de la camisa.
-Mantén tu distancia con ella -le dijo con seriedad.
-¿Te das cuenta que te oyes exactamente como el tío? -se burló.
-No estoy jugando Izan.
-Yo tampoco -siguió con una gran sonrisa en el rostro.
-Quédate lejos -le exigió aumentando la fuerza de agarre.
-¿Por qué? ¿Por qué te la quieres tirar tú? -sonrió mordiendo su labio.
-Porque es mía.
Izan sonrió.
Jarek se quedó callado y en cuanto se dio cuenta de lo que acababa de decir soltó a su primo.
-Esa es una manera muy original de decir que te interesa -se burló nuevamente.
-Ya lárgate a tu casa -Jarek comenzó a caminar en la dirección contraria.

-Solo piénsalo -escuchó que le dijo desde lejos pero él no se molestó siquiera en voltear y siguió caminando...

¿Qué le había pasado? Primero estaba sorprendido y algo en desacuerdo de ver a Lauren en aquel lugar pero al mismo tiempo estaba contento sin embargo, seguía inquieto sobre el tal Asher y ahora se había sobreexaltado al escuchar a Izan. Tenía que controlarse. No podía ser cierto lo que estaba pensando y fuera como fuera tenía que comprobar de inmediato la loca teoría que había surgido en su cabeza.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora