86.Discusión.

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Mi cuerpo se sentía ligero y relajado.
No quise abrir los ojos pero advertí que Jarek seguía junto a mi y lo abracé con fuerza, estaba realmente feliz...

-Despierta dormilona -escuché su voz.
-No quiero -me pegué a su pecho aún con los ojos cerrados.
-Anda, ya pasa de mediodía.
Eso me sorprendió.
-¿En serio? -me alejé un poco, lo suficiente para apreciar su rostro.
-Si -acarició mi mejilla y pude dejar de notar su sonrisa de dicha.
-Me gusta tu sonrisa -pase mi dedo pulgar por sus labios.
-A mí me gustas toda tú.
Me reí ante la vergüenza que eso me causaba pero aún tenía que aclarar un punto...
-Oye -le hablé.
-¿Si?
-Estuve pensando y...¿ahora estamos juntos? ¿cómo pareja? -pregunté.
-Pues claro -me dio un rápido beso -aunque debo admitir que nunca he tenido una pareja, así que puede ser complicado al principio... pero lo haré lo mejor que pueda.
Eso me causó mucha ternura.
-Yo también daré lo mejor de mí y...

-¿Y?
-No quiero arruinar nuestra felicidad pero si vamos a hacer esto, debemos contárselo al tío Dimitri.
Jarek rodó los ojos.
-Hay humanita, tenías que romper el mágico momento ¿eh?
-Lo siento, pero sabes que se molestará mucho.
-Okey, hablaremos con él...más tarde.
-Bien -dije satisfecha.

-¿Tienes hambre? -me preguntó de pronto.
-Un poco.
-Entonces te prepararé algo delicioso.
-¿En serio cocinarás para mí? -dije con cierta emoción.
-Por supuesto, soy un experto...y también en lo de cocinar.
-Ya veremos -me senté en la orilla de la cama -pero yo te ayudo.
-Pues tendré a la asistente más sexi.
Ambos nos levantamos de la cama y nos dirigimos a la cocina.
-¿Y qué prepararemos?
Empezó a inspeccionar su cocina y sacar distintas cosas.

-Haremos algo sencillo...Una pasta Carbonara y de postre pay de limón.
Abrí ligeramente la boca.
-¿Eso es fácil para ti? -pregunté.
-Es de lo más sencillo -me guiñó el ojo.
-Bueno, yo te ayudo con lo que digas.
-Que obediente.
Me reí.
-Dime ¿qué hago?.
-Puedes ir rallando el queso parmesano -me entregó un trozo de queso y un rallador.
-Bien -tomé un plato y comencé a rallarlo mientras veía que Jarek picaba cebolla de una forma muy profesional y la sofreía, después en otro sartén colocó un poco de tocino y después comenzó a batir unos huevos...
-Eres increíble -susurré sin darme cuenta que lo había dicho en voz alta. Jarek sonrió con grandeza.
-Ya lo sé.
-Y humilde -puse una olla con agua en el fuego y cuando comenzó a hervir le agregué la pasta, pero mientras lo hacía sentí un abrazo por parte de Jarek.
Jarek suspiró junto a mi oído.
-Tú también eres increíble.
Me volteé y quedamos de frente y muy juntos.

-Exageras -le dije.
-No creo -jugueteó con un mechón de mi cabello e iba a besarme pero lo detuve porque sabía que si continuaba, no comeríamos en varias horas.
-Mejor hagamos el postre. 
Bufó.
-Mandona.
Me reí mientras lo veía cortar limones y exprimir su jugo.  Tomé una lata de leche condensada y la vertí en una licuadora, después le agregué las otras dos leches; Jarek se acercó y vació el jugo de limón, yo encendí la licuadora y enseguida, siguió colocando galletas en un refractario y continuó con el proceso...

-¿Ves? No era tan difícil -sonrió mientras servía la pasta en dos platos.
-Si, no tanto -me quedé a su lado observando como terminaba de arreglar unos detalles.
-Listo -tomó los dos platos con la comida tan suculenta y los dejó en la mesa.

-¿Ya podemos comer? Me muero de hambre -le pedí realmente hambrienta.
-No -se cruzó de brazos y puso una expresión muy seria.
-¿Qué pasa? -me preocupé.
-Ahora que lo pienso, en todo el día no lo has dicho.
-¿Decir qué? -me acerqué realmente preocupada.
Sonrió malicioso.
-Que me amas.
Me sonrojé.
-¿E-En serio no lo dije? -reí con nerviosismo.
-No, dijiste que estabas enamorada pero nunca dijiste con todas sus letras que me amas -se acercó más con un tono juguetón -realmente quiero oírte decirlo.

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