9.Provocación.

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Desperté dispuesta a empezar con mi rutina. Eran las 10 de la mañana.
Me levanté, tomé unas prendas de ropa de mi cajón y me dirigí al baño para darme una ducha.
Mientras dejaba que el agua calentara me puse a pensar en el día tan complicado que sería. De solo pensar que tendría que ir con ese demonio y Nico en una misión sin mucho sentido...me estresaba. Me estresaba pensar que el pobre de mi amigo tendría que aguantar los acosos de ese chico.

Suspiré ya pensaría en algo después, comencé a quitarme la parte de abajo del pijama para poder bañarme, lancé la prenda al cesto de ropa sucia y enseguida me iba a quitar la blusa...

-¡Buenos días! -escuché un grito.
Salté en mi lugar justo cuando aquel demonio entraba al baño.
-¡¿Qué haces aquí?! ¿Cómo entraste a mi casa? -estaba confundida y avergonzada pues a pesar de no estar desnuda si estaba sin pantalones.
Me observó de arriba a abajo y me sentí aún peor. Seguramente mis mejillas estaban rojas como un tomate.
-Que falta de pudor -se burló.
-¿Qué haces aquí? -repetí.
-Vine a verte Lauren -sonrió con diversión -y no te preocupes, nadie me vio entrar -se apoyó en la pared del baño.
-¿No podías esperar a que saliera? -lo miré mal.
-Si lo hubiera hecho me hubiera perdido de esta vista...-seguía observándome.
-¡Fuera de aquí! -grité enojada y más roja que antes.
-Woah nunca te había visto molesta -fingió una expresión de sorpresa.
Guardé silencio, él tenía razón, por primera vez en mucho tiempo una persona que no fuera Luce me hacía enojar a tal magnitud y lo peor de todo era que ese demonio estaba consiguiendo lo que quería, cambiar mi carácter.
Suspiré profundamente.
-No vas a provocarme, sal de aquí -pedí más tranquila.
-¿Por qué eres tan mala conmigo? ¿es porque soy un demonio? -hizo un puchero que me pareció un poco divertido.
-Solo sal -volví a pedirle pero esta vez lo empujé fuera.
-Bien -bufó -te veo en la entrada de tu casa -entonces desapareció.
Suspiré.
¿Cómo podía ser tan descarado?

Después de ese vergonzoso momento, cerré la puerta con seguro y me di prisa a bañarme.

...
Un par de minutos más y ya me encontraba desayunando un pan tostado con un vaso de leche.
Tomé mi celular y le escribí un pequeño mensaje de texto a Nico.

-Buenos días.
Salté en mi lugar.
-B-Buenos días papá -sonreí insegura.
Se sentó junto a mí -Lauren ¿te gustaría pasar el día de hoy con tu viejo? -me sonrió.
-Eh... verás papá, tengo algo que hacer -tomé un trago de leche.
-¿Y puedo saber qué harás?
-Saldré con un amigo.
-¿Con Nico?.
-No -lo observé -con otro amigo, alguien que no conoces.
Me observó más serio.
-¿Qué clase de amigo? ¿desde cuándo lo conoces? ¿son más que amigos?
-Tranquilo papá -sonreí -solo es mi amigo.
-¿Puedo conocerlo? -volvió a preguntar.
-No -me levanté dejando algo de comida -ya es tarde y debo verlo.
-Entonces yo te llevo con él.
-No papá, te conozco e intentarás intimidarlo -me reí.
-No es verdad.
-Adiós -le di un rápido beso en la mejilla -regresaré temprano.
Lo vi hacer una mueca de disgusto pero seguí mi camino.

Al salir observé a ese demonio parado junto a un auto negro.
-¿Lista para la acción? -sonrió.
-¿Es tu auto? -pregunté omitiendo su comentario.
-Si, sube -me abrió la puerta del copiloto -aún debemos ir por tu amiguito.
-Gracias -me acomodé en el asiento -y sobre Nico... no vendrá con nosotros.
-¿Por?
-Le pedí que se quedará porque sé que lo intimidas, y obviamente no irá en un viaje contigo pervertido.
Bufó subiendo al auto.
-Como sea, será más divertido ir los dos solos -me guiñó el ojo.
No dije más, arrancó y nos dirigíamos al psiquiátrico San Louis a una media hora de allí.
Encendí el radio para evitar el silencio incómodo y Natural de Imagine Dragons comenzó a sonar y lo que me sorprendió fue que ese demonio comenzó a cantar.
Lo observé curiosa.
-¿Qué? ¿No sabes cantar? -jugueteó.
-Pues si -seguí en mi misma posición.
-Entonces canta, no seas aburrida.
Siguió tarareando y yo por poco lo hice hasta que recordé el propósito de aquel viaje.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora