8.Su miedo

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Caminé al parque donde me encontraría con Nico y me senté en una banca a esperarlo. Por suerte no había muchas personas, solo una que otra que pasaba trotando o paseando a su mascota.

Jugué con mis manos una y otra vez... Sabía que Nico era mi amigo incondicional pero me preguntaba cómo tomaría todo ¿me creería loca? ¿cómo lo convencería si ni yo mismo me lo creía?

-Ya llegué Lauren -sonrió sacándome de mis pensamientos.
-Hola -lo saludé con nervios y él se sentó junto a mí.
-¿Ahora si me contarás?
-S-Si... pero promete que no creerás que estoy loca.
-Lo prometo -dijo lentamente.
-Bien -tomé aire ¿recuerdas la voz en mi cabeza?
-Si ¿qué tiene que ver eso? -preguntó interesado.
-Hace poco descubrí que todo está conectado con el ritual.
-¿Qué? -se acomodó los lentes.
-Antier un... chico llamado Jarek se apareció en mi casa y me dijo que él era el que hablaba en mi cabeza.
-Ajá -dijo incrédulo -¿y luego?
-No me mires así -le pedí -estoy segura que no miente, porque ningún humano puede hacer lo que él hizo.
Nico se quedó callado.
-Él es un demonio y alguien intentó invocarlo, pensó que fui yo pero ahora que le aclaré...
-Espera -me miraba con los ojos muy abiertos -¿le creíste todo eso?
-Al principio no, pero ahora si...Y la única manera en que me dejará en paz, es que lo ayude a saber quién lo invocó y yo no puedo hacer tal cosa, no sola. Necesito tu ayuda.
-No -me miró serio.
-Pero Nico...
-Era divertido investigar del tema, pero creo que te lo has tomado muy enserio -se levantó para irse -incluso le creíste esas tonterías a algún desconocido... Eres una de las personas más inteligentes que conozco y no concibo que creas en eso. Mejor me voy.

Sabía que no me creería.

-Hey -alguien lo detuvo y yo lo observé.
-¿Q-Quién eres tú? -dijo mi amigo un poco intimidado por...
-Jarek -sonrió haciendo que incluso mi amigo se sonrojase, pero cómo no quedarse con la boca abierta si se veía igual de atractivo que la última vez, ahora llevaba unos jeans negros y una camisa azul marino de manga corta que le marcaba el torso.
-Oye -le hablé al demonio -deja a Nico, no quiere ayudarme.
-Creí que era tu amigo -sonrió coquetamente.
-Lo soy -interrumpió él.
-Entonces deberías ayudarla -lo acorraló contra un árbol.
-¿Qué haces? -fruncí el ceño al ver como lo trataba.
El demonio sonrió y se acercó a Nico.
-Intento convencerlo de ayudar -clavó sus ojos en el pelirrojo.
-Solo le mientes a mi amiga para que te ayude con tonterías, por supuesto que no participaré -dijo intentando representar seguridad pero yo sabía el miedo que estaba sintiendo.
-No le miento -acarició la barbilla de Nico quien se puso extremadamente nervioso -ella sabe que es verdad y que te lo puedo demostrar.
-¿C-Cómo? -tartamudeó.
Me quedé quieta intentando comprender lo que ocurría.
Aquel sujeto había tomado la barbilla de mi amigo con su mano y le había plantado un beso en los labios, metiendo su lengua en la pobre boca del otro. ¿Acaso besaba a todo el mundo?

Cuando por fin se alejó, Nico y yo estábamos shockeados.
-Yo sé tu secreto Nico -le sonrió malévolo.
Nico palideció y a la vez yo lo hice.
-E-Es imposible -susurró Nico.
-Sé que eres gay y tienes miedo de que las personas lo sepan porque muchas veces ya has sufrido el rechazo.
Nico despertó de su trance y me miró.
-¿Se lo dijiste Lauren? -parecía molesto y a punto de llorar.
-Por supuesto que no -miré al sujeto, todo era tan confuso.
-Obvio que no me lo dijo -sonrió divertido -yo puedo averiguar el peor miedo de las personas...el de casi todas las personas, excepto el de esta chica -me observó curioso.
-No mientas, ella te lo dijo -Nico me observaba con ojos llorosos.
-No -intenté convencerlo -te lo juro.
-Pues no te creo.
-Agh humanos incrédulos, miren y aprendan -interrumpió el demonio, que se dirigió a una señora que pasaba por el lugar.
Nico y yo lo observamos.
-Disculpe -le sonrió amable -estos chicos quieren estar seguros de que yo sé su peor miedo así que -tocó el hombro de la señora y luego soltó una risita -¿así que ese es su peor miedo?
-¿De qué hablas? -dijo la señora llena de confusión.
-Créame que conozco peores -Jarek se dirigió a nosotros -esta señora engañó a su marido con otro hombre y tiene miedo de que este se entere y la deje en la calle.
La señora se puso pálida.
-¿Quién te lo dijo? -susurró -por favor no se lo vayas a decir a mi esposo o si no...
-Lo ven -nos miró con esos ojos tan profundos e ignorando la preocupación de la pobre mujer.
-Ya déjala en paz -me quejé y los tomé a ambos de la mano para ir a otro punto del parque donde no hubiera nadie.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora