52.Envidia.

8.8K 769 151
                                    

El viaje había sido peor de lo que creí.
Para empezar el tal Izan nos había obligado a desviarnos de nuestro destino para que lo pusiéramos al tanto de todo y "descansáramos", de mala gana aceptamos.
Ahora estábamos en camino a una casa que tenía y que desde hace años no visitaba.

-¿Entonces ese hombre te invocó para convertirse en demonio? -le preguntó Izan a Jarek.
-Si -contestó de mala gana.
-¿Y por qué la chica te ayuda a buscarlo? -preguntó.
-Porque -los interrumpí -aunque al principio me obligó, después descubrimos que estábamos unidos.
-¿Qué cosa?
-No tengo idea de por qué pero si alguien me hiere, a ella le afecta -dijo Jarek -compartimos sensaciones y eso se arreglará solamente si mato al causante.
-¡Eso es tan romántico! -bromeó su primo.
-Cierra la boca Izan. Eso es perturbador, jamás me había pasado algo así.
-En fin -continuó Izan -¿seguro que matándolo todo volverá a la normalidad?
-Si -le respondió Jarek.
-Bien, entonces te ayudaré a matarlo lenta y dolorosamente.
-Es igual de sádico que tú -le susurré a Jarek.
-No amor -Izan me sonrió -yo soy peor...
Guardamos silencio.

-Por cierto...ya que mi primo anda de boca suelta y ya sabes que Jarek es el demonio de la lujuria puedo confesarte que yo soy el de la envidia.
-Creí que no había que contarle detalles -le recordó Jarek.
-Como dije, tú le contaste primero, además...ella me agrada, siento que oculta mucha maldad en su interior, por eso no creo que haya problema.
Jarek lo miró sorprendido.
-¿Tú también sentiste esa maldad?
-Así es.
Por primera vez los vi ponerse de acuerdo en algo pero me desagradaba que fuera por ese tema.

-Yo no soy mala -fruncí el ceño.
-Claro -dijeron al unisono.
Abrí ligeramente la boca.
-Par de zopencos -miré por la ventanilla.
Ambos se rieron.

...
-Llegamos -dijo por fin Izan.
Jarek y yo observamos una casa gigantesca.
-Tú siempre con pequeñeces ¿verdad? -ironizó Jarek.
-Tú siempre con tu envidia ¿verdad? -lo imitó.
-El envidioso aquí, eres tú.
-Como sea.

Bajamos del auto y seguimos a Izan por el gran jardín. Llegamos a la entrada y este abrió la puerta.
-¡Volviste! -un par de chicas corrieron a abrazar a Izan.
-Dulzuras -las besó a ambas.
Jarek y yo solo nos quedamos parados allí.
-Oye idiota ¿creí que hace años que no venías? -le recordó Jarek.
-Ah si, mentí un poco. En realidad vine aquí hace un par de horas.
Jarek rodó los ojos con molestia.
-Como sea -siguió Izan -pueden pasar la noche aquí y usen las habitaciones que quieran -dijo mientras seguía abrazando a las chicas.
-Bien -Jarek me tomó de la mano y nos dirigimos hacia unas muy largas escaleras, de inmediato visualizamos como diez puertas.
-Yo me quedo en la primera y tú en la de al lado ¿te parece? -me preguntó.
-Claro -le respondí, después de eso Jarek entró a la suya y yo con timidez entré a la habitación que había dicho y...era gigante, el doble o triple de la que tenía en mi casa.
Suspiré y me senté en la cama. Me sentía incómoda de estar sola en un lugar desconocido.

Entonces tocaron la puerta.
-Adelante.
-¡Eh! -el demonio rubio entró.
De inmediato me levanté de la cama y le hice frente.
-¿Qué se te ofrece Izan?
-Solo quería charlar un rato, ya que no esta mi primo.
-Ah...
-¿Te han dicho que eres muy mona? -me sonrió.
-Si, tu primo siempre lo dice -dije intentando adivinar sus intenciones.
Se rió y se acercó a mí.
-Pero seguramente él jamás te ha besado como yo -sonrió igual de malicioso que Jarek.
Y...
¿Cómo lo había hecho?
Ni idea.
Simplemente me había besado.
Sujetó mi cintura con firmeza y movió su lengua dentro de mi boca...

Retrocedí y me alejé de él tapando mi boca.
-No sé que quieres conseguir pero detente -le pedí muy enfadada.
¿Por qué no me sorprendía que otro demonio familiar de Jarek quisiera besarme?

-Creo que si sabes lo que quiero -dio un paso hacia mí -soy el demonio de la envidia y por eso quiero lo mismo que tiene Jarek.
-Por favor vete -le pedí enfadada.
-Oh vamos, una noche no hace daño.
-¡Dije que te vayas!
-Claro -bufó -seguro que después de haberte acostado con él crees que cualquiera es menos.
-No debería hablar de esto pero ya que insistes...que te quede claro que yo nunca me he acostado con Jarek.
Soltó una gran carcajada.
-Que buena broma -se limpió una lágrima imaginaria -me hiciste la noche y solo por eso, hoy te dejaré en paz. Me desquitaré con una de las chicas -me guiñó el ojo -nos vemos Lauren.
Cerró la puerta.
¿Qué?

Suspiré molesta y caminé a la habitación de al lado.
Sin ninguna educación abrí la puerta y lo observé.
-Hey -Jarek se encontraba de pie, junto a la cama y sin playera.
-¿Puedo dormir contigo?
Frunció el ceño.
-¿Quién eres y qué has hecho con la humanita que no quería mi acoso?
-No te burles -me acerqué a la cama -es que... me da cosa dormir sola en una casa ajena.
Me observó serio y con los brazos cruzados.
-¿Qué hizo Izan?
-Nada -dije con pena -pero quiere hacerlo.
-Ese idiota.
-Solo fue un beso -me tiré en la cama pues al parecer me dejaría dormir allí, y cerré los ojos, estaba en verdad cansada.
Lo sentí tirarse a mi lado.
-Oye -escuché su grave voz.
-Mande -lo miré a esas negras pupilas.
Entonces se acercó a mí en demasía y junto nuestros labios.
¿Qué?
Me quedé helada cuando sonrió con malicia.
-Ya no tendrás ese mal sabor de sus labios sobre los tuyos -se acostó nuevamente -buenas noches Lauren.
-B-Buenas noches -susurré nerviosa.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Después de una noche para nada reparadora, ambos nos levantamos temprano porque realmente queríamos irnos ya.

Jarek y yo nos encontrábamos desayunando mientras esperábamos a Izan.
-Oye Jarek -mordí una rosquilla -creí que el de la lujuria eras tú, no tu primo -recordé la noche anterior.
-No hace lo que hace por lujuria.
-¿Entonces por qué?
-Porque es envidioso y quiere tener más cosas que yo. Si tengo unas "vacaciones" en la Tierra él quiere aprovechar de mejor manera su tiempo aquí, si tengo la atención de todas las mujeres él también quiere tenerla, si te tengo a ti pues...
-No dejes que se acerque a mí -le pedí cansada -ya tengo suficiente contigo.
Soltó una risita.
-No te hará nada.
-Más te vale Jarek porque ya tengo suficiente con uno -le apunté con mi dedo.
-Que miedo -sonrió.
Rodé los ojos.

-¿Por qué se levantaron tan temprano?.
Dirigimos la mirada a las escaleras, donde Izan se encontraba bostezando.
-No es temprano, tú eres el que parece no haber dormido nada, perezoso -le dijo Jarek.
-Por si ya lo olvidaste, el perezoso es Luca.
-¿Quién es Luca? -pregunté.
-Es el demonio de la pereza -Izan se sentó junto a mí y robó mi desayuno.
Lo miré mal por quitarme mi rosquilla.
-Izan vámonos ya -le dijo Jarek.
-¿Cuál es la prisa primo?
Jarek no le respondió pero si lo miró aburrido de su comportamiento.
-Contigo no se puede Jarek -dijo Izan caminando nuevamente a las escaleras -antes eras más divertido... pero como sea, iré a cambiarme y los veré en cinco.

Jarek resopló molesto.
-No te llevas muy bien con tu primo ¿verdad? -lo miré risueña.
-Es que es tan...lleno de defectos.
-Tú tampoco eres perfecto -sonreí.
-Te equivocas, si lo soy y por eso me admiras tanto -dijo con arrogancia.
-Eso crees -le lancé una miga de pan.
Me rodeó y me abrazó por detrás, haciendo que me estremeciera.
-Admítelo, más que admirarme me deseas -mordió mi lóbulo.
No pude evitar levantarme de golpe y cubrir mi oreja, pero también estaba llena de vergüenza porque aún seguía molestándome con eso y yo no podía evitar reaccionar.
-Me exasperas -gruñí.
Jarek se mordió el labio.
-Y tú me exaltas.
-Vamos al automóvil.
-Lo que ordenes.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Después de un par de minutos Izan, Jarek y yo nos encontrábamos nuevamente en camino a esa dirección.
-Oye Lauren -Izan comenzó a molestarme de nuevo, está vez se repegó a mi asiento y comenzó a jugar con mi cabello.
-¿Qué pasa?
-¿A quién envidias? ¿Y qué le envidias?
-¿Por qué me preguntas eso?
-Porque como debes saber Jarek tiene la maldición de poder leer el miedo de las personas mientras que yo puedo saber la peor envidia de las personas.
-Entonces ya debes saberlo -miré por la ventana.
Chasqueó la lengua.
-Ese es el problema, por alguna extraña razón no puedo saberla.
Reí por lo bajo.
-Eres el segundo demonio que me dice eso.
-¿Oíste Izan? el segundo -se burló Jarek.
-Cállate -rugió el otro.
-Igual que eres el segundo que intentó acostarse con ella.
Lo observé mal.
-¿Ah ya te contó?
-Claro, ella me dice todo.
Me sonrojé al ver su mirada morbosa.
-Ya dejen de hablar de mí -les pedí.
-Primero responde lo que te pregunté -Izan me seguía molestando.
-No te lo diré porque seguramente como Jarek, me molestarás con eso.
-No me compares con él, no somos ni mínimamente iguales -hizo un puchero.
-Eso es totalmente cierto -intervino Jarek.
-Pues claro, porque yo soy honesto -se rió.
-¿A si?
-Por supuesto, por ejemplo yo admito que envidio cosas de ti. No como tú y como todos los humanos que las esconden y sufren por las mismas.
-Tal vez tengas razón pero al menos no envidio nada de ti.
Lo observé curiosa por lo que acababa de decir.
-Tal vez de mí no... -sentí como tocaba mis hombros -pero estoy muy seguro de que envidias a Lauren.
Observé a Jarek pero este solo tenía la mirada al frente mientras apretaba con fuerza el volante.
¿Qué cosa había dicho?

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora