Demonio

54.Volver.

Las personas con dinero eran muy raras.
Pero ahora creía que los demonios como Izan, lo eran mucho más.

Cuando volvimos a su casa, ese demonio organizó una pequeña fiesta en solo unos minutos. Pero yo no tenía ánimos de eso.
Cuando Jarek y él se distrajeron con unas chicas yo me escabullí a la habitación para descansar.
Y estando allí me observé al espejo. Mi rostro se veía un poco rojizo y eso comenzaba a preocuparme, antes no era tan evidente que me afectaba esa conexión con Jarek.

-¿Qué tanto miras?
Jarek se encontraba parado en la entrada del cuarto.
-Nada.
Se acercó y me dio un vaso.
-Un poco de alcohol no hace daño en estos momentos.
Se lo recibí y bebí un poco. ¿Desde cuándo había empezado a beber sin importarme?

-¿Y tu primo?
-Abajo con unas chicas -me tocó las mejillas -estás roja como un tomate -se burló.
-Es tu culpa -le recordé.
-Ya lo sé... bebamos para olvidar -tomó un vaso y le dio un trago, yo imité su acto.
-¿Y ahora que haremos? -le pregunté.
-Beber.
-Sabes a qué me refiero.
-No pienses en eso, solo por hoy ¿si?
-Bueno... -le di otro trago.
-¿Bajamos?
-Te alcanzo en un momento.
-Date prisa -salió del cuarto.

Pasé unos momentos más en mi habitación, pensando... hasta que por fin decidí bajar.

...
Narrador.
En la fiesta:
Jarek terminó de bajar las escaleras cuando fue interceptado por su primo.

-Oye Jarek ahora que tu humana no está, quiero preguntarte algo -lo tomó del hombro y ambos se sentaron en el sofá.
-¿Qué quieres? -dijo de mala gana.
-Sé que te molestarás por mi pregunta pero me muero de la curiosidad.
-Déjate de rodeos y dime.
-¿Qué sientes por Lauren? -sonrió.
-¿Qué crees que siento por ella? -le regresó la pregunta.
Izan se rió.
-Te conozco, eres demasiado protector con ella y por primera vez en años te vez feliz a su lado.
Jarek se rió.
-Es humana Izan y ella, como bien lo dijiste, sueña con una vida...tiene anhelos que no comprendo y en sus planes no hay cabida para demonios. Y si lo que quieres es que diga que siento algo por ella -abrió la boca e hizo una gran pausa -no lo diré, solo diré que me agrada mucho su compañía.
-Eres tan embustero -rió.
-Eres tan metiche -tomó un trago de la bebida.
-Hola Lauren -Izan desvió la mirada a las escaleras por donde aquella chica bajaba. Aunque ella parecía haberse perdido de la pequeña charla.

-Oye Jarek -susurró Izan antes de que Lauren alcanzara a oírlo.
-¿Y ahora qué?
-¿Qué crees que opine ella realmente de ti?
Jarek lo observó.
-Nunca lo sabremos.
...

Lauren:
Bajé las escaleras y vi a esos dos demonios sentados en la sala.

-Nunca lo sabremos -alcancé a oír que dijo Jarek.
-¿Nunca sabrán que? -les pregunté.
-Nunca sabremos que se sentirá ser humanos como tú -sonrió Izan.
-Ajá -me senté a su lado.
-¿Un poco más? -Izan me ofreció más licor y yo sin pensarlo lo acepté.
-Cuidado con el alcohol -bromeó Jarek -ya sabes como te pones.
Rodé los ojos.
-Nunca más.

Repentinamente mi teléfono sonó.
Era Nico.
-Ahora vuelvo -me levanté del sillón y caminé a la salida.

-Hola Nico ¿qué pasó?
-Está aquí -se oía alterado.
-¿Quién?
-El hombre de la foto que me enviaste ¡está aquí!
-Espera ¿qué? -palidecí.
-Salí con Marcos al cine y en el camino lo vi, iba hacia la casa abandonada.
Mi respiración se entrecortó.
-¿Estás seguro de que era él?
-Por supuesto Lauren.
-B-Bien, iremos para allá lo más pronto posible.
-Con cuidado.
Corté la llamada y de inmediato entré corriendo a la casa.

-Jarek -lo llamé.
-¿Qué te pasa? Estás pálida -dejó de hablar con su primo.
-Ese hombre está cerca de mi casa -mis manos temblaban -Nico lo vio.
-¿Qué? ¿Estás segura?
Asentí y los tres intercambiamos miradas.

-Vamos, si nos apuramos llegaremos mañana en la noche -dijo Jarek.
-Yo los sigo -Izan tomó un último trago y nos siguió al auto.
Sin más contratiempos Jarek arrancó y de inmediato nos dirigimos de vuelta a mi hogar.
Y aunque esa no era la manera en la que quería volver, sentía un alivio de que pronto todo acabaría.

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Tenía mucho sueño pero no podía dormir, estaba asustada y ansiosa.
¿Por qué aquel individuo había vuelto?

Jarek conducía con el estéreo encendido, Izan dormía en la parte trasera y yo, yo solo jugaba con mis manos.
-Deberías dormir un rato -me susurró Jarek.
-No puedo, estoy nerviosa.
-Aún así, falta mucho para llegar.
-¿Por qué crees que haya vuelto? -le pregunté de pronto.
-No tengo ni idea.
-¿Sabes? Esta no era la forma en la que quería volver -reí amargamente.
-Ve el lado bueno, verás al adorable Nico y a Blacky.
Sonreí.
-Tienes razón.
-Insisto en que deberías dormir.
Lo observé un momento.
-Lo intentaré -cerré los ojos y me apoyé en la ventanilla intentando bloquear todas las ideas en mi desordenada cabeza.

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Me había quedado dormida.
Cuando desperté ya era otro día, miré mi celular y eran las diez de la mañana.
El auto estaba estacionado frente a un local de comida. Ni Jarek ni Izan se encontraba conmigo.

Me bajé del auto para estirar las piernas y con la mirada encontré a Jarek ordenando algo de comida.

-Despertaste -Izan se me acercó comiendo un emparedado.
-Si...-sonreí.
-Jarek te compró esto -me entregó lo que parecía ser otro emparedado y un jugo de naranja.
-Gracias -de inmediato me senté en el automóvil y comencé a comer con lentitud. Mordí el emparedado y me quedé mirando a la nada.

-¿Jarek te gusta?
Tragué pesadamente al oír su pregunta.
-¿Por qué me preguntas eso?
-No evadas la pregunta y contesta -sonrió.
-Me parece alguien divertido y guapo, pero es...
-¿Un demonio?. Ya me sé ese cuento -tomó un sorbo de su bebida.
-¿Qué quieres dec...
-¿Me dirás qué es lo que deseas y te da envidia? -sonrió.
Tomé un sorbo de jugo. Izan estaba muy sospechoso.
-No te diré nada. 
El rubio se acercó coquetamente a mí.
-Vamos, me haría muy feliz saberlo.
-Y a mí me haría feliz encontrar a ese hombre.

-Pronto -Jarek apareció y rápidamente apartó a su primo de mí.
-Ambos son tan aguafiestas -se quejó Izan.
-Eso me lo pegó ella -se burló Jarek mientras comía lo mismo que nosotros.
Bufé. Yo no había hecho tal cosa ¿o si?

-Andando, hay que seguir -Jarek aún comiendo, subió al auto y nosotros lo seguimos.

Y así pasó todo el día, entre paradas para comer, ir al baño, comprar gasolina y descansar un poco.

...
Las puestas de sol me resultaban hermosas con esa mezcla de colores anaranjados y violetas pero por primera vez no me interesaba mucho, lo único que quería era llegar ya a ese lugar y averiguar qué tramaba ese hombre.
Nico no me había avisado nada nuevo y eso me ponía aún más nerviosa.

Cada minuto el cielo se oscurecía más, lo cual significaba que estábamos cerca.
¿Qué pasaría ahora?
¿Cuáles habrían sido los motivos para hacer un ritual como ese? ¿Jarek e Izan se irían después de encontrarlo?
Me estremecí ante esa última pregunta...

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Por fin.
Los tres o mínimo yo, estaba agotada y deseosa de bajar del automóvil.
Pero por fin la entrada de mi hogar estaba frente a nosotros. Solo tendríamos que zigzaguear entre unas calles más y daríamos con esa casa abandonada.
En el camino observé una patrulla que me recordó a mi padre.
Oh ese hombre ¿qué tal reaccionaría al verme? 
Respiré hondo y vislumbré la casa abandonada. Solitaria como siempre solía estarlo.

No había ningún auto fuera.
¿y si el tal Cedric no estaba allí?

Me había sumergido tanto en mis miedos que cuando me di cuenta ya estábamos estacionados cerca de la casa.

-¿Listos? -Jarek nos observó.
-Siempre -contestó Izan con seguridad.
Yo solo pude asentir.
Jarek respiró con emoción.
-Es hora de conocer al causante de tantos problemas.