Demonio

67.Preparativos.

Jamie dormía sobre Asher, en su sofá, pues después de tanto jugar había caído rendido incluso cuando veíamos una película que dijo, le gustaba mucho.
Seguí mirando la pantalla aunque no podía dejar las ideas revueltas de mi cabeza.

-¿Tanto te afecto ver al tal Jarek? -me preguntó Asher repentinamente.
Lo observé.
-¿Por qué lo dices?
-Porque por más que te esforzaste en parecer amable con Jamie, te ves triste.
-Es que me sorprendí de volver a verlo -observé la televisión.
-Tu amigo es un pesado -me susurró.
-A veces puede llegar a serlo -bromeé.
Asher siguió con su mirada fija.

-En serio ¿qué te pasa?
Mordí mi labio -digamos que tengo sentimientos encontrados...me alegré de verlo pero por algún motivo también fui grosera, tal vez porque estaba molesta.
-¿Te hizo algo realmente malo para que pienses así?
-No, de hecho fue muy bueno conmigo. Solo que puso todo de cabeza y en verdad deseo que eso no pase de nuevo -miré a su inocente hermanito -no soy tan buena persona como crees y cuando él está cerca soy aún peor.
Me dio un escalofrío de pensar en todo, de pensar en lo que llegué a hacer por protegernos.
-No necesitas contarme si no quieres -lo oí decir.

-Pero tengo que...-lo observé fijamente -soy la hija de un policía y Jarek descubrió algo terrible que hizo mi papá y decidió ocultármelo para protegerme aún cuando yo fui capaz de...es que mi papá... -las palabras no salían ¿qué tal si me temía después de oír la verdad?.

-No lo digas -me pidió en un susurro.
-¿Por qué no? ¿te molesta? -pregunté.
-No es eso -sonrió comprensivo -es que como tú dijiste, si quieres seguir adelante debes olvidar lo que pasó en tu antiguo hogar o al menos aprender a vivir con ello. Me sorprendí ante su reacción. 
-Escucha, para mi solo eres Lauren, una chica que es una buena amiga y a la que no voy a juzgar por lo que sea que haya hecho... y qué tampoco voy a juzgar si decide ir detrás de ese molesto chico aunque en el pasado hayan cometido errores.
-¿Y... qué dirías si paso unos días con él?
Se sorprendió pero de inmediato respondió.
-Hazlo si es lo que quieres, y que te de igual lo que piensen los demás.
-Gracias por decir eso -solté una risita -creo que necesitaba que alguien estuviera de acuerdo.
-Eres tan extraña Lauren.
-Si, ya lo sé -reí para mí misma. 

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Me dejé caer en mi cama, por fin.

Después de toda un día lleno de emociones estaba rendida tanto física como emocionalmente y lo único que quería era dormir.
Ni siquiera quise quitarme la ropa y ponerme el pijama.
Si, estaba cansada pero sabía que no podría dormir bien, no después de haber visto a Jarek y después de pensar en...

Seguía tumbada en mi cama junto a Blacky a punto de dormir pero no paraba de pensar en que aún debía arreglar un asunto con otra persona. Y debía ser lo mas pronto posible...Pero no sabía realmente qué debía decir.
Era tan difícil, porque entre más lo pensaba más me revolvía.
Solté un gruñido y decidí hacerlo de una buena vez.

Saqué mi celular y marqué aquel número.

-¿Eres tú? -susurró aquella familiar voz. 

-Hola papá -contesté y por un segundo dejé de escuchar su respiración. 
-H-Hola ¿t-todo bien? -se escuchaba muy nervioso.
-Si -sonreí débilmente -solo quería hablar contigo porque hoy fue un día muy pesado y quería sentir que aún cuento contigo.
-Me alegra mucho que pienses eso, hace tanto tiempo que no hablamos. 
-Es verdad... además quería contarte algo muy grande.
-Pues cuéntame.
-Bueno... no lo tomes a mal por decirte hasta ahora pero desde hace un tiempo conocí a...a mi tío Dimitri.
Hubo un gran silencio.
-¿Cómo?
-Ya sabes -empecé a juguetear con mi cabello -él se apareció de pronto y me contó que era mi tío y eso... por cierto no ne habías dicho que existía.
-Lo siento.
-Bueno ya no importa.
-¿Y...qué más te dijo?
-La verdad papá, me habló un poco sobre mi mamá y me confirmó lo que ya sabía, lo que tú me dijiste.
-Ahora me odias más ¿verdad? -su voz sonaba muy triste.

-Por supuesto que no. Hiciste mal con lo de mamá pero nunca podría odiar a quien cuidó de mi por tantos años, a quien me ama tanto.
Suspiró.

-Hija...me haces muy feliz.
-Yo...yo quería arreglar ese asunto contigo -carraspé -también quería decirte que pasaré unos días con él, para conocerlo y pensé que... ¿te opones?
-Por supuesto que no, te apoyo en todo lo que decidas...me equivoqué con tu mamá pero esta vez te apoyaré.
-Gracias pa, pero no te sientas mal ¿de acuerdo?, después de verlo iré a visitarte y te contaré cómo me ha ido y pasaremos un tiempo juntos como antes.
No hubo respuesta.
-¿Hola? -pregunté.
-Más te vale que sea así hija -lo escuché con un hilo de voz.
Pude imaginar que estaba a punto de llorar.
-No te preocupes, iré.
-Bien...-ahora ya se oía más feliz -te dejo dormir. Descansa hija, te amo
-También te amo.
Entonces colgué. Suspiré llena de alivio. Un problema menos. Tomé las sábanas y me cubrí.

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-¿Y estás segura de que llevas todo? -preguntó Nico a través del teléfono y por sexta vez.
-Que si -rodé los ojos y miré mi reloj, las seis en punto. Ya era tarde y yo apenas terminaba mi maleta mientras charlaba con Nico por teléfono.
-¿Cepillo de dientes? -volvió a preguntar.
-Si -rodé los ojos y observé si en verdad había guardado eso -pareces mi mamá -bromeé.
-Solo me aseguro de que lleves todo para el viaje a casa de tu tío.
-Amor, deja que Lauren se vaya ya -se escuchó la voz de Marcos.   -¡Bien! -se rindió al fin -cuídate mucho y hablame en cuanto puedas.
-Lo haré -terminé de cerrar la maleta.
-Y saluda a Jarek de mi parte.
-De acuerdo -suspiré. 
-Y visítame lo más pronto posible.
-Si, si, lo haré -sonreí para mí misma.
-Adiós Lauren. 
-Adiós Nico -tomé el teléfono y terminé la llamada.

La semana que tenía de plazo había llegado a su fin y hoy por fin mi tío vendría por mí.
Tomé mi maleta y al pequeño Blacky en brazos. Estaba triste de tener que dejarlo por unos días pero al menos sabía que estaría bien cuidado.
Me dirigí a la puerta y cerré con llave.
-¿Así que ya es la hora? -me preguntó esa voz. Asher estaba parado junto a la pared.
-Si -le sonreí y le entregué a Blacky -te agradezco mucho que cuides de él.
-Si bueno, me deberás una muy grande -empezó a acariciar la cabeza del minino.
-Entonces me voy.
-Cuídate mucho y arregla todo lo que necesites arreglar.
Sonreí.
-Nos veremos en unos días -le di un rápido abrazo y de inmediato me alejé porque sabía que no le gustaban esas cosas.
-Adiós -Asher caminó a su departamento y entró cerrando la puerta tras de sí.
Tomé la maleta y caminé a las escaleras cuando por fin visualicé a mi tío.

-¿Lista Lauren? 
-Si -me quedé quieta frente a él.
-Pues vamos -me arrebató la maleta y la llevó a un automóvil de color gris. Di un último vistazo a mi departamento y lo seguí. Abrió la puerta del copiloto y yo subí, después entró él, arrancó el auto y comenzamos el camino. 

Pero durante días mi cabeza había estado llena de dudas. 

-¿Sabes?, nunca entendí cómo funcionaba eso de la Tierra y tu hogar ¿cómo llegamos allí? -le cuestioné.
-Digamos que el infierno es otra dimensión -sonrió -los humanos normales nunca podrían llegar allí a menos que sean solo almas pero tú eres especial, tienes esa parte de demonio que te permitirá ir allá, así que no hay problema.
-Si, eso de las almas ya lo sabía... -solté.
-¿Por qué lo sabías? -frunció el ceño. 
Oh, oh. Me di cuenta de mi error, él no sabía que yo ya había estado en el infierno.