Demonio

60.Recordarlo.

Rayos.
Mi primer día en la nueva escuela y ya se me hacía tarde.
Acabé rápidamente mi cereal con leche, me cepillé los dientes, dejé todo preparado para que Blacky estuviera cómodo, y por fin estaba lista.
Tomé mi mochila, dinero y las llaves del departamento y salí como bala.
Sin embargo eso no había sido una buena idea.

Me sujeté de la pared antes de caer junto con la persona que había chocado.
-¿Qué te pasa? -me gruñó en tono molesto.
-Perdón -le contesté a Asher llena de pena.
-Ten más cuidado -se colocó la mochila en el hombro y siguió su camino.
Lo seguí.
-Ya te dije que lo siento Asher, además tú deberías disculparte por como te comportarse ayer.
No dijo nada.
-Hoy inicio mis clases y se me hizo un poco tarde -le dije.
-Que mal por ti -continuó bajando las escaleras.
-Solo espero no perderme -susurré -¿sabes dónde queda la escuela Harrow?
Asher se detuvo en seco.
-¿Allí es dónde vas a estudiar?
-Si ¿por?
-Creí que eras una tonta, pero esa escuela solo es para gente con muy buenas calificaciones -seguía mirándome -o para personas como April que tienen privilegios.
-Espera -ignoré eso último y fruncí el ceño -¿qué creíste de mí?
-Olvídalo.
-¿Sabes o no sabes dónde queda?
-Yo asisto ahí.
Abrí ligeramente la boca.
-Eso es bueno -sonreí -podemos ir juntos ¿no?
Tenía una cara de mucho fastidio.
-Como si no tuviera suficiente con aguantarte aquí -siguió su camino y yo lo acompañé.
-Bueno, pero si vamos al mismo lugar no tienes de otra.
Bufó y seguimos caminando unas tres calles hasta que llegamos a una parada de bus, después esperamos unos minutos y por fin pasó el camión. Junto a otras personas subimos y ambos nos sentamos en la parte trasera.

-¿Qué tan lejos está? -le pregunté.
-Unos veinte minutos.
-Bien porque tengo que ubicar mis clases -saqué mi celular donde tenía mi horario.
-Déjame ver -me arrebató el celular y se quedó observando para después hacer una mueca de disgusto.
-¿Qué pasa?
-No puede ser -me regresó el celular.
-¿Qué? -lo miré preocupada -¿hay algo mal con mi horario?
Me observó con pesadez.
-Estamos en el mismo grupo.
Sonreí.
-Eso es genial -le di una palmadita -al menos ya conoceré a alguien aunque ese alguien me deteste.
-Que molesta eres -tomó sus audífonos y se los colocó para ignorarme pero no me importó mucho, estaba un poco menos nerviosa que antes.
...
Después de los veinte minutos que Asher había dicho, bajamos del bus y caminamos por una calle hasta llegar a un gran edificio que de inmediato reconocí como la escuela Harrow por el gran letrero con su nombre.

-Es muy grande -susurré para mí misma ya que Asher solo seguía escuchando música.
Después de observar la entrada y los pasillos seguí a mi vecino hasta un aula donde según mi horario me tocaba matemáticas, mi clase favorita.
Al entrar me sorprendí mucho, el lugar era precioso contaba con dos pizarrones en la parte de adelante y uno atrás, además de un cañón y una computadora junto al escritorio, en si el lugar era bastante espacioso.
Algunas personas ya se encontraban sentadas pero de inmediato me di cuenta de que todas ellas me observaban.
¿Por qué? ¿Era por ser la nueva?
Asher se sentó en el medio del salón y yo me senté a su lado.
-Oye -llamé su atención -¿por qué todos me miran?
-Porque te sentaste conmigo -se volteó al frente justo cuando más personas entraron al salón, todas ellas mirándome también pero sinceramente no entendía qué tenía de malo sentarme con Asher. 

Entonces la observé, April entró abrazada de un chico de estatura y complexión similar a la de Asher.
-No puede ser -April con una gigantesca sonrisa, se me acercó corriendo -¿estudiarás en esta escuela?
-Si -sonreí.
-Que genial -acercó a quien parecía ser su novio -mira Rei, ella es mi vecina Lauren.
-Un gusto -me guiñó un ojo.
-Igual -sonreí.
-Pero ¿por qué no te sientas atrás con nosotros? -April miró de reojo a Asher.
-Aquí estoy bien -observé atrás -además los lugares ya están llenos.
-Bien -hizo un puchero -pero en la siguiente clase te sientas conmigo.
-Claro -me extrañé porque aquello más que una oferta, me pareció una orden.

-Buenos días -justo en ese momento una profesora que parecía de mal carácter entró al salón haciendo que todos se quedaran en silencio.
Después me observó -veo que tenemos a una nueva alumna, pasa a presentarte.
Inmediatamente me levanté con nerviosismo sintiendo la mirada de todos sobre mí.
-Hola me llamo Lauren, soy nueva en la ciudad -hice una pequeña pausa -y espero llevarme bien con todos ustedes.
Un chico levantó la mano.
-¿Si? -le dije.
-¿Qué te van más, los chicos o las chicas?
Algunas personas soltaron una risita.
-¡Silencio! -les gritó la profesora y de inmediato se callaron.
-Los chicos... pero no como tú, no eres mi tipo -sonreí y fue lo único que dije. No quería iniciar un pleito con mi tonto compañero, quería dar una buena impresión...
-Bien señorita Lauren puede sentarse -me ordenó la profesora.
-Gracias -rápidamente regresé a mi asiento y respiré hondo.
Que idiota era ese sujeto.

-Bueno clase, hoy harán ejercicios sobre el ángulo de inclinación y la pendiente de una recta. Para la señorita nueva -me observó -si tiene dudas sobre el tema, consúltelo con alguno de sus compañeros.
Suspiré y asentí, al menos en mi otra escuela había visto ese tema y no tendría problema alguno.
-Los ejercicios se entregan antes de que acabe la clase, después podrán retirarse.
Todos se quejaron pero la profesora simplemente se limitó a escribir.
Saqué un lápiz y empecé a copiar los ejercicios.
Fácil.
Solo había puesto cuatro ejercicios y la mayoría me resultaban sencillos. Excepto el último que fue donde me trabé.
Sin embargo, después de algunos borrones logré resolverlo y le agradecí internamente al profesor de matemáticas que me había enseñado tan bien.
Observé a Asher levantarse de su lugar, entregar su hoja y salir del salón.
-La bestia siempre tan presumida, ni Nicole puede ganarle -escuché susurrar a una chica y otra más se rió.
Tomé mis cosas y me levanté causando la sorpresa de algunas personas pero ¿qué les parecía tan raro? Le entregué la hoja a la profesora.
-Hasta luego -susurré.
-Nos vemos señorita -tomó mi hoja y la miró con una ceja levantada mientras yo salía.
Me sorprendí al notar que Asher estaba parado junto a la puerta.
-¿Me estabas esperando? -bromeé.
-Si -dijo serio -solo quería comprobar qué tan rápido podías resolverlos -entonces se alejó caminando.
Corrí a alcanzarlo.
-¿Por qué dices eso? Los ejercicios estaban muy fáciles.
-Tal vez para nosotros pero la mayoría de ese salón son ricos y con privilegios, y por ese simple hecho no pueden expulsarlos aunque sean unos retrasados.
-Ah, entonces...¿tú tienes una beca?
-¿Algún problema?
-No ninguno -respondí rápidamente -además ya te había dicho que yo también.
Me miró con curiosidad.
-Oye Asher -le dije -¿entonces todos me miraron extraño en cuanto acabé los ejercicios porque lo hice rápido?
Sonrió levemente.
-Porque no están acostumbrados a que alguien que no sea una chica llamada Nicole o yo, terminen rápido. Incluso a mí me sorprendió que terminaras antes que ella.
-Pues me alegra sorprenderlos tanto -bromeé pero el me miró con seriedad.
Me incomodó esa mirada tan fuerte.
-¿P-Pasa algo? -le pregunté.
-¿Por qué te esfuerzas tanto en parecer agradable?
Me quedé perpleja.
-N-No lo hago.
-Claro que si Lauren.
-Bueno...tal vez es porque soy la nueva -hice una mueca.
-Pueden ser -me observó -siento como si... intentaras llevarte bien con todo el mundo.
Tragué saliva. En verdad tenía razón, yo quería agradarle a todos para olvidar lo que había pasado en mi hogar.
-No seas así -continuó -y tampoco luzcas tan sabelotodo o alguien sin duda terminará odiándote... como a mí.
-¿Estás diciendo que te odian por ser listo?
-Básicamente.
-Pues que idiotas -me sonrojé al darme cuenta de lo que había dicho.
Asher soltó una leve carcajada.
-No dirás eso cuando incluso April empiece a molestarte.
-Me defenderé de ella -dije con seguridad. Ahora había perdido las ganas de parecer tan agradable porque Asher tenía razón y yo sabía que lo hacía para encajar.
-No puedes...no podemos. Si nos acusan perderíamos la beca, la directora es muy estricta en ese sentido.
-Asher -me crucé de brazos -hace tiempo un amigo me enseñó que hay que vivir y hacer lo que deseas porque la vida es muy corta.
-Pues preséntamelo.
Sonreí con tristeza al recordarlo, al recordar a Jarek.
-Es que él ya no está aquí.