Demonio

38.Interesante.

Sus ojos antes de solo la pupila negra ahora se habían vuelto completamente de ese color, ya no se veía el blanco por ninguna parte, su piel seguía siendo del mismo color pero tenía un toque como si en cualquier momento fuera a quemar lo que se encontraba a su alrededor, sus uñas eran enormes y afiladas y además de eso su rostro, en ambas mejillas, tenía marcas que parecían tatuajes con escrituras antiguas.

A Jarek no pareció afectarle el disparo, solo sonrió y sacó la bala de su abdomen acompañado de un poco de sangre.
Por la impresión de su casi inexistente herida palidecí y estuve a nada de desvanecerme.
-¿Q-Qué eres? -Tony lo miraba desde el piso.
Jarek sonrió malévolo.
-Un demonio.
Sin más, Tony se desmayó.
-Creo que debí mostrarle esto desde el principio -se burló.
Era raro, verlo en esa forma debía asustarme hasta que terminara en la misma situación que Tony pero no era así. Verlo así me resultaba extrañamente familiar y no tan malo.

Una punzada me recorrió el abdomen y yo toqué con mi mano esa parte.
Esta vez si abrí los ojos con temor.

-J-Jarek -susurré.
-¿Te asustó mi forma? -preguntó mirándome y volviendo lentamente a su forma humana.
-No es eso -le mostré mi mano llena de sangre y entonces me desmayé...

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Abrí los ojos con cuidado, tenía muchísimo sueño. Observé hacia la ventana y noté que el sol ya se había ocultado.
Estaba en una cama, la misma cama en la que había dormido la noche anterior.
Intenté sentarme pero un dolor me lo impidió.

-Te lastimarás si haces eso y será un problema cuidarte.
Observé a Jarek sentado junto a la cama.
-¿Qué pasó? 
-El disparo que recibí te afectó -se acercó a mí -y te desmayaste.
-¿Ya está mejor? -observé mi abdomen cubierto de vendajes.
-Si, solo fue una pequeña hemorragia.
-Okey, gracias -me relajé -¿qué pasó con Tony?
-Lo dejé ahí -entonces se acercó a mi cara -sé que no que te gustará oír esto pero... seguramente le contará a la policía lo que pasó y aunque lo crean loco tu padre te buscará y a mí para arrestarme -me miró directo a los ojos -debemos irnos ...y no puedes decirme que quieres ir a verlo.
Desvíe la mirada.
-Se lo prometí -repetí.
Jarek suspiró molesto.
-Está bien, ve con él y yo...
-No iré a verlo... sé que se lo prometí pero así es mejor -me entristecí al pensar que rompería la promesa.
-Bien -acarició mi brazo y yo solo hice un intento de sonrisa -¿quieres comer algo?
-No -negué y volteé la cabeza -solo quiero descansar un poco.
-De acuerdo, estaré dándote vistazos por si necesitas algo.
-Bien...buenas noches -cerré los ojos.
-Buenas noches -lo oí alejarse y cerrar la puerta.
No me podía creer que no vería a mi papá y que además había recibido un disparo o algo así.
En verdad esperaba encontrar pronto a esa persona y volver a ser la misma chica normal de antes.

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El molesto sonido del celular me despertó súbitamente.
Giré a mi costado sintiendo un poco de dolor y lo tomé entre mis manos, observé el identificador.
Mi papá...
Rechacé la llamada con tristeza. No debía contestarle, no podía oír la desesperación en su voz cuando le dijera todo o cuando él me dijera lo que le contó Tony.
Volvió a sonar y lo miré dispuesta a colgar de nuevo.
Pero no era mi papá.

-Hola Nico -saludé con un poco de sueño y desgane.
-Hey, ¿dónde estas? Me enteré de que alguien rompió la ventana de tu habitación y...
-Tranquilo -observé al techo -estoy con Jarek.
-¿Y por qué? ¿estás bien?
-Si, pasaron muchas cosas desde la fiesta.
-Cuéntame Lauren.
-En la fiesta Luce... -hice una gran pausa -ella no quería arreglar las cosas.
-Bueno, eso ya lo suponíamos.
-Si... hizo algo horrible.
-¿Qué cosa?
-Le dijo a James que me...tomara.
Nico no produjo ningún sonido.
-¿T-Te hizo daño? -dijo por fin.
-No. Gracias a Jarek -suspiré -él lo arrojó por la ventana.
-No puedo creer todo eso, yo debí estar contigo -se reprochó.
-Ya no importa -solté -Jarek y yo tenemos una pista sobre quien lo invocó e iremos a buscarlo.
-Pero creí que iríamos los tres.
-Es mejor así Nico. Escucha, Jarek se presentó con su forma de demonio frente a un policía y ahora lo más probable es que mi papá me busque...
-No puede ser...
-Así estarás a salvo...nosotros dos iremos a un lugar un poco lejano y en cuento lo encontremos o mínimo tengamos pistas, volveremos.
-¿Y tu papá?
-Él estará bien, con Amelia.
-¿Y no piensas decirle lo de Luce?
-No, no por ahora. Tal vez en cuanto todo pase.
-Bien...pero promete que te cuidarás.
-Lo prometo Nico, tú haz lo mismo.
-De acuerdo...te quiero ¿lo sabes no?
-Eso no se pregunta.
Lo escuché reír.
-Hasta pronto Lauren.
-Hasta pronto Nico.
Entonces colgué.

-Que cursis, parecen novios.
-Buenos días -saludé a ese demonio quien repentinamente se había aparecido y con algunas bolsas en las manos.
Solo me sonrió.
-Ten -me lanzó dos bolsas con algunas cosas dentro.
-¿Qué es esto? -lo observé.
-Es algo que te compré -se apoyó en la pared.
-¿A mí?
Abrí, con mucha curiosidad, la primera bolsa de color blanco descubriendo dos mudas de ropa, para ser precisos blusas y pantalones.
-Necesitabas algo de ropa.
-Pues gracias.
Sonrió con malicia.
-Ahora abre la otra.
Le hice caso y de inmediato me sonrojé.
La bolsa contenía un brassier y un calzoncillo.
-Eso no era necesario -dije con pena.
-Claro que si -disfrutaba de la situación.
Lo miré con cierto reproche y luego observé de nuevo la ropa.
-¿Cómo supiste la talla que uso de... todo?
-Adiviné, después de tocarte mientras dormías no era difícil saber.
-Eso se oye tan pervertido -me sonrojé -creí que ahora eras más angelical -dije esa última palabra para molestarlo.
Puso una cara de repulsión.
-Te diré algo -tocó su barbilla muy cerca de sus labios -el hecho de que por ahora este tranquilo sin intentar nada, no significa que sea un ángel que te dejará en paz.
Pasó la yema de su dedo por encima de su labio inferior y no pude evitar prestar atención.
-Deja de verme así -sonrió superior -si quieres que te bese solo pídelo.
-No quiero -regresé a la realidad.
-¿En serio?
Respiré hondo, en una discusión de ese estilo, no iba a ganarle a ese demonio.
-Ya basta Jarek.
-Tengo una pregunta humanita -sonrió malévolo.
-¿Qué quieres ahora? 
-¿Qué te pareció mi verdadera forma?
Me quedé en silencio.
-Si quieres que te diga que me dio miedo...pues no -dije con sinceridad.
Sonrió como siempre pero yo pude notar cierta curiosidad.
-¿A no?
-No, de hecho me pareció... interesante -desvié la mirada, no quería decir más.
-¿A qué te refieres con interesante? -se acercó más.
-A que me pareció interesante -volví a repetir.
-Eso no dice mucho, explícate -se puso en cuatro sobre la cama aprovechando que yo aún no me podía mover del todo.
-Jarek basta -lo detuve con mi pie.
-Vamos solo di lo que piensas.
-Fue algo... hechizante -solté de pronto -me causó cierta envidia ver que hay seres que pueden, por ejemplo, curarse -chasqueé los dedos -así de rápido.
-Envidiosa -susurró.
-No fue eso exactamente.
-Entonces -se hizo el pensativo -¿estabas extasiada?
-No exageremos.

Entonces mi celular sonó de nuevo y Jarek se apresuró a tomarlo.
-Es tu papá -sonrió.
-Dame el teléfono -le pedí -no quiero hablar con él aún.
-Hazlo o yo lo haré -me amenazó.
-No te atrevas -dije.
-Entonces hazlo tú.
-No.
Sonrió, estaba segura de que lo haría.
-¡Bien! -dije de mala gana.
-Ten -me lo dio sin más, cosa que me pareció muy rara.

-Hola papá -saludé sutil.
-¿Dónde carajos estás? -me gritó enojado.
Me sorprendí ante su tono.
-Estoy con Jarek -lo observé sentado a la orilla de la cama.
-Ven ahora mismo, tenemos que hablar seriamente. Primero me dijiste que volverías ayer para contarme sobre lo que pasó entre Luce y tú y hace rato Tony me dijo algo como que tú y un monstruo entraron a la casa vieja.
Oh. Oh. Ya sabía todo.
Toqué mi cabeza.
-Papa yo...
-Dame eso -en un arranque Jarek me quitó el teléfono.
-Hola señor soy Jarek.
-¿Qué haces? -le susurré.
-Quiere saber por qué Lauren esta conmigo ¿no? -continuó.
-Para -le pedí asustada.
-Porque James, el estúpido novio de Luce, intentó violar a Lauren y yo lo arrojé por la ventana.
-¡Detente! -le arranqué el teléfono y silencié la llamada -dijiste que no se lo diríamos.
-Lo siento la mayoría del tiempo los demonios no cumplimos nuestras promesas -después solo se limitó a salir del cuarto.
Me quedé impresionada, era un mentiroso.
De inmediato volví a la llamada con mi papá.
-¿Sigues allí? -pregunté en un tono bajo.
-¿Es cierto lo que dijo? -ahora parecía asustado.
-S-Si -apreté la sábana.
Suspiró con pesadez.
-Lo lamento tanto hija.
-No fue tu culpa -dije lo más creíble posible.
-Ven a casa ¿si? Haremos algo con ese idiota y resolveremos todo.
-No papá -tomé fuerzas -te respondí la llamada porque necesitaba que estuvieras enterado de que por ahora no pienso volver a casa.