75.Trauma.

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-¿Lo desnudas tú o lo desnudo yo? 
-¿Qué? -me sonrojé ante tal proposición.
-Es broma, lo harás tú -volvió a reír.
-Ya basta Ben -rodé los ojos. 
-Tienes razón, es inmaduro -volvió a sonreír -pero estoy seguro de que algún día lo verás desnudo.
-¡Benedict! -lo miré mal.
Ambos nos encontrábamos frente a la cama de Jarek, con él durmiendo pesadamente. 

-Es mejor que lo dejemos solo para que descanse -le pedí a Benedict.
-Si... -de pronto suspiró -esto me trae recuerdos.
-¿A si? 
-Si...antes Jarek era muy rebelde y siempre terminaba en este estado -se rió -mañana tendrá una buena resaca. 
-Lo quieres mucho ¿verdad?
-Digamos que soy más padre para él que su propio padre.
-Ya sabía.
-Bueno -caminó a la puerta -husmearé en su cocina, haber si tiene algo de beber, encárgate de taparlo bien -salió de allí y no me quedó más remedio que obedecerlo.
Sonreí mientras le sacaba los zapatos y mientras cubría su cuerpo con una manta. Jamás lo había visto tan tranquilo y tan vulnerable. 
Terminé de cobijarlo e iba a irme cuando sujetó mi mano.
-¿Estás despierto? -susurré pero no respondió.
Supuse que estaba medio dormido.
-Jarek tengo que irme -intenté que me soltara pero apretó más fuerte.
-No vuelvas a decir que me dejarás -susurró y entonces me soltó.
Me quedé justo en mi lugar ante lo que acababa de oír... en un arranque me acerqué a su frente y le di un beso.
-No te dejaré Jarek...descansa, nos veremos mañana -me alejé y salí de su habitación.

Busqué a Benedict en la cocina quien ya se encontraba bebiendo de una botellita.
-¿Bebiendo más? 
-Solo te estaba esperando -se acercó a mí -te acompaño a tu casa.
-Gracias -ambos salimos de la casa de Jarek y nos dirigimos a donde mi tío Dimitri.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

El día anterior no había ido tan mal como esperaba.

Ahora era otro día tranquilo y hermoso en aquel nuevo y extraño lugar para mí.
Me levanté de la cama circular y observé aquel cielo que me parecía tan precioso. Estiré mis músculos y me dirigí a darme una ducha relajante, de esas que tanto amaba.
Después de unos cuantos minutos, me vestí, me peiné y caminé al comedor donde ya estaría mi tío.
-Buenos días -le di un rápido beso en la mejilla y me senté junto a él. -Buenos días Lauren -sonrió y de inmediato apareció un sirviente que me preguntó lo que quería desayunar.
-Lo mismo que mi tío -me limité a contestar.
El sirviente asintió y se marchó.
-¿Qué tal tu día con Benedict?
-Bien -recordé todo -me llevó a un club.
-Típico de él -rodó los ojos.
-Pero fue divertido -sonreí -Jarek y él se emborracharon y empezaron a hablar de los viejos tiempos -reí ante ese recuerdo.
-Esos tiempos eran más molestos -sonrió melancólico -cuando Jarek era un idiota peor que ahora y Benedict le solapaba todo. 
Ambos reímos.
El sirviente trajo mi desayuno y volvió a irse.
-Me alegra que te hayas divertido.
-Jamás imaginé que iría bien -comí un bocado.
-¿Y hoy con quién irás?
-No sé, supongo que iré a ver a Jarek y ya veremos.
-Bueno.
-¿Y tú? ¿Qué tal tu cita? 
-No fue un cita -sonrió discretamente.
-Claro tío -rodé los ojos.
-...Me fue excelente.
-Lo noté porque llegué antes que tú -tomé un trago de juego de naranja. 
Solo lo escuché reír.
-¿Saldrás nuevamente con esa mujer misteriosa?
-Si -sonrió -pero está vez planeo llegar temprano a la casa.
-No seas aburrido, pásala bien.
Me gané una rara sonrisa de su parte.
-Hay mi pobre sobrina -dijo en un falso tono de lamentación.
-¿Qué pasa? -reí.
-Pasa que Jarek te ha corrompido tanto para que seas capaz de decirme algo como eso. 
Guardé silencio y está vez fui yo la que ocultó una sonrisa.
-Bueno -tomé la última gota de jugo -iré a casa de ese ingrato demonio.
-Bien, pero como siempre adviértele que te quiero sana y salva. 
-Si tío, eso ya lo sabe -le di un rápido abrazo -nos vemos en la tarde. 
-Adiós Lauren -me despidió y yo salí de su casa. Caminé por el mismo lugar que Lira me había mostrado aquella vez y pronto llegué a su casa.

Todo se veía sumamente tranquilo. Toqué la puerta y esperé pero nadie abrió.
Suspiré y sin permiso entré. ¿Seguiría dormido con tal borrachera? Me apresuré a subir las escaleras y entré a su habitación. Allí lo encontré.
Y efectivamente Jarek seguía tiradote sobre su cama.

-¡Jarek! -le grité pero este no hizo ni un solo movimiento.
Me acerqué a la orilla de su cama y vi su tranquilo y pálido rostro.

-Jarek -lo llamé, moviendo su hombro.
-¿Qué? -soltó en un gruñido casi irreconocible. Me sentí superior a él, me agaché a su altura y lo miré con una sonrisa.
-¿A ti también se te da mal tomar? -me burlé.
-Vete Lauren -me pidió aún con los ojos cerrados y cubriendo su cabeza con un brazo.
-Vamos, ¿ya olvidaste lo que me dijiste ayer? -volví a burlarme. Esta vez Jarek abrió los ojos con notable molestia pero con curiosidad.
-¿Qué dije? -me preguntó.
Puse la misma cara de indignación que él solía ponerme.
-Te diré si te levantas de una vez, te das un baño y bajas a tomar el café que te haré ahora mismo -sonreí y caminé afuera escuchando como decía un casi inaudible "espera".
Lauren 1-Jarek 0.
Ignoré su "espera" y como le prometí le haría un café.
Me metí a su cocina y lo preparé, después nuevamente subí las escaleras.

Esperaba mínimo que ya se hubiera levantado así que toqué la puerta pero nadie respondió ¿se habría vuelto a dormir? 
Con lentitud abrí la puerta pero me sorprendí, el lugar estaba vacío. Al menos parecía que ya me había hecho caso y se había ido a bañar.
Dejé la taza de café en una mesita y me senté en una de esas sillas giratorias.
Ya que no estaba, me tomé la libertad de observar su habitación a detalle. Era realmente bonita, tenía dos ventanas, un closet gigante y todo estaba realmente ordenado, cosa que nunca me imaginé de él, seguí observando. Tenía muchos libros, no me imaginaba que le gustara leer. Por curiosidad me levanté y toqueteé sus libros y la mayoría eran de autores de los que nunca había oído hablar... Me fijé que en un pequeño mueble tenía también muchos discos de música y con la misma curiosidad me agaché para ojear un poco. Me sorprendió el hecho de que casi todos eran de un mismo grupo y de la misma forma que con los libros, a ese grupo tampoco lo conocía.

-Es un grupo de por aquí -lo escuché decir a mis espaldas.
-Ah -rápidamente dejé el disco en su lugar.
-Cada vez que yo iba a tu habitación no tocaba nada.
Me avergoncé. Y yo que andaba de fisgona.
-Perdón -inmediatamente me di la vuelta y me paralicé, y una escena que era típica en las películas se me vino a la mente. Esa donde el protagonista veía algo sumamente traumático y que terminaba tirando una taza, haciendo que se rompiera en cientos de pedazos.
Ojalá tuviera la taza de café en mis manos porque justamente presenciaba ese traumático momento.
Jarek estaba completamente desnudo frente a mí.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora