27.Pareja.

10.5K 917 67
                                    

Bajamos del auto y observamos el lugar.
-Es el negocio de mis padres -sonrió Marcos -ellos aman los sitios de entretenimiento como este. Cuenta con karaoke, billar, un bar, videojuegos y tiene una pista de hielo.
-No está mal -sonrió Jarek.
-Pues entremos.
Marcos abrazaba a Nico y yo solo caminaba junto a Jarek.

Pronto entramos y vimos el excelente sitio lleno de grupos de amigos cantando o algunos tomando.
-Vengan -nos dirigió a un pequeño bar -pidan lo que quieran yo invito.
-Gracias Marcos -le sonrió Nico tiernamente.
-De nada cosita -le sonrió este.
-Cuanto amor -bromeó Jarek y Nico se sonrojó...
Enseguida pedimos unos tragos.
Y luego comenzamos a jugar billar o más bien solo Marcos y Jarek que parecían ser muy buenos en ello y mi amigo y yo solo nos sentamos a observarlos.
-Gané -sonrió Jarek victorioso.
-La revancha -pidió Marcos que parecía ser algo competitivo.
-Si quieres, pero seguiré ganando.
-Ya veremos -entonces volvieron a acomodar las bolas.
-¿No jugarán? -Jarek se nos acercó.
-No, preferimos ver quién pierde en esta ronda -bromeé.
-¿Y quién pierda recibirá un castigo? -sus ojos brillaron.
Eso había sonado más como una petición que una pregunta.
-Depende ¿qué clase de castigo? -le seguí el juego.
-Será algo bueno -sonrió lleno de diversión y malicia.
-Tal vez lo considere.
Entonces volvió a la mesa de billar y sorprendentemente durante tres rondas más perdió.

-Le debes su castigo -rió Nico.
Rodé los ojos.
-No le daré nada a ese charlatán.

Pronto se acercaron a nosotros.
-Perdí -dijo ese demonio con falsa tristeza - así que Nico debe darle su premio a Marcos y tú darme mi castigo -se sentó junto a mí.
-Claro que si -rodé los ojos.
-Y dime -le habló Nico a Marcos -¿qué premio quieres?
-Déjame ver -se hizo el pensativo
-que patines conmigo.
-De acuerdo.
-Yo también quiero patinar contigo Lauren -dijo Jarek fingiendo ternura.
-Tú querías un castigo -le recordé -y si hiciéramos eso, el castigo sería para mí.
-¿Por? -preguntó Marcos.
-Lauren no sabe patinar muy bien -le confesó mi amigo.
-No importa que no sepas -Jarek se puso de pie -yo te enseño.
-No Jarek.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
De alguna forma ahora nos encontrábamos en la entrada de la gran pista de hielo.
-¿Cómo es que acepté? -le pregunté a mi amigo.
El sonrió.
-No lo hiciste Jarek te obligó.
-Eso es cierto -Jarek me jaló a la pista y pronto los cuatro "patinábamos". Excepto que el único que realmente sabía hacerlo era Jarek.
-¿Hay algo que no sepas hacer? -observé a Jarek mientras me sujetaba de la barda.
-No, yo sé hacer de todo -patinó a mi lado -vamos suéltate.
-Aquí estoy bien -me sujeté más fuerte pero Jarek me jaló dentro de la pista. Como pude comencé a patinar y después de un rato me di cuenta que no era tan difícil.
O eso pensé...
Estaba a punto de caer pero Jarek me sujetó de la cintura.
-Cuidado preciosa -sentí como susurraba a mi oído.
Me tensé.
-Gracias por no dejarme caer pero recuerda que es tu culpa que este aquí.
-Hacen linda pareja -Marcos nos observaba junto a Nico.
-¿Verdad? -alardeó Jarek y Marcos asintió.
-Nico -le habló Marcos -¿no crees lo mismo?
-S-Si -dijo un poco forzado y no lo pude culpar, la presión que emanaban esos dos era mucha.
-Pero tengo una pregunta -dijo Marcos -¿ustedes siempre son así?
-¿Cómo? -lo miré sin entender.
-Es que aunque son novios se la pasan "peleando" y nunca veo que se besen en público.
Estaba a punto de responderle pero Jarek se me adelantó.
-Si nos besamos -mintió -¿verdad? -entonces me volteó para quedar de frente pero solo lo observé mal.
Era un mentiroso.
-Como justo ahora -completó y de inmediato entendí.

Jarek me besó. Sujeté sus brazos para no caerme mientras sentía como por la fuerza movía su lengua en mi boca. Jamás había sentido un beso tan largo pero tan...
Siguió besándome sin importarle nada, sin importarle mi desacuerdo.

Mis piernas comenzaban a sentirse sin fuerza y también me faltaba el aire.
Pronto volví en mí.
Mordí su labio y me separé dándome cuenta de que Nico y Marcos se habían ido muy lejos de allí.

-Auch -dijo con una voz muy sexi.
-¿Qué te pasa? -lo empujé levemente.
-Vamos, te encantó.
-Pervertido.
-¿Sabes que me encanta esa boquita tuya? -se relamió la herida.
Lo miré seria y caminé lejos de allí, salí de la pista y me quité los patines, estaba dispuesta a irme.

-Hey -rápidamente me alcanzó y me encarceló contra la pared.
-¿Qué quieres? -lo observé.
-¿Recuerdas que nos quedó un tema pendiente sobre tú y yo?
-Te dije que nada va a pasar entre tú y yo, porque tú y yo no existe así que ya tranquilízate.
Se rió.
-¿Por qué no admites de una vez que me deseas tanto como yo a ti? -se acercó a mi boca y volteé la cara.
-Eso no va a pasar -volví a observarlo con seriedad.
-Ven aquí -me jaló de la mano y me llevó a un rincón de la sala de videojuegos.
-¿A dónde me llevas? -me zafé de su agarre.
Sonrió de una manera aterradora y sexi.
-Voy a descontrolarte aún más.
Entonces me observó y yo a él, no entendía sus palabras.

Hasta que en un rápido movimiento me besó de nuevo.
Intenté apartarlo con todas mis fuerzas pero no cedía.
Sentí su mano en mi espalda desnuda y en verdad me estremecí, más de lo que nunca lo había hecho.
No, no.
Jarek no era un chico común, era un demonio y solo sentía deseo, estaba intentando hacerme perder el control.
Acercó más su cuerpo a mí y mi corazón comenzó a palpitar con rapidez cuando sentí su leve erección.
Entonces se apartó y me observó con gran lujuria.

-¿Y bien? -deslizó sus dedos con suavidad por mis labios hinchados.
Yo aún podía sentir esos labios tan agresivos y deseosos sobre los míos pero no...no iba a caer, no con él. Jamás.
-Deja de intentar pervertirme cretino demonio -le solté en la cara y salí corriendo de allí.
Solo debía aguantar unos días más hasta que se fuera y no sé, volviera al infierno.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Me encerré en mi habitación, por suerte no había nadie más en la casa, claro exceptuando a Blacky.
Este se sentó en mis piernas mientras yo aún estaba alterada.
No podía dejar de mover mis pies y mis manos con gran nerviosismo.
Respiré hondamente y miré mis manos temblorosas. A quién iba a engañar, Jarek era muy sexi, atractivo y me hacía querer perder el control hasta el punto en que si deseaba seguir besándolo... pero no lo haría, no mientras recordara que era un demonio y la razón por la que seguía pegado a mí.
Tomé a Blacky y lo coloqué en la cama mientras yo me dirigía al baño. Tenía que quitarme esa sensación de pesadez.

Las gotas de agua caían una por una sobre mi piel, me sentí un poco mejor después de sentir mis músculos más ligeros y relajados.
Me coloqué un short azul y una camiseta de tirantes, salí del baño y volví nuevamente a mi habitación. No quería nada, ni comer, ni hablar con Nico, no. Solo estar tranquila y dormir por un buen y largo rato, una noche sería lo suficientemente reparadora para aliviar todas mis preocupaciones.
Tomé una crema para cuerpo y me la unté en las piernas. Eso ayudaba a que me relajara, después comencé a untarla en mis brazos y cuello.

-En verdad eres muy maja.
Me volteé rápidamente cuando escuché su voz.
-¿Q-Qué haces aquí Jarek?
-Bueno me pusiste de mal humor y solo quería decirte que....me cansé -parecía molesto, fastidiado y más pérfido que antes -me cansé de que una pequeña mortal me rechace porque no puede aceptar sus deseos impuros -se acercó a mí y yo solo me quede quieta cuando vi en él, una mirada que nunca había visto, una que decía la verdad sin bromear y sin ocultar nada.
-En verdad estoy muy molesto.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora