CAPÍTULO 24

1.8K 126 14
                                    

Taehyung no estaba junto a mí porque se encontraba a mis espaldas, acariciando mi cabello mientras me brindaba un cálido abrazo.

— Tranquila, estoy aquí. No va a pasar nada— susurraba a mi oído con su dulce y grave timbre voz, agarrándome con fuerza para así poder abrazarme de frente.

— He sido tan estúpida— me aferré más a él, empapando su camiseta de mis abundantes y tristes lágrimas.

— No lo eres. Ese imbécil no te merecía— me separó de él, poniéndo sus manos sobre mis mejillas, quitando las lágrimas con su pulgar mientras me miraba dulcemente.

— ¿Tú crees?— sorbí mi nariz, aún no muy convencida de aquellas palabras.

— Claro. Es verdad que lo que hicimos no estuvo bien, pero las cosas se solucionan hablando y no tomando una actitud tan inmadura e infantil. Tú te mereces a alguien mejor. Mereces a alguien que te sepa valorar por cómo eres, que te quiera pase lo que pase, que esté junto a ti cuando lo necesites e incluso cuando no. Alguien que te respete y ame. Alguien que te haga feliz solo con contemplar la hermosa sonrisa que posee— sonrió de una forma melancólica, clavando su profunda mirada en mí.

— Conozco a alguien así— sonreí, mirando mis dedos, los cuales estaban jugando con el borde de mi camiseta nerviosamente.

— ¿Ah, si?— preguntó algo entristecido, no muy curioso.

— Sí. Ahora, me tengo que ir a casa. Mañana tengo que ir a la universidad— quité las últimas lágrimas que quedaban en mis mejillas, intentando esquivar cualquier tema relacionado con el amor.

— Oh, es verdad. Nos vemos entonces— besó mi mejilla por última vez y se despidió de mí con una gran sonrisa.

Le devolví la sonrisa y me dirigí a casa, mirando aquel gris y oscuro cielo de otoño, pensando en todo lo que había pasado, hasta que una gota sobre mi frente interrumpió mis pensamientos. Estaba lloviendo.

Preocupada miré hacia todos lados, buscando un sitio donde refugiarme hasta que parara la lluvia. Minutos después encontré una tienda 24h abierta. Me quedé bajo el gran toldo mirando como las gotas caían al suelo cada vez más rápido, escuchando como los coches pasaban a una alta velocidad por la carretera. Hasta que la calle quedó completamente vacía, algún que otro vehículo pasaba de vez en cuando, no mucho más.

Pensé en entrar en esa tienda. No me quedaba mucho dinero, pero podría comprar cualquier chorrada.

Y eso hice, al cabo de unos minutos salí con una chocolatina entre mis manos, la mordía lentamente mientras miraba mis zapatos mojarse por las pequeñas gotas de lluvia que habían sido empujadas por el débil viento.

Me gustaba la lluvia, me daba paz y tranquilidad, me decía que todo estaba bien, incluso si no lo estaba. Desgraciadamente, esa tranquilidad fue interrumpida por un estruendoso claxon sonando a lo lejos. El sonido se acercaba cada vez más, llamando mi atención, cuando levanté la vista divisé entre la cortina de agua un coche color negro con las luces encendidas.

— ¿Vas a subir o te quedarás ahí pensando en voz alta una de tus muchas cursilerías?— Yoongi abrió la ventanilla para dirigirme la palabra.

Espera un momento, ¿había pensado en voz alta todo aquel rollo sobre la lluvia? Virgen Santísima, que vergüenza.

— Oh, esto, ¿puedo?— pregunté con timidez, dándole otro mordisco a mi chocolatina.

— No, sólo me he parado enfrente de ti y he tocado el claxon porque me hacía ilusión— rodó sus ojos y dejó escapar una pequeña risita, la cual yo seguí, dirigiéndome al coche.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora