CAPÍTULO 28

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6:50 A.M

El día anterior fui con una ropa diferente a la que iba a ponerme en ese momento, por lo que decidí ponerme algo no muy diferente.

Me decanté por un conjunto semejante al otro, algo sofisticado y, la verdad, me estaba gustando vestirme de esa forma, me hizo sentir bien conmigo misma y, por primera vez en mucho tiempo, sentí confianza con quién era.

Me daba bastante vergüenza ya que normalmente yo iba a la universidad con deportivas y vaqueros, pero eso no iba a cambiar el hecho de que quizás estaba empezando a encontrar mi estilo.

Me puse la mochila en la espalda y me dirigí hacia aquel grande edificio, el cual sólo estaba a dos minutos a pie de mi casa.

Por el camino me encontré aquel chico que se sentaba a mi lado. El chico perfecto, pensé para mis adentros, dibujando una pequeña sonrisita sobre mis belfos. Lo miré desde lejos, hasta que se detuvo en una pequeña tienda. Obviamente no iba a estar acosándolo, así que solo seguí mi camino.

Estaba a punto de entrar a la universidad cuando sentí como alguien me agarraba del brazo. Me giré para divisar a la persona y tanto que lo vi.

— ¿Taehyung?— abrí mis ojos como platos, inspeccionando el bello rostro del castañito.

— ¡Hola! Guau, que guapa estás— me abrazó con fuerza mientras todas las miradas se paraban sobre nosotros.

— Hola, TaeTae. ¿Qué haces aquí?— reí dulcemente, correspondiendo a su cálido abrazo.

— Hace unos días me matriculé especialmente para estar contigo. Sé que te cuesta hacer amigos, pero creo que esto de las amistades no te va nada mal— rió a la vez que me miraba a nuestro alrededor.

— ¿De verdad? Muchas gracias, pero no hacía falta. Te tomas demasiadas molestias por mí— me crucé de brazos, mirándolo detenidamente.

— No te preocupes, te recuerdo que soy mayor que tú, no estaremos en la misma clase. Ya me he dado cuenta de que no quieres ni verme— dramatizó sus palabras y gestos, llamando aún más la atención.

— Taehyung, no seas tan exagerado. No digo que no estés a mi lado, simplemente no quiero que seas una lapa— reí mientras caminaba por los pasillos junto al muchacho.

Ni siis tin ixigiridi— pronunció con burla, rodando los ojos a la vez que se unía a mi risa.

Después de eso él siguió hasta su aula y yo entré a la mía. Me senté en mi sitio, al parecer el chico perfecto hoy había llegado a tiempo.

— Buenos días— me habló por primera vez el de pelo azabache, otorgándome una dulce e increíble sonrisita que derritió mi corazón.

— Oh, buenos días— le devolví la sonrisa de forma tímida, pero sincera a lo que éste apartó la mirada hacia la pizarra sin decir nada más.

El profesor había llegado, nos tocaba clase de música. Me encantaba la música, pero no se me daba muy bien. Me gustaría aprender más sobre ella y tocar algún instrumento, hacía un tiempo me propuse tocar el piano, y así lo hice, aún no soy muy experta en ello, pero voy avanzando poco a poco.

— Buenos días, chicos. Me preguntaba si alguno de vosotros sabe cantar. Porque de eso va a tratar la clase de hoy, veré cómo canta cada uno de vosotros, elegiré a los finalistas y para la semana que viene cantarán una canción— informó el profesor, apuntando en la pizarra alguna que otra cosa.

— ¿Y a que viene todo esto...?— preguntó el chico del frente, quedando tan confundido como el resto.

— Pensé que hacer una actividad como ésta sería mucho más divertido que hacer clases. ¿Qué me decís?— nos regaló una cálida sonrisa, creando murmullo entre los alumnos.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora