CAPÍTULO 76

321 34 2
                                    

— Jungkook, ¿estás bien?— susurré preocupada, intentando detener al muchacho, que no dejaba de tirar de mí por todo el pasillo.

— ¿¡Te parece que estoy bien!?— se paró de inmediato, pronunciando tales palabras con miles de lágrimas recorriendo sus rojas mejillas— ¿De verdad tienes el coraje de preguntarme algo así?— suspiró, retirando dichas lágrimas con la manga de su camiseta.

— Yo... No quería decir eso— susurré cabizbaja, sintiéndome como toda una estúpida por haberme atrevido a preguntar tal cosa.

— Pues siento decirte que ya lo has hecho— se apoyó contra la pared color marfil que protegía el pasillo, dejando caer su cuerpo sobre ella como si de ese modo pudiera liberarse del estrés y la pesadez.

Me dirigí hacia él, mirándolo esta vez a los ojos, quería transmitirle seguridad y confianza, quería demostrarle que no estaba solo.

— Jeon Jungkook eres alguien realmente increíble, el cual no se mereció ni se merece el trato que te dieron esas personas. Sé que lo has llegado a pasar muy mal, pero has superado todos esos obstáculos por ti mismo, por ello estoy tan orgullosa de ti, por ello eres mi ejemplo a seguir, por ello me agradas tanto. Así que, por favor, no dejes que los malos recuerdos se apoderen de ti, no dejes que ellos ganen, no te vuelvas vulnerable ante tus pensamientos negativos. Si necesitas cualquier cosa me tienes a mí, tienes a Taehyung, tienes a Jimin, tienes a todos y cada uno de tus amigos junto a ti. No hay nada de lo que debas temer, excepto de ti mismo. Sigue adelante, mostrando esa hermosa y sincera sonrisa al mundo. Mereces ser feliz, Jungkook.

— No me hagas llorar más, por favor— suplicó, retirando las pequeñas lágrimas que recorrían sus mejillas sin cesar— Eres tan fascinante, tan agradable y maravillosa, T/N— agarró mi rostro con delicadeza, mirándome detenidamente.

Sus ojos tenían un brillo inigualable y podía jurar que se percibía toda una galaxia en ellos.

Se veía tan bonito, tan bello, tan él.

— ¿Cómo no ser feliz si tengo a personas tan maravillosas como tú junto a mí? No sé qué hice para merecer a una persona tan preciosa en mi vida, pero estoy tan agradecido por ello que no soy capaz de imaginarme un solo día de mi vida sin tu presencia— sollozó, acariciando mis pómulos con ambos de sus pulgares— Te quiero— susurró nuevamente, acercando su rostro al mío hasta que nuestros belfos se rozaron.

Pero aquel esperado beso no llegó a surgir del todo, una extraña fuerza motriz empujó a Jungkook lejos de mí, rompiendo el bonito y gran momento.

— ¿Qué demonios...?— gruñó, mirando hacia todos lados en busca del motivo por el cual fue arrastrado.

— ¿Todo bien, Jungkook?— me atreví a decir, observando mi alrededor, así como el mencionado hacía.

— Sí, parece que alguien quiere tocarnos las narices hoy— sus manos se convirtieron en dos grandes puños, su rostro expresaba ira y furia.

Funcí mi ceño, pues en el pasillo no había nadie más, excepto Jungkook y yo. Su comentario me dejó más atónita de lo que ya estaba.

— No importa— murmuró, siendo interrumpido por el timbre que finalizaba el recreo.

Ambos nos dirigimos a clase, Jeon aún se veía algo enfadado y yo no conseguía entender el por qué, hacía apenas unos minutos atrás me pareció que nombraba a Jimin, pero seguía sin verle el sentido. No había nadie en ese pasillo, exceptuándonos.

— Jungkook, ¿puedes pasarme el pegamento?— le pregunté, intentando mantener el equilibrio sobre las escaleras.

El profesor de inglés, el señor Kim, me pidió que colgara el mural que habíamos hecho entre todos. En ese preciso momento me encontraba sobre las escaleras de metal, pidiéndole el pegamento a Jungkook para poder acabar de pegar algunas fotos sobre la cartulina enganchada a la pared.

— Por supuesto, aquí tienes— alargó su brazo con cuidado, con la intención de pasarme la barra de pegamento.

Pero dicha acción resultó acabar de forma totalmente súbita. La destapada barra acabó pringando mi mano, pues Jungkook había restregando con fuerza dicho objeto contra mi piel. Algo que me dejó desconcertada ya que el pelinegro no era una persona que hiciera ese tipo de bromas, mucho menos después de haberlo pasado mal apenas unas horas atrás.

— ¿Por qué has hecho eso, Jungkook?— miré mi mano, intentando quitar la cola con uno de los papeles de reciclaje que había junto a mí.

— Te prometo por lo que más quieras que yo no he sido— habló con un tono algo tembloroso y nervioso.

— No, no importa— hice una leve mueca, bajándome con cuidado de la inestable escalera.

Jeon Jungkook, get out of the class... Right now!!— exclamó el profesor con rabia, apuntando con su dedo hacia la puerta del aula. [Jeon Jungkook, sal de clase... ¡¡Ahora mismo!!]

— Pero. Yo no...— intentó excusarse sin éxito, ya que el señor Kim lo interrumpió con un gran y estruendoso berrido, expulsando al alumno de clase.

Mr. Kim...— hice un esfuerzo por defender a Jungkook, sus llorosos ojos me hicieron ver qué él no tenía culpa ninguna. [Señor Kim...]

Don't defend he...— suspiró, observando como Jeon abandonaba el aula con pena. [No lo defiendas...]

— Perdón— susurró, haciendo una pequeña reverencia frente a mí antes de desaparecer tras la puerta.

Mr. Kim, can I go wash my hands?— pregunté tímidamente, dejando escapar una pequeña y pesada bocanada de aire. [Señor Kim, ¿puedo ir a lavarme las manos? ]

Of course, lady— rió ligeramente, asintiendo con una leve movimiento de cabeza. [Por supuesto, señorita]

Thank you!— corrí hacia la puerta, dirigiéndome hacia el baño con rapidez, pues la cola empezaba a secarse y no era una sensación demasiado gratificante. [¡Gracias!]

Al acabar, me dirigí a la puerta, con el propósito de volver al aula, pero unos leves sollozos procedentes tras una de las puertas del baño me detuvieron. Me acerqué, dando pequeños y suaves golpecitos a la puerta correspondiente, esperaba una respuesta por parte de dicha persona, pero no fue así, simplemente se siguieron escuchando los sollozos, ahora algo más flojos.

— ¿Hola?— pregunté en voz baja, apoyando mi mano sobre ésta— ¿Quién hay ahí?— volví a intentarlo, sin éxito alguno— ¿Podrías decirme si al menos te encuentras bien o no?— suspiré, separándome un poco del cubículo— Voy a entrar— avisé.

Estaba realmente preocupada por la persona que permanecía allí dentro. ¿Y si había quedado atrapada? ¿Y si la habían agredido? ¿Y sino podía moverse? ¿Y si se encontraba tan horriblemente mal que no podía ni pronunciar palabra?

Me armé de valor y subí sobre el lavamanos del baño, dando un pequeño salto para poder alcanzar la puerta. De esta manera lograría ver a la chica que se encontraba allí dentro.

Pero lo que encontré no era una entristecida muchacha.

— ¿¡Jungkook!?


Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora