CAPÍTULO 49

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— ¿Él? ¡Lo sabía!— exclamé inconscientemente, dibujando una gran sonrisa sobre mis labios al admirar por décima vez el hermoso rostro del azabache. 

.
Conejito (•ㅅ•)♡

Bueno, ya lo sabes, ya puedes odiarme, alejarte de mí e ignorarme completamente.

No lo haré.
Eres mi amigo nunca le haría daño a una persona a la cual aprecio.

Además. 
Eres muy mono~ ♡

Conejito (•ㅅ•)♡

Gracias por decir eso. Eres una bellísima persona y... ¡no soy mono! (╯︵╰,)

Sí lo eres. Eso me dicen todas mis compañeras, incluso algún que otro chico...
Todos piensan y pensamos que eres un chico muy atractivo, aunque tú no lo sepas ver.


Conejito (•ㅅ•)♡

Que los demás lo digan no significa que sea cierto.

Agh, pues para mí lo eres, si tú quieres pensar que no es así, adelante :/

Conejito (•ㅅ•)♡

Me tengo que ir, necesito descansar para mañana, hay partido.

Vale, duerme bien, conejito


Conejito (•ㅅ•)♡

Igualmente ♡

Y otra cosa...


Conejito (•ㅅ•)♡

¿Si?

Tienes que explicarme qué ha pasado con Taehyung.


·


Después de enviar ese mensaje me desconecté, apagué el teléfono y lo dejé a un lado para luego empezar a subir las escaleras hacia mi cuarto, sin importarme cual fuera su respuesta, dijera lo que dijera tenía que explicármelo.

A la mañana siguiente me desperté, no con muchas ganas de ir a la universidad, pues no quería encontrarme a Yugyeom con su pandilla, seguro que me acorralarían una vez más.

Suspiré mientras preparaba mi desayuno, quitando todos esos pensamientos de mi cabeza e intentando concentrarme en cualquier otro más positivo.

Por alguna razón me imaginé a Jungkook jugando en el partido de ese mismo día, mientras todos los demás le dábamos ánimos desde las gradas. Y de un momento a otro, el azabache retiraba con lentitud su gran camiseta de tirantes, dejando ver su definido y marcado tor-

— ‹¡T/N!›— me regañé a mí misma al darme cuenta de lo que mi imaginación había sido capaz de reproducir inconscientemente.

Salí de casa con tiempo de sobras, el cual utilicé para poder caminar relajada y no con prisas, como habitualmente solía hacer.

Finalmente llegué y me puse a un lado, apoyada en una pared del recinto. Era temprano, aún no había mucha gente, solo un par de muchachos con sus novias y un grupito a lo lejos, riendo por lo bajo, seguramente juzgando a alguien, como siempre hacían.

Me acerqué a ellos, intentando descubrir de qué reían, por desgracia, el ser cotilla superaba todas mis expectativas.

— Hoy el chico perfecto va a jugar en el partido— dijo uno de ellos con cierto tono desagradable, haciendo comillas con sus dedos ante el sobrenombre que había utilizado.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora