CAPÍTULO 27

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Acabé de vestirme y salí del baño, buscando a Yoongi desesperadamente por toda la casa, hasta que al fin lo encontré. Vestía todo d negro y llevaba un maletín en su mano izquierda. Se veía increíble, pero ahora mismo no iba a alargar al muchacho precisamente. *[Outfit de yoongi al final de cap.]

— Guau, estás tan...— abrió los ojos, quedándose anonadado al nada más verme.

— ¡Eres tonto! ¿¡Cómo has podido ponerme esta ropa para ir a la universidad!?— ignoré sus palabras, regañándolo por haber cometido tal estupidez.

— No me juzgues, yo no tengo ni idea de ropa, y menos si es la tuya— se encogió de hombros a lo que yo sólo respiré profundamente y coloqué mi mochila en mi espalda.

— No importa. Vayamos— suspiré, intentando no sacar humo por las orejas mientras me dirigía hacia la puerta principal.

— ¡Espera!— gritó antes de subir las escaleras rápidamente, y al bajar trajo un pañuelo color negro entre sus manos— Toma— me lo entregó con vergüenza.

— ¿Para qué?— fruncí el ceño sin entender, pues yo no era de llevar pañuelos o demasiado accesorios.

— Para tapar las marcas de tu cuello. Buena suerte— rió maliciosamente, regalándome un pequeño guiño— ¿Vamos?

Me limité a rodar los ojos y ponerme el pañuelo al rededor del cuello antes de salir de su casa.

Caminamos hacia su garaje, solo nos tomó cinco minutos ir a la universidad, al llegar me bajé con cierta vergüenza y torpeza, llamando la atención de todos los estudiantes que había por los alrededores.

Caminé despacio hacia la entrada. Algún que otro chico me miraba más de la cuenta. Podía percibir las miradas de varios alumnos, chicos y chicas.

Yoongi se percató de eso, así que bajó del coche y me rodeó los hombros con su brazo.

— Ni una sola palabra— murmuró el pelinegro, mirando al frente mientras fulminaba a todo aquel que se atreviera a ponerme los ojos encima.

Yo obedecí, me quedé callada, hasta que llegamos a la entrada. El pelinegro me tuvo que dejar ya que no podía proceder más. Me soltó y caminó hacia su lujoso coche, girándose de vez en cuando para vigilarme.

Cuando se fue, varias personas se acercaron a mí para saludarme y preguntarme si ese chico era mi novio, a lo que respondí con un 'Buenos días' en voz baja, acompañado de una leve reverencia y seguí mi camino hacia clase.
En cuanto a las otras preguntas simplemente me limité a ignorarlas.

Las clases empezaron, tenía que elegir un sitio, pero no sabía dónde sentarme. Las mesas eran de dos a los laterales y tres en el centro. Por lo que al fin decidí sentarme en la cuarta de las cinco hileras que habia, quedaba una mesa libre de dos, sin nadie sentado en ella, así que esa escogí.

— ¡Buenos días, alumnos! Hoy es nuestro primer día de clases, que ilusión— sonrió el profesor frente a la clase, viéndose totalmente animado y enérgico. 

Asentí, rodando mis ojos con pesadez, al igual que hizo la mayoría de la clase.

La asignatura empezó y todo me iba de maravilla. No había nadie sentado a mi lado y de momento lo entendía todo perfectamente. El profesor estaba explicando la clase, cuando un ruido lo interrumpió, alguien había llamado a la puerta.

Adelante— miró atentamente al muchacho, quien abrió la puerta con nerviosismo.

¿Puedo pasar?— preguntó tímidamente el chico de cabellos azabaches. 

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora